domingo, 17 de octubre de 2010

Fue?


Con mi mano en la barra del subterráneo, mis sentidos en la música que los audífonos comparten únicamente para mí, mi mente en el libro que leo en este momento, me muevo como siempre, sin saberlo, por las entrañas de la ciudad que rodea mi vida.

Una palabra, una nota, un movimiento, o quizás hasta un improbable aroma, te devuelven a mi mente, a mi piel, a mí. Dónde estás, mi musa, mi compañera, mi amiga, mi diosa, que no estás a mi lado? Con quién compartiste esta noche, este amanecer, ya que no conmigo?

Levanto unos ojos que ya no ven, perdidos en la imaginación de qué estarás haciendo en ese momento. Imposible tenerte a mi lado, siendo como es que vives en otra ciudad, en otro país, en otra vida, pero aún así fantaseo contigo, con levantar mi mirada ausente a todo lo demás, y verte frente a mí, y mi corazón se desboca.

Pero el sueño se convierte en pesadilla... Te imagino frente a mí, y de inmediato me doy cuenta de que, si no sé que estás tan cerca de mí, es porque tú no lo deseas. Si estás a escasos metros de mi cuerpo, forzosamente, no es por mí.

Mis ojos se empañan con las lágrimas que sé que no saldrán, lágrimas de dolor, de desengaño, de rabia contra tí por hacerme esto que no me has hecho, y contra mí por dejar que me afecte tanto. Mi corazón se divide entre las ganas de verte y las ganas de que quieras que ocurra, y en esta guerra civil de deseos, como en cualquier otra, ningún lado gana.

Las puertas se cierran frente a mí, cortando mi ensoñación, y devolviéndome a la realidad, que por más real no es más sentida. Aún mis ojos siguen ciegos a mi mundo, aún siguen mirando dentro de mí, en mi corazón, en mis sueños, en mis deseos... Quedo con una sonrisa triste dibujada en mi rostro, sonrisa de idiota que se alegra de no saber lo que ha perdido.

Idiota que confía que no estés, pero que quieras estar.

Quizás si no hubiera estado ocupado imaginándote, te hubiera visto allí, ocupando en verdad el lugar que no deseabas...



Un poco de talento es una cosa agradable de tener, si es que quieres ser un escritor. Pero el único requerimiento real es la habilidad de recordar cada una de tus cicatrices. -- Stephen King

Contra lo que el mito frívolo insinúa, las niñas que juegan mucho con la Barbie no buscan casarse con un Ken. Ese es un invento de la industria. Lo que las mujeres Barbie quieren es casarse con un Oso de Peluche querendón y benefactor, al que luego, con el paso del tiempo, muy probablemente le pondrán los cuernos con un Ken: encarnado por un atlético profesor de Pilates, un ex novio que resurge del pasado, o un extranjero de abdominales marcados al que conocen en un viaje de trabajo que, luego de la primera noche, se convierte en uno de placer. -- El diario privado de RC (Another Toy Story)

A pesar de la contaminación, la inflación, el tráfico y la inseguridad, soy tan anormal que me gusta vivir en esta ciudad. -- Gorka.

domingo, 10 de octubre de 2010

Los esqueletos salen del closet


Dicen que el secreto para una relación buena y duradera está en la confianza, en contárselo todo a la otra persona, en que no existan secretos, en mantener la relación lo más abierta y transparente posible.

Eso a mí me parece una de las mayores equivocaciones de la humanidad.

La vida del ser humano se compone de momentos, de recuerdos, y sobre todo de deseos. Momentos, recuerdos y deseos que a veces son privados, a veces inconfesables, a veces increíbles.

Imagina que supieras todo de todos. Quién ha matado a alguien, quién se viste de cuero negro para que lo azoten de noche, quién golpea niños o mujeres, quién engaña o es un engaño, quién tiene sexo delicioso con alguien que no es su pareja, quién sueña con una nueva pareja, un nuevo trabajo, una nueva vida...?

A primera mano, suena interesante. El chisme no nos gusta, pero nos entretiene, y si la información es poder, la información de los pozos del alma, con tintes de prensa amarillista, es más poder aún. Genial, verdad?

Ahora piensa en todas esas cosas secretísimas tuyas, e imagínate que se sepan. Imagínate que tu abuela sepa cuándo te masturbas, y que incluso pueda verte. Imagínate que tu esposa sepa a quién de la oficina te estás cogiendo. Imagínate que el vecino te ve cada vez que haces el amor en la regadera. Imagínate que sepan que te gustan los hombres en vez de las mujeres. Imagínate que tus hijos sepan todas las locuras que has hecho en tu vida, te enorgullezcas de ellas o no.

Qué sería de nuestras vidas si todos tuviéramos los pecados escritos sobre la piel? Grabados sobre la frente? Reflejados en el alma de tal forma que flotaran sobre nuestras cabezas, y todos pudieran verlos, leerlos, enterarse?

Qué cosas de las que has hecho hubieras dejado de hacer bajo la certeza de que todos las sabrían?

Si tu respuesta sincera, pensada y analizada, es "ninguna", no sé si alegrarme o apiadarme de tí, pues tu vida es tan aburrida, o tu alma tan negra -según el caso-, que no la mereces.

Si tu respuesta es, en cambio, un "muchísimas!", tampoco es que sea mucho mejor, pues significa que tu cobarde moral depende del qué dirán, de las leyes, de que no se enteren los agraviados.

Todos nosotros entramos en uno u otro de los grupos anteriores, sin excepción. A veces, entramos en ambos a la vez...

Conocer los pecados de cada quien es, casi, casi, el equivalente a conocer sus pensamientos y deseos más íntimos. Sería el equivalente a que todos reconocieran públicamente lo rico que es tener sexo, y quizás hasta lo practicaríamos con una libertad digna de una comuna hippie en el antiguo imperio romano. Puedo equivocarme, pero no hay forma de que eso me suene mal.

Pero conocer los deseos de cada quien sería aún peor que conocer sus pecados, pues un pecado no es más que un deseo conseguido, mientras que un deseo es un pecado que no nos hemos atrevido a cometer, aún estando llenos de ganas.

O sea que los deseos son peores que los pecados, porque son tan oscuros que no los llevamos a cabo? O son los pecados lo peor, sencillamente porque han ocurrido? Acaso si ocurren y nadie se enteran, son tan horribles? O serán recuerdos ardientes, y nos crearán deseos de repetirlos?

De lo que no hay duda es que no queremos que la gente se entere de nuestros pecados y deseos. Al menos, no toda la gente.

El que dijo que la verdad nos haría libres, definitivamente no sabía de qué hablaba.


Solo deja las cosas atrás, pero no olvides, no sea que tus pasos te lleven a la misma sombra de nuevo... -- Gorka

Sé quien eres y dí lo que sientes, pues a aquellos que importan no les importará, y a quienes les importe no importan. -- Dr. Seuss