miércoles, 24 de mayo de 2006

Felicidad


Para algunos la felicidad es tener una cerveza que tomarse los viernes. Para otros es ganar mucho dinero. O tener mujeres (u hombres. No seamos sexistas).

Normalmente los más ubicados (?) piden salud, larga vida, hijos, casa propia, trabajo... Y piensan que los que son felices por tener una cerveza no están claros en la vida. Sin embargo, estos ubicados normalmente están más calvos y sufren más, por ponerse metas más altas.

Reconozcámoslo: Ojalá los ubicados pudiéramos ser felices con una birra los viernes. Nada de pensar en el futuro, nada de enrollarse, nada de querer más. Sexo con quien se cruce (cuidándonos, ojo), y falta de metas. A lo más, publicar un blog cada tanto tiempo.

Ayer iba llegando a mi casa como a las diez de la noche, luego de arriesgar mi vida como es costumbre al caminar desde Capitolio hasta Caño Amarillo a esa hora. Llegando ya a la casa crucé frente a una señora, y sentí que lloraba. Caminé un par de metros más, y luego me paré, pensando "pero bueno, Gorka, qué tipo de persona eres?", y me regresé.

Estuve hablando con ella como media hora. La señora lloraba y lloraba porque su hija, que vivía arrimada en su casa, la trataba de la patada. No hacía nada en la casa, no trabajaba, no cuidaba a sus cinco (5) hijos, y para colmo maltrataba a la doña.

Recuerdo una época en la que también alguien cercano lloraba en la calle. Nunca supe si era verdad todo el maltrato del que hacía gala, o si sólo lo hacía para llamar la atención, así como tampoco lo supe con esta señora. Sin embargo, le dí apoyo, consejo, y cuando se calmó un poco me fuí, con sus gracias y un halo en la cabeza. Tonto que es uno.

El caso es que esa señora tenía salud, una larga vida vivida, hijos, casa propia, trabajo... Todo lo que la gente ubicada quiere. Casi era una tipa Chivas. Pero no era feliz, porque para ella felicidad era que su hija la quisiera.

Hablando con un amigo, y luego con una amiga, me decían que tenía todas las razones para ser feliz. Que ya había cumplido todas mis metas. Eso es así? La felicidad es tener todas las metas cumplidas? Y ahora, para qué seguir caminando? No se dieron nunca cuenta -y eso que se los repetí- que para los demás ellos tenían también razones para ser felices: Cero responsabilidades, estudios, buenos trabajos, carros, empresas propias, retos... Sin embargo, son más enrollados aún que uno.

Al parecer, los seres humanos tenemos un no se qué, qué se yo, una habilidad para lograr las metas que no queremos, o para lograr las que queremos pero no darnos cuenta. Elijan a la persona que prefieran, y pregúntenle si es feliz. Si les dice que sí, es que no se tomó el tiempo adecuado para meditar la respuesta.

Por qué nos cuesta tanto, si es tan fácil?

Recuerdo una película en la que un profesor -un niño crecido- les preguntaba a los chicos qué veían, mostrándoles una semilla. Ante las respuestas de "veo una semilla", él contestó "yo veo posibilidades". Así es como deberíamos vivir la vida, viendo posibilidades y sueños, en lugar de callejones y desesperanza.

Nos quejamos de la falta de pareja, de la falta de dinero, de la salud, del presidente que es una mierda, de la inútil que se pone a buscar el ticket del Metro justo frente al torniquete (MME), de lo caros que están los libros en Venezuela, de lo caros que están los Legos en Venezuela, de lo caros que están los CDs en Venezuela, de lo insegura que es Venezuela, de tener mucho tiempo y nada que hacer, de tener mucho que hacer y poco tiempo, de la gente con la que no podemos estar, de la gente con la que tenemos que estar, que la oficina apesta, que no tengo trabajo, que hay poco tiempo para almorzar, que hay mucho tiempo para almorzar, de no tener un Toddy, que la vida es una mentira, que la cabeza nos duele, de quien nos llama y se pega mucho, de quien no nos llama, que nuestra vida no tiene razón ni Norte...

Deja de quejarte, y da un paso para ser feliz. Busca a esa persona y dale un beso, que capaz que lo está esperando. Alégrate de tu carro nuevo. Mira al cielo claro, o baila bajo la lluvia antes de llegar a tu casa. Recuerda cuando te tirabas toda una tarde en los jardines de la universidad; cuando un viernes sin rumba, samba, mambo era impensable; cuando toda una tarde de ver comiquitas en la tele era lo más importante del mundo, y no te hacía sentirte como si hubieras desperdiciado medio día de una vida que cada vez se acorta más. Sé feliz...

Hoy, para mí felicidad sería haber llegado a tiempo para Dany. Aún no sé si llegué. Mañana, ya veremos qué infelicidad me invento. Probablemente, sea la misma de siempre: soñar a ser feliz.


Por qué siempre queremos aquello que no podemos tener?

Exitoso es aquel que está contento, feliz con lo que tiene y ha logrado, y con lo que no. Alegrarse es otra cosa. Las acciones que tomemos, y sobre todo nuestras opiniones o sentires sobre ello, son las cosas que determinan la felicidad. La infelicidad viene dada por nuestra falla al aceptar la forma en la que somos, y las acciones y formas de ser de los demás y del ambiente. -- Discusión entre Sonsire, Rafael y Gorka

Alguna vez tendremos alas.

Most people would rather be certain they're miserable than risk being happy (La mayoría de la gente prefiere estar seguros de ser miserables en lugar de arriesgarse a ser felices). -- Robert Newton Anthony

¿Qué harías si cada vez que te enamoraras tuvieras que decir adios?
¿Qué harías si cada vez que quisieras a alguien nunca estuviera ahí?
¿Qué harías si amaras a alguien y no pudieras tenerlo?

martes, 2 de mayo de 2006


Ahí estás, frente a mí. Tan imposible como que yo esté hoy aquí, en vez de estar al final de mi rutina diaria. Desde el otro lado de la mesa ríes y hablas a oídos que no son los míos. Pero de vez en cuando una sonrisa, una mirada, logra escapar de la prisión del "al lado" y llegar corriendo hasta aquí.

Yo, atrapado también en mi propia prisión, veo como quien no quiere ver hasta tu horizonte. A veces el viaje es premiado con un cruce de miradas que, lejos de indicarme caminos, me muestra encrucijadas.

El silencio se extiende mientras nos preguntamos qué camino tomar. Se estira hasta reventar como una cuerda de guitarra, y en el estruendo que sigue, nos paramos y nos mezclamos, juntos, con la masa de gente que baila.

Solos, tú y yo, y a la vez juntos, ambos, y a la vez solos, entre miles de personas. Nos acompañamos mientras el tiempo gotea vaciando la noche. Compartimos un baile, un toque, un beso, una vida.

Cuando el local no da para más, nos fundimos entre la gente para escapar. Una puerta, otra y otra más, y luego estamos solos con la noche fría, que se calienta con sólo soñarte. Caminamos por calles desconocidas, no importa cuanto tiempo; lo importante es que al final llegamos a nuestro destino.

Me siento en el mueble y sigo intoxicándome, mientras te veo bailar frente al espejo, más para tí misma que para mí. A veces te acercas y me dedicas tus movimientos, tus miradas, tus caricias. Luego, juguetona, te alejas hasta estar justo fuera de mi alcance.

El falso día llega a su fin, entre sábanas y cortinas, rojos y encajes. Y una vez más, como otras tantas, la melancolía me llena -o me vacía?- mientras te veo vestirte. Tus ropas marcan un adiós sin promesa de volver, y me dan la certeza de que no importa cuánto trate de saciarme, siempre quedaré fallo de tí.

Si tan solo supiera que te cambié, que te llené, que signifiqué algo en tu vida. Que al menos nos amamos esta noche que fué más corta de lo que hubiera deseado. Que al menos me recordarás con una sonrisa cómplice. Que no fuí sólo una noche más...

Sólo una sombra más en tu camino...

Sólo un cliente más...


Noche de luna llena
la hora es la del puñal
como ladrones de sombras
entramos buscando que una fantasía
se haga realidad
(...)
Y se que no hubo flores
ni besos de despedida
solo una perla negra
se deslizó por la mejilla
y a la almohada fue a parar
--
Yordano (Perla Negra)