domingo, 12 de octubre de 2008

Apuestas


Estamos en una mesa de la esquina, en una salida entre los panas de la oficina, como tantas. Hoy, por fin, quedé de encontrarme con Verónica: está en la ciudad por el fin de semana, y ya me dijo que no me iba a soltar ni para comer -o sea, sexo todo el fin de semana!-. Cuadré la salida a este local porque ella vendrá aquí con unos colegas, y pretendo que nos vayamos juntos cuando ambos terminemos nuestras salidas.

(A veces aún me sorprendo de que Vero haya entrado a mi vida, aunque sea de forma tan tangencial. Supongo que el hecho de que existamos se debe a los errores de alguien más).

A mi lado está mi jefe, que curiosamente accedió a venir con nosotros, y a su izquierda Fede toma con calma una cerveza. Frente a mí Mabel se sonríe mientras escucha la discusión que, a su lado, sostienen Lara y Elio.

- Cualquiera puede tener a cualquiera -dice Lara.

- Claro, con ese cuerpazo que te gastas, catira! -responde Elio muerto de la risa.- Pero un carajo tipo normal como yo, lo tiene más difícil!

- Lara tiene razón, vale -se mete nuestro jefe, Víctor, mientras menea su trago-. Yo no soy la gran vaina, pero modestia aparte he tenido suerte con las mujeres. A ellas no se las conquista estando bueno, sino con labia.

- Te puedo llegar a creer que les importe más lo interno que lo externo en nosotros -agrego, participando en la discusión por primera vez-, pero no me vas a convencer de que un carajo como Brad Pitt no lleva ya terreno ganado al momento de usar la labia. Y -interrumpo a las chicas que ya se han lanzado a por mi cuello- no me vengan con "Brad Pitt no me gusta", que saben que estoy hablando de un tipo buenote genérico.

- Bueno, pero igual -comenta Lara- yo no le voy a abrir las piernas a un tipo porque esté buenísimo.

- Estoy convencido de que eso, -le contesto- junto con los cambios y dolores menstruales, forman parte de las grandes mentiras dichas por las mujeres para tratar de convencernos de que los hombres somos los malos y los superficiales... Hablando en serio, no es que si llega un tipo bueno te lo vas a coger porque sí, pero es natural que lo desees. Y si el tipo, además, habla y piensa, lleva más chance que un feo que hable y piense.

- No, vale, -interrumpe Mabel- eso no es así!

- Sí, ya está. Por eso es que en Grey's Anatomy están vueltas locas con Mc Steamy, por su amena charla, verdad? -agrega Elio, aún riéndose.

- Y ojo, que sí estoy de acuerdo en que cualquiera puede tener a cualquiera, pero no al mismo precio. No con el mismo trabajo -sentencio.

- Bueno, si yo estuviera en un bar -dice, pensativo, mi jefe- y se me acerca una tipa bien buena con proposiciones bien malas, yo aceptaría rapidito.

- Machista.

- Bueno, es la verdad -agrega-. Si no vale la pena ser sincero, no vamos a poder hablar! Pero la verdad no me imagino a tí levantándote a una chica en un bar...

- Gracias, Jefe, por el voto de confianza! -digo, mientras los demás se ríen. En ese momento me llega un mensaje de Vero: ya está por llegar. Una idea me cruza por la mente, pero pienso que sólo alguien bastante tonto se arriesgaría a ponerla en práctica.

El punto es que yo siempre he sido bastante tonto... Riéndome para mis adentros, le digo a mi jefe:

- ok, Jefe. Mi honor está en juego. Te apuesto a que puedo lograr que alguna de las tipas buenas que están aquí, o de las que entrarán, me bese, y capaz que termino la noche con ella.

Las chicas se quedan calladas: nunca me han escuchado hablar así... Mi jefe riéndose, pregunta: -Ajá, vas a poner dinero en eso?

- La mitad de mi quincena.

- Hecho. Voy a usar ese dinero para pagar esta cuenta, chicos!

- Lo vas a perder... Alguien más se anota en la apuesta?

Lara me mira, y dice: -Tampoco creo que lo logres. Acepto la apuesta... Pero eso va a ser mucho dinero para mí.

- Tranquila, entonces. Contigo apuesto un beso. Si gano, me besas. Si pierdo, te beso.

- Sí, pendejo! -retruca Lara.

- Coooñooo, estás agüevoneado! -salta Elio, riéndose. Este carajo pareciera que siempre se está riendo.

- Si tú ganas, te beso. Pero si yo gano, vas a hacer todo lo que yo diga por un día!

- Upa!

- No te hagas ilusiones. Mi primera orden será que te pongas un vestido de mujer! -Todos nos reímos un buen rato ante la ocurrencia.

Luego, acepto la apuesta.

Increíblemente, Vero entra justo en ese momento al local, hermosa como siempre y como pocas. Está acompañada por dos hombres, que imagino representaban los negocios que la trajeron a la ciudad. Aprovecho el momento y les digo a los demás que vean a la chica que está entrando: ella es la elegida. Algunos del grupo rien, y Mabel sólo atina a soltar un "Estás loco"...

Me quedo sentado donde estoy, mirando a Vero. Mientras uno de los hombres que la acompañan busca mesa para sentarse, ella recorre el local con la mirada, hasta verme. Sonríe al reconocerme, y avanza hasta la mesa, atrayendo miradas a su paso. Yo me levanto del asiento, esperando abrazarla, pero ella, sin esperar ni preguntar, me estampa un beso que me deja las piernas temblando.

- Ni se te ocurra escaparte hoy, que eres mío toda la noche. Chicas, lo siento, pero ustedes se lo pierden -continúa sin que ninguno de los pasmados presentes pueda interrumpirla-. Voy con los accionistas ahorita. Hablamos al salir, bello...

Me besa de nuevo, y con una sonrisa en el rostro, se aleja. Imagino que estaba marcando terreno, por si alguna de las chicas de la mesa es competencia...

Me volteo a ver a mi gente, y con una sonrisa imborrable me siento de nuevo a la mesa. Elio, atontado, aún sigue viendo boquiabierto como Vero se aleja de nosotros; con la mano le subo la mandíbula, y ese momento es el que todos eligen para ponerse a hablar...

Uno grita que le hice trampa, otra que eso no es válido, y los chicos, que cómo me había levantado a ese mujerón. Caos completo en la mesa, y como dice la canción, sólo por un beso...

...

La noche tocó a su final. Poco a poco, la gente del grupo se ha ido, y sólo quedamos en la mesa Lara, Fede (que aprovechará la cola en el carro de ella), y yo. El jefe se negó a pagar la apuesta, a pesar de que yo fuí claro en que no había incumplido nada; sólo me reservé algo de información... Vero aún sigue con los dos tipos, y ya siento la duda de a qué hora será solo mía.

Los chicos se levantan de la mesa y se despiden. Fede se dirige primero al baño, mientras Lara se despide de mí.

- Bueno, -le digo- y cuándo me vas a pagar la apuesta?

Ella se ríe -Mira, coñito, no quiero deberte nada. Ni las dudas. Así que bésame...

- Un ángel jugando a ser chica mala, vale...

No espero a que me lo repita: me acerco a ella, lento, mientras miro cómo se sonroja... Delicadamente, beso su mejilla, cerca de sus labios, pero sin llegar a tocarlos.

- No voy a dejar que te escudes tras una apuesta- le digo. -Cuando quieras ese beso, aquí estará. Pero no me debes nada, catira...

Ella se me queda viendo, aún sonrojada, y con la duda pintada en el rostro. Sin decir más, se voltea y comienza a caminar hacia la salida.

Me quedo sentado a la mesa, recordando y pensando un poco sobre todo, mientras espero a que mi noche comience...


Mis palabras finales? Las mismas que les digo a los que buscan apostar conmigo: No apuestes lo que no estás dispuesto a perder... -- Las Tierras Oscuras (Te han soñado?)

Y yo que soy más fácil que un tío virgen de 22 años frente a una proposición de sexo sin compromiso... -- Vuelve la Amante (Carne y Pescado)

Ser bisexual duplica las oportunidades de conseguir una cita el sábado por la noche. -- Woody Allen

En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación. -- Octavio Paz

Amiga/o: dícese de la persona del sexo opuesto que tiene ese 'no sé que' que elimina toda intención de querer acostarse con el/ella.

Capricornio (23 Dic - 20 Ene, El amante) Lindo, ama coquetear, sexy, inteligente, muy sexual, predice el futuro, irresistible. Un loco... muy bueno para ya sabes qué. Le gusta estar en relaciones largas. Gran conversador, siempre consigue lo que quiere, divertido, le gusta bromear. A veces le cuesta a un Capricornio sentirse feliz en sus relaciones personales. Pueden tender a ser reservados con desconocidos. Es más probable que un Capricornio tenga pocos buenos amigos (hacia los que siente una lealtad absoluta) que muchos amiguetes. A veces les cuestan las relaciones con el sexo opuesto, aunque una vez se enamoran suelen ser fieles y algo celosos. -- Horóscopo
`