miércoles, 29 de octubre de 2008

El día que mis manos se tiñeron de rojo


Hace un par de días, durante el fin de semana, mi bebé se sintió mal. Amaneció el lunes, y la fiebre y el malestar de cuerpo aún atormentaban su cuerpecito. No me quedó más remedio que avisar en la oficina y quedarme en casa, haciendo de enfermero del enano.

Cuando mi madre se enteró de que el nieto llevaba un par de días con malestar, me increpó -como de costumbre- por no avisarle, y me dijo que fuera a pasar la tarde en la casa. Asumo que toda abuela tiene la secreta creencia de que su sola presencia bastará para curar a su nieto de las más horribles enfermedades. Y algunas, estoy seguro, están en lo cierto.

Caminé por las calles, tantas veces recorridas durante mi niñez, en dirección a la casa de mi madre. Siempre que paso por allí los recuerdos me golpean: recuerdos de los momentos que ya se han ido, de vivencias que pensé olvidadas, de idas y venidas del colegio con mis amigos, varios de los cuales ya no están tan cerca como antes.

Mientras me acercaba a la casa, ví la pollera que de pequeño me atormentaba, durante el regreso al hogar a la hora del mediodía, con sus deliciosos olores. Al sentir, como antaño, el tirón del hambre al detectar el aroma, pensé en detenerme y comprar un pollo asado para mí y para el pequeño, y quizás para mi madre.

Justo al momento de cruzar el umbral, sentí que me agarraron por el brazo en el que llevaba cargado al bebé. Me giré con una sonrisa, previendo que con seguridad algún amigo o amiga se habría tropezado conmigo, y me querría saludar. No era realmente tan extraño, pues todos vivíamos en la misma zona.

Lo que me encontré fué con un tipo flaco, moreno, con un bigotito ridículo. Era más bajo que yo, y la ropa que llevaba había visto con seguridad épocas más felices.

Y tenía una navaja en la mano, con la que me amenazaba, disimulando sólo a medias.

- Mira, panita, bájate de la mula!

En seguida me congelé. Claro que me habían robado, pero nunca alguien armado, o al menos nunca esgrimiendo el arma tan cerca y con tanta determinación.

- No escuchaste? Dame los reales!

Lo reconozco: me puse obtuso. Uno no sabe cómo reaccionará ante una situación hasta que se encuentra en ella. Algunos dicen o piensan, inteligente pero deshonrosamente, "si me atracan, les doy lo que pidan, pero que no me hagan nada". Otros, por rabia, indignación o impotencia, se inclinan por una actitud más agresiva, de mantener su derecho a vivir sin miedo, o al menos a morir de pie en lugar de vivir de rodillas.

Yo, realmente, no tenía un criterio formado, aunque realmente nunca he sido agresivo. Normalmente aguanto lo que ocurra con estoicismo, no por miedo o dejadez, sino porque considero que es el curso de acción que más beneficios reportará.

La única explicación que se me ocurre para lo que hice es el hecho de que tenía al bebé cargado. Quizás podía manejar perder mi vida, pero no la de él.

Instintivamente, alocadamente, empujé al malandro y corrí hacia el interior de la pollera.

Deseaba, esperaba, rezaba para que el ladrón se amedrentara ante la gente del restaurant. Sin embargo, en algún momento algo se rompió en la sociedad de mi país; en algún momento los malvivientes se sintieron con derecho a atemorizar a los demás; en algún momento los policías le temieron a los ladrones y no al revés... En algún momento, los malandros perdieron el miedo a lo correcto.

El ladrón corrió tras de mí.

Corrí entre las mesas, tropezando con los clientes que estaban comiendo en ellas, hasta llegar al final del área pública del restaurant, y me metí a la cocina. Justo tras de mí, entro el hombre con la navaja.

No sé qué ví en sus ojos, pero al instante supe que no me perdonaría el empujón, que tomaba como una afrenta personal que no le hubiera dejado robarme. En ese momento comprendí que, para él, yo era el culpable de todo lo malo en su vida, incluyendo su decisión de robar. Comprendí también que mi vida no le importaba en absoluto.

- Vas a ver, gordito! -dijo, convirtiendo las 'r' en 'l', casi como si fuera un chino, de esa forma tan particular e inexplicable que tiene la gente de los más bajos estratos sociales- Le voy a volver mierda la cara a ese carajito que llevas!

Mis peores temores se hicieron realidad, y sin embargo, en ese momento todo se calmó. Como si estuviera fuera de mi cuerpo, ví como el temor me abandonaba. En cámara lenta, dejé al bebé en el piso, tras de mí, y agarré un cuchillo de la cocina, con la seguridad de que era lo único que podía hacer. Sin poder detener a mi cuerpo, me ví avanzar hacia el ladrón.

Instantes, segundos, horas, eternidades después, ambos estábamos en el piso. Mis piernas habían perdido las fuerzas, y mi tembloroso cuerpo había ido a dar al piso; un par de heridas hacían que mi sangre escapara de mí, pero ni siquiera las sentía.

A mi lado, con una se sus piernas sobre una de las mías, estaba el malandro. Un gorgoteo horrible salía de su garganta, mientras se ahogaba en su propia sangre. Una cálida mancha, más marrón que roja, se extendía bajo él.

Sabía que mi bebé estaba ahí, tras de mí, llorando pero seguro y bien, pero sencillamente no podía pararme a levantarlo. Aún fuera de mi cuerpo, noté que algunas de las personas de la cocina se acercaban a mí, me preguntaban si estaba bien, me decían que me fuera. Recuerdo vagamente que pedí que llamaran a la policía, y a mi madre para que buscara al bebé, aunque realmente no recuerdo haber dicho nada. Y a partir de ahí, no guardo ninguna memoria real del resto del día, sino retazos confusos...

Aún no sé qué pasará. Quizás nada. Quizás todo. A lo mejor me dejan ir, por ser defensa propia, por las circunstancias atenuantes, por el bebé. A lo mejor parte de mi vida pertenecerá desde mañana a una cárcel. A lo mejor un colega del malandro decide que hay algo que vengar.

Si mañana escribo, será porque aún sigo sin saber qué pasará. No sé si eso es bueno o malo...


El sauce conoce lo que la tormenta no: que el poder de soportar el daño sobrepasa el poder de inflinjirlo. -- Magic (La sangre del mártir)

Tú eres un asesino. Yo sólo soy un hombre que a veces mata. -- Wolverine a Sabretooth

sábado, 25 de octubre de 2008

De hombres y de pollos


Si la memoria no me falla, la población humana está algo por encima de los seis mil millones de personas. Todas esas personas, si no me equivoco, comen algo cada día: algunos algún tipo de carne, otros vegetales, y otros comemos lo que sea que realmente nos den cuando comemos en la calle.

Vegetarianos y cuartomundistas aparte, creo que todos comemos algún tipo de carne al día: de res, de cerdo, pescado, pollo, o algún extra (chivo, conejo, perros en el restaurant chino de la esquina, o alguna carne minoritaria por el estilo). Así que supongamos que el pollo es la cuarta carne más comida en el mundo (no contemos a los chinos: rompen cualquier estadística que nos inventemos).

De los seis mil millones de personas iniciales quitaré a la mitad, para que nadie se queje de que me equivoqué en una cuenta, o que los pobres niños africanos se comen entre ellos, o que los chinos casi no comen pollo. Eso nos deja tres mil millones. De ellos, creo que me aceptarán que asuma que unos quinientos millones de personas sería un buen número para manejar como comedores de pollo (o sea, gente que algún día de la semana come pollo). Me iré por lo seguro, y contaré sólo la mitad otra vez: doscientos cincuenta millones.

Noten que estas cuentas son diarias, puesto que -como dije- todos comemos cada día. Por lo tanto, diariamente deben morir suficientes pollos como para alimentar a doscientos cincuenta millones de personas.

Aterrador.

Algunas personas -del subgrupo de los comepollos- comerán menos de un pollo al día, seguro. Pero otras comerán más, porque harán tres comidas (hasta ahora no hemos tomado en cuenta que las personas comen más de una vez al día), o porque comen piezas de pollo que son únicas (si te comes dos pechugas completas, a juro hay que matar a más de un pollo). Por lo que creo que es un compromiso aceptable asumir que cada día, una persona se come un pollo.

En conclusión: cada día, doscientos cincuenta millones de pollos mueren en el mundo para alimentar a la plaga humana, y eso es siendo conservadores.

Aterradorsísimo.

Una cuenta similar podríamos sacar para las vacas, cerdos, peces, mariscos, aves, chivos, conejos, caballos, perros, gatos, iguanas, tortugas, morrocoyes, monos, insectos, y cualquier otro tipo de animal (obviemos de momento a las plantas). Millones y millones de seres vivos son sacrificados a diario, solamente para que nosotros podamos alimentarnos!

Es para mí un misterio de dónde salen todos estos seres. En verdad que escapa de mi comprensión cómo es posible que diariamente nazcan tantos animales como para cubrir la cuota alimenticia de los humanos. Lo único que se me ocurre es que exista cualquier cantidad de criaderos para animales, donde los pobres son nacidos, criados, engordados y muertos por millones, para poder cumplir con los suministros necesarios.

Gracias a Dios que los bichos no son muy razonadores, porque la pasarían fatal filosóficamente hablando si se enteraran de que nacen no solo con el destino -como todos-, sino también con la única finalidad, de morir, y además por culpa ajena. O se deprimirían mucho, o tomarían venganza y tratarían de matarnos a picotazos...!

Y para finalizar, la guinda que faltaba: muchísimos de esos animales mueren ni siquiera por nuestra supervivencia, sino por nuestra gula. Si sólo comiéramos lo necesario, quién sasbe cuántos animales salvarían su vida?

Felicidades. Si estás leyendo esto, es porque formas parte de la peor plaga que ha asolado este mundo...


Un español se encuentra a un chino y dice: "¡Hola!". Y el chino dice: "Las 12:30".

Las tumbas se abren a cada instante y se cierran para siempre. -- Proverbio Chino

Una democracia: tres lobos y una oveja votando para elegir qué cenarán.

Asier tiene cada cosa! Provoca comérselo... Será eso lo que Kronos pretendía, y fué malentendido? -- Sonsire

jueves, 23 de octubre de 2008

Reflexiones


Despierto, como casi todos los días, en el momento en el que ella entra y prende la luz. Es increíble, es tonto, lo sé, pero basta que la vea para que mi vida cobre sentido; basta que la tenga frente a mí para que me sienta llena de vida...

Apenas entra, me dedica una mirada y una sonrisa que vale una vida. Observo en silencio mientras se desviste, despojándose poco a poco de las capas que ocultan su cuerpo a mi vista.

Sin esperar su invitación, yo hago lo mismo.

Me dedica una última mirada, con ojos que brillan de alegría, y se mete en la ducha. Alcanzo a darle una mirada rápida a sus nalgas antes de darme la vuelta a mi vez, para dedicarme a lo mío.

Unos momentos después, el agua deja de correr. Miro hacia la ducha justo a tiempo para verla salir, desnuda y húmeda... Me desespero, como siempre, porque el calor del baño forma un vaho que no me deja verla claramente. A veces pienso que, más que verla, adivino sus formas, completando con recuerdos cuando la imaginación no alcanza.

Noto que se acerca, y sonrío. Acerca su mano hacia mí, y la mueve para aclarar la visión; ese es el momento que aprovecho para unir mi mano a la suya, palma contra palma, y unir nuestras pieles.

Ahora que pienso en sus manos me doy cuenta que, tan curioso como suena, nunca me he fijado en sus pies. Ahora mismo, desde mi posición, no alcanzo a verlos, y eso me hace sonreir. Será que hacen juego con el resto de su estatuario cuerpo? O serán feos?

Gracias doy a Dios de que ella nunca ha acostumbrado a envolver su cuerpo en una toalla al terminar de bañarse: es justo ahí, justo ahora, cuando mejor la puedo observar. Admirar. Ver el agua escurriendo por su piel, entre sus senos, abrazando su cintura, delineando su cadera... Aprovecho desesperada esos segundos de ver su cuerpo de gata moviéndose, porque sé que ya terminó, ya se irá, y la perderé de nuevo, hasta la próxima vez.

Y así pasa, tan inevitable como que todo -bueno o malo- acaba. Termina de secarse, y cuelga la toalla en su soporte. Me mira pícaramente antes de apagar la luz y salir. Y yo me quedo sola, otra vez, deseándola...


...luego
Contemplé tu cuerpo minuciosamente,
Besé tu frente después de haberlo hecho por todo tu cuerpo,
El cansancio no se disimulaba,
Dormiste en mi pecho empezando el alba.

-- Asteroide B612 (Nosotros y el silencio)

Dónde dejamos que se nos escape esa magia de descubrir el cuerpo desnudo que se nos entrega cada noche, a pesar de haberlo visto miles de veces? -- Jeca

Como un paño ajustado ciñe un cuerpo perfecto, realzándolo que no ocultándolo. -- Leandro Wolfson

Los espejos, antes de darnos la imagen que reproducen, deberían reflexionar un poco. -- Jean Cocteau

martes, 21 de octubre de 2008

Segundos


La gota permitió que el aire por el que se desplazaba le diera forma mientras caía a unirse con sus hermanas, formando grandes masas de agua que ahogaron el pavimento, y mojaron el metal, el vidrio, la carne y los demás materiales con los que se consiguió en su camino.

La goma unió cada una de sus caras, vuelta a vuelta, con el asfalto, separando los mares de agua con surcos de una vida abismalmente corta. Mares infinitamente mayores y menores a muchas otras cosas se crearon, separaron, juntaron y movieron, sus olas y ondas creando patrones irrepetibles.

El agua conoció de nuevo lo que era surcar los aires, pero esta vez no en forma de solitaria gota, sino de ola monstruosa, en la que multitud de gotas de mezclaban y entretejían, tocándose, fundiéndose, dejando de ser ellas y pasando a ser otras, en un ciclo sin fin.

El vidrio y el metal no lograron detener el flujo del líquido, y una vez superada la barrera que podría haber protegido la piel y los tejidos, el agua se abalanzó en su interior, deslizándose sobre todo lo que se encontró, y dentro de los elementos permeables que consiguió.

Las terminales nerviosas, al detectar la humedad que entró en contacto con sus sensores, dispararon millones de avisos que recorrieron los laberínticos caminos hasta llegar a la central nerviosa del ser en el que se encontraban. Desde ahí, infinitas respuestas se crearon, generando respuestas en músculos desconocidos.

Las cuerdas vocales se movieron y generaron ondas sonoras, que viajaron por el aire, chocando con más gotas, vidrio, metal y goma, hasta -quizás- llegar a los tímpanos que realmente eran su destino. Nunca se sabrá si los alcanzaron o no. Y eso nada cambia.

* * *

El otro carro pasó al lado del nuestro, y el agua que salpicó entró por la ventanilla, empapándome.

- Coño, desgraciado! -grité!


shhh
mi pequeña
shhh
juguemos
simplemente juguemos
a nunca callar nuestra voz

-- nada en especial (Paisajes ilusivos)

Pequeñas cosas, en las que aquí no me fijo, hicieron de mi estancia algo magnífico. Fui espectadora de excepción de algunas vidas, luchadoras, maleadas a base de esfuerzo, truncadas a base de decepciones, pero resurgentes como Fénix de las mismas cenizas que crearon las lágrimas. (...) Mirarlo todo y descubrir ínfimos detalles. Llenar los ojos de hermosos gestos. -- unachicaenapuros (14/01/06)

Cosas como salir con alguien casado, o con quien no debes salir; engañar a tu pareja, robar o engañar... Todas esas cosas, a lo mejor pequeñas, pero que te dan trauma. -- Gorka

sábado, 18 de octubre de 2008

Los niños de la guerra


Avancé hacia la primera línea, apartando a los soldados a mi paso, hasta tener una imagen clara de la cabaña en la que se encontraba atrincherado el grupo de rebeldes.

Un par de días atrás, tras el incidente de MacGuffin, el gobierno decidió que los rebeldes habían ido demasiado lejos, y creó un grupo especial para perseguirlos. El grupo rebelde -hombres, mujeres y niños- había tenido que escapar apresuradamente, alertados por una llamada anónima, y desde entonces habían estado ocultándose y escapando, hasta terminar -los sobrevivientes- en esta cabaña, santuario y trampa al mismo tiempo.

Sus perseguidores los habían encontrado y rodeado unas horas después. Su orden era acabar con ellos inmediatamente, y sólo una llamada de un alto rango de Operaciones Especiales había ganado algunos minutos para los perseguidos.

Mi llamada.

- Operaciones Especiales, Capitán. -me presenté, tras el saludo de rigor- Gracias por esperar...

- No sé qué interés tiene en este grupo -me interrumpió-, pero mis órdenes son claras, y pretendo cumplirlas!

- Se lo aseguro, Capitán, que no es mi intención interferir con su misión. Todos los soldados rebeldes son sólo suyos, y que le aprovechen. Pero ese grupo tiene algo de mi mayor interés, del interés de mi departamento, y espero que me permita obtenerlo antes de eliminar a los rebeldes.

- No lo sé -dudó-... No me dijeron nada sobre esto... Y no veo por qué deba permitirle llevarse nada.

- Sus órdenes son eliminarlos, no registrarlos, y ni siquiera interrogarlos. Su misión estará cumplida, Capitán, y le aseguro que no tendrá ninguna consecuencia negativa. -Al ver que aún dudaba, agregé, con un leve tono de amenaza en mi voz- Ayúdeme, Capitán, y le deberé un favor. Interfiera, Capitán, y se habrá ganado un enemigo...

El Capitán me miró fijamente, y luego de unos segundos, desviando la vista, se hizo a un lado. Extraje un pañuelo blanco de mi abrigo y, mientras lo mantenía a la vista, me quité mi sombrero y mis armas y, tras tendérselas a mi ayudante, inicié el recorrido hacia la cabaña.

Ningún disparo me recibió.

Me abrieron la puerta, y me dejaron entrar. Me revisaron, y sólo al terminar de cerciorarse de que no venía armado dejaron que me acercara a su líder.

Roberto había envejecido años en unos días. Estaba mucho más flaco y ojeroso de lo que nunca lo había visto, y varias canas asomaban entre sus negros cabellos. Se notaba que estaba agotado, y aún así se le veía altivo mientras hablaba, guardando lo único que aún no le habían quitado: su orgullo.

- Hola -me dijo, con una lacónica sonrisa en el rostro-, vienes a despedirte?

- Sí -respondí con seriedad-. No puedo hacer nada por tí ni por los tuyos. Están rodeados, y en unos minutos comenzará el ataque. Pronto, todo habrá terminado, y no hay nada que pueda o puedan hacer.

Roberto me miraba mientras hablaba, con la calma de quien sabe de antemano lo que le están diciendo, y con el vacío en la mirada de quien sabe que todo está perdido. Se levantó de donde se encontraba sentado, y caminó lentamente alrededor de la habitación, hasta apoyarse en el quicio de la puerta, de espaldas a mí.

- La mataron hace un par de noches -dijo con voz apagada-, mientras cruzábamos el río. Ni siquiera pude despedirme de ella, ni siquiera pude enterrarla... -Por la forma en la que hablaba, supuse que lloraba.

- Lo sé, Roberto. Yo sí la ví, y sí la enterré. Y es por ella que estoy aquí. -Roberto me miró, con la duda en su mirada- No puedo hacer nada por los soldados rebeldes, pero quizás aún pueda obrar algún milagro...

Los ojos de Roberto se iluminaron lentamente, a medida que entendía, y gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas. Sólo un leve "gracias" salió de sus labios...

* * *

Salí de la cabaña llevando lo que había ido a buscar, envuelto una sábana, y avancé rápidamente hacia las líneas militares. Al pasar junto al Capitán le agradecí, sin detenerme, su colaboración. Trató de detener mi avance, y preguntó:

- Qué pasó? Qué hablaron? Y qué es lo que se lleva?

- No es su jurisdicción. -volteé, y lo miré con dureza- Ya se lo agradecí, y le dije que le debo un favor. No abuse de mi paciencia... Y, por si las dudas, no está autorizado a informar nada sobre mi presencia aquí, Capitán.

Sin decir más, sin esperar la respuesta del Capitán, seguí mi camino hasta llegar al vehículo que me esperaba. Mi ayudante se subió al puesto de copiloto, y el conductor arrancó.

Con suavidad, abrí las mantas que la arropaban, y ví la carita de la pequeña Sofía, durmiendo como la inocente bebé que era... Me aseguraría de que tuviera su oportunidad en la vida.

Tras nosotros, los disparos se iniciaron.


Tuve un árbol, pero se secó,
Tuve un niño y entre mis manos creció,
Tuve un libro pero envejeció:
El tiempo se llevó
Toda la inocencia que al nacer nos dio.
Las cosas que nunca tuve
Son tan sencillas como irlas a buscar.

-- Pablo Milanés y Ricardo Arjona (La novia que nunca tuve)

Cuando uno da esperanzas, contrae una responsabilidad. -- Svetlana (Guardianes de la Noche)

La encontré y sé que existe, pero no es para mí y nada de lo que yo esperaba sucedió. -- Desde Adentro (3 Puntales de mi esperanza…)

jueves, 16 de octubre de 2008

Bienvenidos


Bienvenido esta noche a la casa de usted,
le ofrecemos humor y mil cosas que ver!
Nos pararemos de cabeza o le hablaremos al revés,
con tal de entretener...
Entretener a usted!

De las cosas que pasan entre ella y él,
del secreto divino que llaman mujer,
y de los hombres que se meten donde nadie los llamó,
todo eso aquí verán...
Y se divertirán!

Y se divertirán!


Hagan bien, y no miren a quién! -- Miguelángel Landa (Bienvenidos)

Fíjate en alguien que te haga sonreír porque se necesita sólo una sonrisa para hacer que un día oscuro parezca claro. Encuentra al que hace sonreír a tu corazón.

El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa. -- Nietzsche

miércoles, 15 de octubre de 2008

Las vueltas de la vida


Durante una de mis clases de inglés surgió una conversación sobre la gente que hemos ido dejando atrás.

Hablando sobre la gente con la que cursamos bachillerato -y con la que nos hemos encontrado o reencontrado, en Facebook, en reuniones, en la calle o en la vida- y qué ha sido de sus vidas.

Todos nosotros estábamos más o menos en el mismo nivel socio-económico, vivíamos más o menos en la misma zona, compartíamos mayoritariamente el mismo grupo de amigos y, por supuesto, tuvimos la misma educación colegial por muchos años.

Por qué, entonces, tenemos diferencias tan notorias en la forma en la que la vida ha resultado para cada uno?

Algunos son profesores con varios post-grados que se la pasan viajando. Algunos tienen mucha gente a su cargo. Algunos ganan muchísimo dinero. Algunos, ambas cosas.

Otros de nosotros son lo que se diría nada. No tuvieron más estudios. No tienen un trabajo notorio. No ganan mucho dinero. Quizás sobreviven como buhoneros, o robando. Quizás viven para la cerveza del viernes, o subsisten ahogados en alcohol, o en una nube de drogas...

Algunos de nosotros ya han muerto...

Qué hace la diferencia?

Están, claro, las decisiones "menores". Tu propia vida sería muy distinta si hubieras decidido estudiar en una universidad distinta, o aceptar una oferta laboral en lugar de otra. Tus amistades serían otras, incluso quizás tu pareja y partes de tu familia. Quizás estarías incluso en otro país...

Pero debe haber algo más, no...? Qué será?

Creo que, quizás, sea que algunos tenemos retos, tenemos metas, y especialmente tenemos sueños... Ellos son los que nos dan energía, los que nos dan razones para seguir adelante, para levantarnos al caer, para disfrutar de lo que tenemos sin caer en el conformismo...

Esas metas, esos sueños, a veces nos llegan de la mano de nuestra familia, de la educación que nos dan en nuestros hogares. Otras veces, asumo, nos llega por nosotros mismos, porque decidimos consciente o inconscientemente que no nos rendiremos.

Así que detente un momento, y mira las cosas buenas que tienes en tu vida. Y luego agradécelo a tus padres, y asegúrate de hacer un buen trabajo con tus hijos, para que también tengan retos, metas y sueños que les ayuden a dar un paso más, a nunca rendirse...


(PD: Hoy -casualidad?- se celebra el evento La pobreza como tema en acción. Tomen esto como mi pequeño aporte tangencial...).


Y cuando quieras te lo escribo,
sin un descanso mientras que hay una pared
en pleno cielo y por si acaso en el olvido
que me aguanto lo que muero
si puedo volverte a ver.

-- Miguel Bosé & Benny Ibarra (Si puedo volverte a ver)

Todo lo que es o ha sido, ha comenzado con un sueño. -- Lavagirl (The Adventures of Sharkboy and Lavagirl 3-D)

Imaginando una y otra vez cómo podría haber sido el futuro que le hubiera gustado tener. -- La Tasca Sin Nombre (Resignación)

Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir. -- Robert Louis Stevenson

domingo, 12 de octubre de 2008

Apuestas


Estamos en una mesa de la esquina, en una salida entre los panas de la oficina, como tantas. Hoy, por fin, quedé de encontrarme con Verónica: está en la ciudad por el fin de semana, y ya me dijo que no me iba a soltar ni para comer -o sea, sexo todo el fin de semana!-. Cuadré la salida a este local porque ella vendrá aquí con unos colegas, y pretendo que nos vayamos juntos cuando ambos terminemos nuestras salidas.

(A veces aún me sorprendo de que Vero haya entrado a mi vida, aunque sea de forma tan tangencial. Supongo que el hecho de que existamos se debe a los errores de alguien más).

A mi lado está mi jefe, que curiosamente accedió a venir con nosotros, y a su izquierda Fede toma con calma una cerveza. Frente a mí Mabel se sonríe mientras escucha la discusión que, a su lado, sostienen Lara y Elio.

- Cualquiera puede tener a cualquiera -dice Lara.

- Claro, con ese cuerpazo que te gastas, catira! -responde Elio muerto de la risa.- Pero un carajo tipo normal como yo, lo tiene más difícil!

- Lara tiene razón, vale -se mete nuestro jefe, Víctor, mientras menea su trago-. Yo no soy la gran vaina, pero modestia aparte he tenido suerte con las mujeres. A ellas no se las conquista estando bueno, sino con labia.

- Te puedo llegar a creer que les importe más lo interno que lo externo en nosotros -agrego, participando en la discusión por primera vez-, pero no me vas a convencer de que un carajo como Brad Pitt no lleva ya terreno ganado al momento de usar la labia. Y -interrumpo a las chicas que ya se han lanzado a por mi cuello- no me vengan con "Brad Pitt no me gusta", que saben que estoy hablando de un tipo buenote genérico.

- Bueno, pero igual -comenta Lara- yo no le voy a abrir las piernas a un tipo porque esté buenísimo.

- Estoy convencido de que eso, -le contesto- junto con los cambios y dolores menstruales, forman parte de las grandes mentiras dichas por las mujeres para tratar de convencernos de que los hombres somos los malos y los superficiales... Hablando en serio, no es que si llega un tipo bueno te lo vas a coger porque sí, pero es natural que lo desees. Y si el tipo, además, habla y piensa, lleva más chance que un feo que hable y piense.

- No, vale, -interrumpe Mabel- eso no es así!

- Sí, ya está. Por eso es que en Grey's Anatomy están vueltas locas con Mc Steamy, por su amena charla, verdad? -agrega Elio, aún riéndose.

- Y ojo, que sí estoy de acuerdo en que cualquiera puede tener a cualquiera, pero no al mismo precio. No con el mismo trabajo -sentencio.

- Bueno, si yo estuviera en un bar -dice, pensativo, mi jefe- y se me acerca una tipa bien buena con proposiciones bien malas, yo aceptaría rapidito.

- Machista.

- Bueno, es la verdad -agrega-. Si no vale la pena ser sincero, no vamos a poder hablar! Pero la verdad no me imagino a tí levantándote a una chica en un bar...

- Gracias, Jefe, por el voto de confianza! -digo, mientras los demás se ríen. En ese momento me llega un mensaje de Vero: ya está por llegar. Una idea me cruza por la mente, pero pienso que sólo alguien bastante tonto se arriesgaría a ponerla en práctica.

El punto es que yo siempre he sido bastante tonto... Riéndome para mis adentros, le digo a mi jefe:

- ok, Jefe. Mi honor está en juego. Te apuesto a que puedo lograr que alguna de las tipas buenas que están aquí, o de las que entrarán, me bese, y capaz que termino la noche con ella.

Las chicas se quedan calladas: nunca me han escuchado hablar así... Mi jefe riéndose, pregunta: -Ajá, vas a poner dinero en eso?

- La mitad de mi quincena.

- Hecho. Voy a usar ese dinero para pagar esta cuenta, chicos!

- Lo vas a perder... Alguien más se anota en la apuesta?

Lara me mira, y dice: -Tampoco creo que lo logres. Acepto la apuesta... Pero eso va a ser mucho dinero para mí.

- Tranquila, entonces. Contigo apuesto un beso. Si gano, me besas. Si pierdo, te beso.

- Sí, pendejo! -retruca Lara.

- Coooñooo, estás agüevoneado! -salta Elio, riéndose. Este carajo pareciera que siempre se está riendo.

- Si tú ganas, te beso. Pero si yo gano, vas a hacer todo lo que yo diga por un día!

- Upa!

- No te hagas ilusiones. Mi primera orden será que te pongas un vestido de mujer! -Todos nos reímos un buen rato ante la ocurrencia.

Luego, acepto la apuesta.

Increíblemente, Vero entra justo en ese momento al local, hermosa como siempre y como pocas. Está acompañada por dos hombres, que imagino representaban los negocios que la trajeron a la ciudad. Aprovecho el momento y les digo a los demás que vean a la chica que está entrando: ella es la elegida. Algunos del grupo rien, y Mabel sólo atina a soltar un "Estás loco"...

Me quedo sentado donde estoy, mirando a Vero. Mientras uno de los hombres que la acompañan busca mesa para sentarse, ella recorre el local con la mirada, hasta verme. Sonríe al reconocerme, y avanza hasta la mesa, atrayendo miradas a su paso. Yo me levanto del asiento, esperando abrazarla, pero ella, sin esperar ni preguntar, me estampa un beso que me deja las piernas temblando.

- Ni se te ocurra escaparte hoy, que eres mío toda la noche. Chicas, lo siento, pero ustedes se lo pierden -continúa sin que ninguno de los pasmados presentes pueda interrumpirla-. Voy con los accionistas ahorita. Hablamos al salir, bello...

Me besa de nuevo, y con una sonrisa en el rostro, se aleja. Imagino que estaba marcando terreno, por si alguna de las chicas de la mesa es competencia...

Me volteo a ver a mi gente, y con una sonrisa imborrable me siento de nuevo a la mesa. Elio, atontado, aún sigue viendo boquiabierto como Vero se aleja de nosotros; con la mano le subo la mandíbula, y ese momento es el que todos eligen para ponerse a hablar...

Uno grita que le hice trampa, otra que eso no es válido, y los chicos, que cómo me había levantado a ese mujerón. Caos completo en la mesa, y como dice la canción, sólo por un beso...

...

La noche tocó a su final. Poco a poco, la gente del grupo se ha ido, y sólo quedamos en la mesa Lara, Fede (que aprovechará la cola en el carro de ella), y yo. El jefe se negó a pagar la apuesta, a pesar de que yo fuí claro en que no había incumplido nada; sólo me reservé algo de información... Vero aún sigue con los dos tipos, y ya siento la duda de a qué hora será solo mía.

Los chicos se levantan de la mesa y se despiden. Fede se dirige primero al baño, mientras Lara se despide de mí.

- Bueno, -le digo- y cuándo me vas a pagar la apuesta?

Ella se ríe -Mira, coñito, no quiero deberte nada. Ni las dudas. Así que bésame...

- Un ángel jugando a ser chica mala, vale...

No espero a que me lo repita: me acerco a ella, lento, mientras miro cómo se sonroja... Delicadamente, beso su mejilla, cerca de sus labios, pero sin llegar a tocarlos.

- No voy a dejar que te escudes tras una apuesta- le digo. -Cuando quieras ese beso, aquí estará. Pero no me debes nada, catira...

Ella se me queda viendo, aún sonrojada, y con la duda pintada en el rostro. Sin decir más, se voltea y comienza a caminar hacia la salida.

Me quedo sentado a la mesa, recordando y pensando un poco sobre todo, mientras espero a que mi noche comience...


Mis palabras finales? Las mismas que les digo a los que buscan apostar conmigo: No apuestes lo que no estás dispuesto a perder... -- Las Tierras Oscuras (Te han soñado?)

Y yo que soy más fácil que un tío virgen de 22 años frente a una proposición de sexo sin compromiso... -- Vuelve la Amante (Carne y Pescado)

Ser bisexual duplica las oportunidades de conseguir una cita el sábado por la noche. -- Woody Allen

En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación. -- Octavio Paz

Amiga/o: dícese de la persona del sexo opuesto que tiene ese 'no sé que' que elimina toda intención de querer acostarse con el/ella.

Capricornio (23 Dic - 20 Ene, El amante) Lindo, ama coquetear, sexy, inteligente, muy sexual, predice el futuro, irresistible. Un loco... muy bueno para ya sabes qué. Le gusta estar en relaciones largas. Gran conversador, siempre consigue lo que quiere, divertido, le gusta bromear. A veces le cuesta a un Capricornio sentirse feliz en sus relaciones personales. Pueden tender a ser reservados con desconocidos. Es más probable que un Capricornio tenga pocos buenos amigos (hacia los que siente una lealtad absoluta) que muchos amiguetes. A veces les cuestan las relaciones con el sexo opuesto, aunque una vez se enamoran suelen ser fieles y algo celosos. -- Horóscopo
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miércoles, 8 de octubre de 2008

En pelotas...


Me conseguí en el blog de Alice un link a una página que grafica la estructura de cualquier página en Internet, y así como ella se lo robó a 4to D, yo se lo robo a ella.

Hacerlo es sencillo y medianamente rápido: Aquí, pon la url de tu web y mira su interpretación gráfica (tarda unos minutos en completarse). Se basa en las etiquetas usadas en el código HTML de tu web:

* Los puntos azules son enlaces o links (tag A).
* Los puntos rojos son tablas (tags TABLE, TR y TD).
* Los puntos verdes son capas (tag DIV).
* Los puntos violetas son imágenes (tag IMG).
* Los puntos amarillos son formularios (tags FORM, INPUT, TEXTAREA y OPTION).
* Los puntos naranjas son saltos de línea y citas (tags BR, P y BLOCKQUOTE).
* Los puntos negros son nodos raíz (tag HTML).
* Los puntos grises son todos los demás tags.

Desconozco si esto tiene alguna utilidad, más allá de hacer perder mi tiempo y el de ustedes, pero dado que esa es la finalidad de este blog, pues pensé en aprovechar y compartir esto con ustedes. Para los que quieran ver Las Tierras Oscuras en pelotas, pueden hacer click aquí. Y para los que quieran verme a mí en pelotas, pueden hacer click aquí.

Luego me dicen cuál de los dos se ve mejor!


Contribuciones serán aceptadas en forma de fotos de tí, desnuda, o de tus bellas familiares y amigas, desnudas. -- Least I could do

Dónde dejamos que se nos escape esa magia de descubrir el cuerpo desnudo que se nos entrega cada noche, a pesar de haberlo visto miles de veces? -- Jeca

domingo, 5 de octubre de 2008

Los Señores de la Noche


- Sal, maldito chupasangre!

El grito retumbó por los pasillos de la base. Incluso aquellos de nosotros sin sentidos desarrollados escucharon el alarido, retumbando y reverberando por las paredes de metal.

Con los reflejos ganados por incontables entrenamientos, entramos en acción de inmediato: algunos cambiamos de forma a medida que avanzábamos, ganando velocidad mientras lo hacíamos; otros hicieron insubstancial su forma, y atravesaron las paredes; todos nos dirigimos hacia la entrada, a enfrentar a quien fuera lo bastante tonto para amenazarnos.

Al llegar, los más valientes nos detuvimos en seco. Los demás huyeron de regreso sobre sus pasos, presas de un terror incontrolable.

Desde mi privilegiada y peligrosa posición en primera fila, observaba asombrado al gran garou que estaba aullando retos e insultos justo fuera del área protegida.

Era casi el doble de grande que los demás licántropos en su grupo, y el espeso y sucio vello negro que cubría casi todo su cuerpo apenas lograba disimular sus músculos. Sus brazos eran casi tan largos y gruesos como un humano adulto, y estaban terminados en gruesas y brillantes uñas, tan negras como la noche. Unos blanquísimos dientes asomaban de entre sus fauces, y un único ojo, rojo como la sangre, relucía desde su rostro. Una blanca cicatriz de un palmo de largo, recuerdo seguro de alguna batalla, adornaba el hueco donde debió haber estado el otro ojo.

Los demás licántropos, mucho más pequeños pero no por ello menos mortíferos, se encontraban un poco más atrás. De las fauces de algunos goteaba una saliva sanguinolenta, mientras que gordas moscas se cebaban entre las sucias cerdas de otros.

Sólo una figura estaba junto al garou negro: una chica que aparentaba no más de quince o dieciséis años se encontraba, sangrante, a sus pies. Uno de sus ojos estaba cerrado por un hematoma, y su brazo izquierdo se hallaba doblado en un ángulo antinatural bajo su cuerpo.

- SAAAAAL!

El aullido heló la sangre en nuestras venas. No sabíamos si, aún batallando todos juntos, podríamos con ese cazador.

A pesar de que siento miedo como cualquier otro, nunca he dejado que mi terror me nuble el juicio o los sentidos, por lo que pueden creerme: en un momento no estaba ahí, y al siguiente se encontraba entre nosotros, como si siempre hubiera estado en la misma posición. Su cabello, lacio y negro, caía despeinado y desigual hasta tocar la piel, de un blanco inhumano, de su cuello. Sus ojos, completamente negros, sin un iris visible, miraban fijamente al garou negro.

A pesar de que ninguno de nosotros vió cambiar su expresión ni un ápice, todos pudimos sentir su ira como algo material, tangible, que nos rodeaba y ahogaba. De forma tan grácil que apenas lo vimos moverse, se acercó paso a paso a la puerta del edificio.

Al llegar al borde del pasillo de salida, se detuvo. Unos centímetros más allá, el sol del mediodía calentaba el ambiente.

Para cualquier vampiro, poner un pie fuera de las sombras en ese momento del día era una muerte segura, rápida y dolorosa. Todos lo sabíamos: nosotros, él, y sobre todo el hombre-lobo que lo esperaba afuera.

- Y bien, sanguijuela? -gruñó el garou- No vas a salir? No vas a venir a saludarme? No quieres terminar tu trabajo? -dijo mientras señalaba la cicatriz en su rostro.

El vampiro lo miró fijamente. Sólo el ceño ligeramente fruncido, y un fuerte tono rojizo en su aura, revelaban la ira que rugía en su interior.

- Suéltala -dijo con voz pausada.

El cuerpo del licántropo se sacudió visiblemente por las carcajadas que salieron de su hocico.

- Crees que tus trucos de feria barata me afectarán, idiota? -aulló- Estoy más allá de tu rango, y mucho más de día. Ahora, sal...!

Al momento, una nube negra comenzó a formarse entre la puerta del edificio y el lugar donde el garou esperaba al vampiro. Sin embargo, antes de agarrar consistencia, la misma comenzó a disolverse.

- Ya no diviertes, cadáver... Es de día, y sabes que tus poderes se pierden con el sol. No me hagas esperar más, o tu noviecita no estará aquí cuando llegues.

El garou agarró la cabeza de su cautiva con una de sus inmensas garras, y comenzó a apretar. La chica se las arregló para no emitir ninguna queja, pero el dolor se reflejó en su hermosa cara, y unas líneas de sangre comenzaron a fluir de sus ojos y oídos.

Los dos adversarios, criaturas fenomenales, se miraron sin decir palabra. Al final, el vampiro avanzó.

Al instante en el que su pierna fué tocada por la luz del sol, un espeso humo comenzó a surgir de la misma. Sin embargo, el vampiro continuó avanzando hacia su retador, quitándose el sobretodo y arrojándolo a un lado mientras avanzaba.

Pronto todo su cuerpo estaba cubierto de una capa de humo. Su cabello comenzó a deshacerse hasta desaparecer por completo, y su piel se resecó hasta quedar como un pergamino. Aún así, su expresión no varió. Siguió avanzando hacia el garou, a paso cada vez más rápido, mientras unas garras negras surgían de sus extremidades. Abrió la boca mostrando sus colmillos, mientras su piel se cuarteaba y se caía, y se abalanzó sobre su rival.

El garou lanzó a la chica hacia un lado como quien se deshace de un estorbo, y de un brinco cubrió la distancia que lo separaba del vampiro. Ambos cuerpos chocaron con brutalidad en el aire, y al instante los gritos de la batalla llenaron el aire, y la sangre de los guerreros cubrió el pasto bajo ellos.

Las garras de ambas criaturas abrían en la carne de su enemigo surcos que se cerraban casi al instante. Poco a poco la velocidad de los combatientes aumentó, e incluso a los más poderosos de nosotros nos costó seguir el desarrollo de la batalla: la mayoría sólo logró ver unas figuras borrosas, distorsionadas aún más por el humo que antes había sido la piel del vampiro.

En ese momento, caí en cuenta: qué edad tendría el vampiro que estaba batallando ante mí, para haber soportado por tanto tiempo el ataque combinado del licántropo y del sol?

En ese momento la batalla llegó a su fin... El vampiro se lanzó de lleno hacia el garou negro, dejando su pecho descubierto, y el hombre-lobo no desaprovechó la ocasión: lanzó con furia sus garras hacia el vampiro, y atravesó de lleno su pecho. Sus largos dedos asomaron por la espalda del vampiro.

Pero ningún corazón fué despedazado. Ningún corazón estaba ya en ese pecho...

El vampiro usó una de sus manos para ladear la cabeza del garou de un fortísimo golpe, y con la otra forzó a ambos cuerpos a acercarse; los brazos del garou se hundieron más en el cuerpo del vampiro, arrancando más de la poca carne que le quedaba.

En el momento en el que ambos pechos se tocaron, el vampiro hundió sus colmillos en el enorme cuello de su enemigo.

El combate se paralizó de repente: ambos guerreros estaban trabados en un abrazo mortal. Sus músculos temblaban debido a la tensión a la que estaban sometidos, pero ninguno de los dos lograba vencer el agarre del otro.

De repente, una de las rodillas del garou cedió bajo su peso. Sus brazos parecieron perder fortaleza y grosor, y el vello que cubría su cuerpo se apelmazó y comenzó a encanecer. La falta de sangre había comenzado a debilitarlo...

Ambas criaturas -ahora sólo poco más que esqueletos- usaban las últimas fuerzas que les quedaban para mantener su agarre, sabiendo que el primero que flaqueara moriría. Cayeron al suelo, uno sobre el otro, y quedaron inmóviles... Unos momentos después, el cuerpo del vampiro se incendió.

Ambos bandos de espectadores quedamos como congelados, sin saber qué hacer... Sólo la chica se movió: corrió hacia el sobretodo que el vampiro se había quitado, y con él comenzó a apagar el fuego que cubría los cadáveres. Nadie la ayudó en su inútil intento, pero su movimiento nos sacó de nuestro ensimismamiento: los licántropos comenzaron a alejarse, sin mirar hacia atrás, y la mayoría de nosotros los imitó, adentrándose de nuevo en la relativa seguridad de nuestra base.

Pocos éramos los espectadores que quedábamos cuando el vampiro se levantó de entre sus cenizas.

Un esqueleto negruzco, con jirones de piel y algunos tendones que aún se aferraban con tenacidad a los huesos, se alzaba ante nosotros. Su piel había sido completamente consumida por el sol y el fuego, pero su voluntad antinatural aún daba vida a su cuerpo...

El esqueleto miró a la chica, que estaba arrodillada ante él, sin poder levantarse ya por sus heridas. La cargó sin esfuerzo, y comenzó a avanzar cojeando hacia la entrada del complejo. Lentamente le abrimos paso mientras entraba a la seguridad de las sombras del edificio. Las cuencas de sus ojos apuntaron en mi dirección, y los humeantes huesos de sus brazos se estiraron hacia mí, crujiendo al acercarme el cuerpo de la chica.

Una sola palabra, Cuídala, resonó en mi cabeza. A pesar de no sentir ni una pizca de amenaza, en seguida supe que era una orden que no osaría desobedecer. Sostuve a la muchacha en mis brazos al mismo tiempo que le hice una señal afirmativa con la cabeza al vampiro.

Sin apenas detenerse, el ennegrecido esqueleto se adentró cojeando hacia el interior del edificio, sin que ninguno de nosotros acertara a proferir ni una sílaba; sabíamos que habíamos visto el final de una guerra de la que sólo podíamos imaginar el inicio, y de la que nunca sabríamos ningún otro detalle, nunca desvelaríamos ningún otro secreto.

Lentamente nos adentramos en el edificio, mientras las puertas se volvían a cerrar a nuestras espaldas...


[En relación a unos jeroglificos egipcios] Qué? Soy el único que puede leer palabras escritas en una piedra? Demonios, me siento viejo... -- Lazos de Sangre (Blood Ties)

Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas. -- Albert Einstein

In Absentia Luci, Tenebrae Vincunt. -- Hellboy

sábado, 4 de octubre de 2008

Exteel


Supongo que en algún momento de mi vida, como les habrá pasado a muchos, mi comiquita preferida fué Mazinger Z. Incluso, hace pocos años, durante el paro, nos encerramos a ver la serie completa durante un par de días.

Mi amor por los Mechas (o Mechs... Se pronuncia "Mecas", y es una forma de referirse a esos "robots gigantes", normalmente presentes en animación japonesa) no se limitó a Mazinger: Robotech, El Gladiador, El Vengador, Super-Magnetrón, Dai Apolon, los más modernos Evas, y hasta los Transformers y los Gobots; muchas de mis comiquitas preferidas tuvieron que ver con el mismo tema.

(Ahora también me gustan, pero a veces por otros "temas").

Y ahora, gracias a mi hermano, conseguí una forma de subirme a pilotar uno de esos bichos: Exteel, un juego online gratuito de acción.

El juego es un shooter en tercera persona (como Tomb Raider mezclado con Counter Strike), en el cual la gracia es maniobrar tu Mecha, agrupado con otros en un mismo equipo, en una lucha sin cuartel contra otros robots gigantes (manejados por otros jugadores o por la computadora), representantes de bandos contrarios en una guerra civil entre colonias humanas.

Las batallas se realizan en escenarios o mapas suministrados por el juego, con distintas características: en algunos tendrás una lucha todos-contra-todos, o por grupos; en otros tendrás que obtener el control del terreno enemigo, o defender tu terreno de numerosas hordas automatizadas.

Algo que me fascina del juego es lo siguiente: siempre me ha gustado personalizar mis "personajes", que mi avatar se vea distinto al tuyo, que se puedan reconocer a simple vista. Recuerdo de mis tiempos de Gran Turismo que me fascinaba ir mejorando mi auto pieza a pieza, pintándolo como quisiera, etc... Bueno, pues esto es posible en Exteel!

Cada jugador comienza con un Mecha genérico -de bajo nivel-, que puede ir mejorando y personalizando a medida que gana créditos (la moneda genérica de casi todas las historias y juegos futuristas) y rango en la milicia. El jugador puede cambiar las piezas del robot (cabeza, pecho, brazos, piernas y motores) así como las armas (pistolas, SMGs, escopetas, rifles, cañones, lanza-cohetes, lanza-llamas, espadas, espadas-láser, lanzas, taladros, escudos, medi-kits, y para de contar), mejorándolo de forma que se adapte más a su estilo de juego, de forma que puedes tener un Mecha ligero, rápido y difícil de golpear, o un Mecha pesado, con grandes armas y gran resistencia.

Lo único que se me ocurre que les ha faltado son formas menos "humanoides" (como algunos de los robots de Mechwarrior), o tal vez la capacidad de personalizar los stats de cada pieza (pasa que las piezas buenas son horribles, o viceversa).

Para hacer corto un cuento largo, a aquellos que les gusten los Mechas o los juegos de acción, vayan a la página de Exteel, bájenlo e instálenlo, y pruébenlo. A mí no me decepcionó, y de seguro a ustedes tampoco.

Y se me olvidaba! Si son lo bastante valientes, o necesitan una mano en el juego, búsquenme! Mi callsign es Morbridae...



[Hablando de Contra] El nombre y el argumento del juego han cambiado según la parte del mundo en la que se haya publicado. Originalmente se llamó "Contra" en Japón y en Estados Unidos, aunque llegó a Europa como "Gryzor". Había tres kanjis en el título: el primero se pronuncia "kon" y significa "espíritu"; el segundo es "to", y significa "batalla"; y el tercero es "ra", y se refiere a algún tipo de ropa o vestimenta. Es decir "Kontora" sería algo así como "Vestimenta Espiritual de Batalla". -- El Blog de Manu

Los video juegos no tienen ninguna influencia sobre los niños. Quiero decir, si el Pac-Man hubiese influenciado a nuestra generación, estaríamos todos corriendo en salas oscuras, masticando píldoras mágicas y escuchando músicas electrónicas repetitivas. -- Kristian Wilson, Nintendo Inc. (1989)

La elección del rojo para la campaña chavista es bastante buena. Si se fijan, lo malo siempre es rojo: Los errores en computación, los nombres de los malos en videojuegos, las heridas en el cuerpo humano, las cifras en deuda en economía... -- Gorka

viernes, 3 de octubre de 2008

Algunos nacen estrellas...


En el menú que, al menos por ahora, está a la izquierda de este comentario, el tercer "grupo" de links son los tags con los que agrupo mis escritos, para facilitarle a los lectores interesados en ciertos tópicos conseguir los escritos apropiados a sus gustos.

(Si haces click en una de las categorías, verás solamente todos los escritos de dicha categoría. Así puedes leer todos mis cuentos, mis necedades, etc).

El primer link es "_Preferidos", y lo uso para marcar aquellos escritos que, a mi muy personal parecer, más me han gustado. La idea es que los nuevos lectores, o aquellos a los que le dé ladilla leerme completo, puedan leer "los mejores" posts.

Esa solución caminaba, pero no me convencía mucho, porque lo que leían eran mis preferidos, no los de los lectores... Sin embargo, ya estamos corrigiendo eso!

Bajo cada post ahora verán cinco estrellitas parchosas (apenas pueda colocaré alguna otra imagen) para que le den un puntaje a cada escrito. Con ese puntaje espero poder mostrar la lista de los más populares (que ya se muestra en el segundo "grupo" de links), los más puntuados (que aún no sé mostrar, pero ya estoy trabajando en ello), etc... Así los lectores nuevos -o no tan nuevos- podrán leer mis "mejores" escritos, sin tener que pasar por los post no tan agraciados.

Para los lectores lite, por favor voten al terminar de leer un escrito. Para los fans hardcore, les agradezco si recorren todos mis escritos, o al menos los que más les hayan gustado, puntuándolos.

Sé que suena ladilla, pero les agradeceré muchísimo el esfuerzo. Gracias por anticipado!


Algunos nacen estrellas, y otros nacen estrellados! -- Dicho popular

Quiero más niños que sueñen con estrellitas y duendes. -- Juan Luis Guerra

jueves, 2 de octubre de 2008

Tribimeme


Tengo muchas ideas chéveres para escribir, pero por culpa de Exteel no he podido. Por ello, para ustedes, mis cándidos seguidores, hoy sólo les brindaré un memecito para que se entretengan.

Este meme consiste en publicar una lista con seis cosas sin importancia que nos hagan felices, y pasar el meme a otras seis personas vía mensajito en su blog, además de linkear al que nos pasó el meme (o, como en este caso, de quien nos lo chuleamos). Este me lo conseguí en Essence dAnnuey, y me llamó la atención por lo lindo que nos lo vendió.

Sin más preámbulos, pasemos a lo que nos interesa: Qué cosas "sin importancia" me hacen feliz?


* Una sonrisa de Asier. Y si es una risa de cosquillas, mejor.

* Jugar con mis amigos: Rol, Arcade, Videojuegos, Dominó, Imperio Cobra, Risk... Lo que sea.

* Un buen libro, novela a preferencia, y si es de Fantasía o Terror, mejor.

* Que me regalen un Lego.

* Estar sentado viendo tele, con un Toddy en la mano, mientras afuera llueve a cántaros.

* Hablar de comiquitas viejas.

* Unas cervezas en El León, o en el muro del Ateneo. Y si es con una charla tranquila e interesante, imagínense.

* Que me buceen por la calle.

* Una parrilla con la familia o los amigos, con Dominó, cerveza y/o vino.

* Que mi cuerpo funcione bien, y que tenga todo lo que debo, donde debo.

* Un beso de la persona apropiada. O imagínate, una noche a solas...

* Una noche a solas con mi blog.


Qué dicen? Que no son seis sino doce? Repámpanos! No lo noté! Ya me parecía a mí que ese seis estaba como doble. Bueno, nada. Ya los leyeron, vivan con ello...

Ahora, les hecho el muerto a Azasael, Yukino, Ozono, Lennys, Trustno1, Alberto (esta vez, todos Figuras, para ver si personalizamos un poco esto), y a quien quiera que se anime a responder esta tontería que me hizo feliz.

Quién se anima?


La gente más feliz, no necesariamente tiene lo mejor de todo; simplemente disfrutan al máximo de todo lo que está en su camino.

Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías esperando la gran felicidad. -- P.S. Buck

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto la puerta cerrada que no vemos la que ha sido abierta para nosotros.

La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria. -- Edwige Feuillère

Que tengas suficiente felicidad que te haga dulce,
suficientes pruebas que te hagan fuerte,
suficientes penas que te mantengan humano,
suficiente esperanza que te haga feliz.


miércoles, 1 de octubre de 2008

El hombre eléctrico


De pequeño, soñaba en convertirme
en un SUPER HÉROE.
Y ahora que soy grande, también.

Cuando saco a pasear a mi perra
trato de adquirir super poderes.
Luego, intento volar.

La gente dice que estoy loco.
La gente olvida lo importante que es
luchar por un sueño.

No hay nada imposible en la vida,
sólo hay que encontrar
el modo de conseguirlo.

La gente que dice
que no lo conseguirás
son perdedores sin cojones.

Cualquier pared se puede abrir
a cabezazos,
y cuando derrumbes la pared
todo tendrá sentido
y la gente te verá como
lo que eres:

Un SUPER HOMBRE,
un SUPER HÉROE.


Transcripción de El hombre eléctrico (Sé un super héroe), video de Rafael Fernández (Ezcritor y Animal) que me conseguí en Busco Novia (Historia de un Seductor Errático).


Los soldados luchan, y los reyes son héroes. -- Dicho Yiddish

Un héroe no huye de su destino. -- Hiro Nakamura (Heroes)

La magia de la música es que crea sentimientos. Oyendo una canción particular lograrás que tu corazón lata desbocado, como al ver a la persona amada, o que tu estómago cosquillee, como al pensar en ella. Hay canciones que te hacen ser mejor persona, o ser un héroe (y si no me creen, escuchen La Leyenda de Zelda, sobre todo en la versión de Apocalyptica). -- Gorka