lunes, 7 de diciembre de 2009

De los inútiles


Unos días antes, mientras recorría mis dominios, que ni son míos ni los domino, rumbo al transporte que me llevaría a mi oficina, tuve el horror de ver una escena que me terminó de despertar. Quizás algunos de ustedes ya están imaginando que ví un asesinato, y con seguridad para muchos lo que ví realmente sea una tontería, pero a mí me llenó de desasosiego.

Resulta que me crucé con un par de barrenderos, un hombre y algo que parecía una mujer, dos de esos tan sub-valorados cuidadores de nuestras calles. El tipo estaba sacando sus macundales para ponerse a trabajar, mientras que la mujer ya estaba barriendo. Mientras pasaba a su lado, me fijé en lo que ella estaba haciendo -cosa curiosa, pues normalmente los barrenderos son invisibles para nosotros, a menos que nos atropellen con la escoba- y ahí es que el horror me golpeó.

La tipa había amontonado toda la basura que había recogido en el pedacito que había barrido: mugre, polvo, hojas, y un par de OBNIs (Objeto Basura No Identificado), y lo que hizo a continuación me recordó cuando, en las comiquitas, la persona que está barriendo levanta la alfombra -o a veces la casa completa- y mete la basura bajo la misma. Aunque en verdad esta vez me pareción que la vaina de cómica no tenía nada: la barrendera estaba botando la basura en un hueco en la calle.

El hueco era una alcantarilla.

No puedo llegar a imaginar el proceso mental de la mujer, en verdad. Qué razonamiento pudo haber llevado a esa señora a botar la basura ahí? O sea, tiene el carrito de la basura, con la pala y las bolsas, al lado de ella! No es que se va a herniar buscándolo, verdad?

En verdad la señora no se da cuenta de que está tapando a propósito una alcantarilla con basura? Que en todo caso debería estar sacando la basura de la misma, no metiéndola? Que está ayudando -no, ayudando no, causando!- caos en la ciudad, permitiendo -no, permitiendo no, causando!- que la siguiente lluvia no pueda ser tragada por la alcantarilla en cuestión, por lo que se irá directo al interior de mis zapatos, y a la sala del rancho donde quizás ella misma viva, lo que hará que tenga que ir a quejarse del gobierno, porque por culpa de ellos las alcantarillas no sirven?

Díganme, por favor, que la inutilidad de la mujer los indignó tanto como a mí. Se los pido, díganmelo, para darme cuenta de que el raro, el equivocado, no soy yo. Lo necesito...

Quizás lo peor del caso es que, como siempre, seguí caminando. Sé que debí detenerla -sí, en verdad lo sé-, pero me dió ladilla discutir con una tipa con una escoba en la mano. Me pinté la escena completa, con la mujer obsequiándome con una perla del pensamiento racional, tal como un "y dónde quieres que la meta?", un "métete en lo que te importe", o un "escuálido tenías que ser, que te crees mejor que yo!". Sé que, como dice un amigo, no debí asumir, pero seamos sinceros: qué chance tenía de que la mujer se arrodillara ante mí y, con lágrimas surcando su sucio rostro, me pidiera perdón, arrepentida por la tamaña cagada que había cometido?

No llevaba chance, verdad? Sean sinceros...

Unos días después, llevando a Asier al cole, cuando la camionetica arrancaba luego de recoger pasajeros en una "parada", se escuchó un golpe y una algarabía: resulta que, al parecer, la buseta había tumbado a una señora que se estaba subiendo en ese momento.

Lo siguiente, como es de esperar, fué un pandemonio: la señora le gritaba al chofer, el chofer le gritaba a la señora, otro pasajero le gritaba al chofer, y otra señora le gritaba al pasajero. Desastre total, pero dado que no hubo muertos ni heridos, realmente no hubo mucho que valga la pena contar, excepto quizás una cosa:

La defensa del camionetero fué "Señora, es que no es mi culpa! Yo estaba mirando para el otro lado!".

Hay tantas vainas malas en esa frase, que es digna de repetirla... "Señora, es que no es mi culpa! Yo estaba mirando para el otro lado!". O sea, que no es su culpa el haberla atropellado, por la simple razón de que él, en vez de estar pendiente de lo que le rodea, como corresponde a un conductor prudente, estaba mirando para otro lado, quizás hacia el escote de alguna muchacha.

Paren el mundo, que me bajo. Es decir, que no es mi culpa atropellarte, por la simple razón de que no estaba siendo cuidadoso, no estaba haciendo bien mi trabajo, no estaba a la altura de la responsabilidad que lleva mi puesto? Soy al único al que esa defensa le parece una aberración, un sin sentido, una demostración de la marginalidad mental de ese sujeto?

Al igual que en el caso con el que comencé el escrito, no hice nada: momentos después de la intentona de chafamiento, cuando me iba bajando, pensando en si decirle al tipo el salto atrás que había dado la evolución con él, me dí cuenta de que se encontraba hablando por el celular, y de inmediato pensé en la siguiente excusa, la que usaría cuando atropellase a un niño o desintegrara a una vieja de un carajazo: "Es que no es mi culpa! Yo estaba hablando por el celular!". Asumo que entonces la culpa es del que llamó que ¡oh, desconsiderado entre los desconsiderados! obligó al pobre chofer a atender, haciéndolo así quitarle atención a su ambiente, y todo ello sin tener la consideración de decirle "oye, pero si vas a hablar, estaciónate, no sea que obliteres a alguien con esa máquina mortífera que manejas". Pobre chofer, que ha tenido una vida tan dura, y él que es tan blandito y enclenque...

Te dejo que sigas tu camino ahora, pero te dejo con dos tareas.

Mañana, cuando salgas en la mañanita a la calle, mira a toda esa gente que te rodea, y piensa que, casi con total seguridad, todos ellos son inútiles, gente que no ha pensado jamás en las responsabilidades y deberes que tienen, ni en lo sabroso que es hacer un trabajo como se debe, de hacer las cosas bien.

Mañana, cuando llegues a tu casa en la tarde-noche, mírate en el espejo, y -recordando tus acciones y criterios durante el día- sincérate contigo mismo, y piensa si tú fuiste o no un inútil más...


Mira a tu alrededor. Las cosas no tienen por qué ser así. -- Jerry Weinberg

La diferencia entre un trabajador y un profesional es que un trabajador toma órdenes de su jefe, y un profesional da ideas a sus superiores. Trabajadores son contratados para seguir órdenes. Profesionales son contratados para asegurarse de que la dirección elegida tenga sentido. -- Uncle Bob

Estoy comenzando a pensar que prefiero ser una ciudadana de segunda en cualquier ciudad del mundo a ser venezolana. -- Buena Frase (Verde)

Quiero escribir un libro o una película... Quizás un corto por youtube. Pero necesito una chica, un chico, un perro y un dispositivo para enemas. El perro debe tener mirada de sospecha. -- LuisD