domingo, 22 de enero de 2006

Mi última charla


Escribí este artículo hace algún tiempo, y fué originalmente publicado el 13 de Septiembre del 2004 en OcioJoven. Varias personas me han comentado que me leen en un lado, y se olvidan de leerme en otro, por lo que crucé ciertos artículos, para que estén en ambos. Este fué uno de los afortunados...

* * *

Por favor, no discutan sobre la "veracidad" de lo que escribí. Es un artículo, quizás con mi opinión, quizás sólo con ficción. Léanlo como eso, y evitemos enfrentamientos religiosos, que nadie podrá ganar.

* * *

Nunca fui particularmente religioso. Creía en Dios más por no discutir que por otra cosa. Fui Católico porque mis padres así lo decidieron, mas no porque yo hubiera dado alguna vez algún paso en esa dirección.

Con esto no quiero decir que fuera una mala persona. De hecho, creo que más bien fui todo lo contrario: nunca dañé a nadie (al menos de forma consciente), siempre respeté y amé a los demás, ayudaba a quien me rodeaba cada vez que podía, y no sólo por lo que pudiera recibir a cambio. En resumen, creo que no fui una persona "mala"... Y menos al compararme con otras personas que llegué a conocer mientras viví.

Por mi educación, siempre "creí" en el Cielo, con sus nubes y sus angelitos, y el Infierno, con su fuego y sus castigos. Nunca me pregunté qué habría más allá... Hasta que lo descubrí. Y dado que siempre fui pragmático, cuando estaba en mi lecho de muerte y me ofrecieron traer a alguien que pudiera limpiarme de mis pecados, decidí que debía importar más los hechos de mi vida entera que una confesión hecha durante su conclusión; que no tenía sentido que alguien "malo" pudiera confesarse cinco minutos antes de morir, y por ello ir al Cielo, ni que alguien "bueno" muriera sin poder confesarse, y por ello ir al Infierno. Decidí, pues, que dejaría que mis actos hablaran por mí.

Es por eso que llegué al Infierno.

He de reconocer que en ese momento es que me di verdadera cuenta de que algo andaba mal. Me encontraba en un lugar nuboso, indistinto. Si tuviera que ponerle un nombre al mismo, le hubiera llamado Cielo en vez de Infierno, pues lo que el catecismo y las películas muestran del primero era más parecido al lugar donde me encontraba. Cierto es que las nubes eran cálidas, pero su calor no resultaba desagradable.

Mientras aún pensaba en a dónde había ido a parar, y si en verdad sería merecedor del Cielo (eso, aparte de ser excelente por todo lo que significaba, tenía además el agregado de que demostraba que mi teoría sobre las confesiones había estado acertada), una sombra se dibujó ante mí. La figura que salía lentamente de entre las nubes resultó el ser más hermoso que pudiera haberme imaginado durante toda mi vida, y aún me quedaba corto.

La figura era la de un ángel: un joven de rasgos muy finos y cabellos negros larguísimo. Una armadura dorada cubría sus ropajes, túnicas blancas que tapaban casi toda su piel. Su rasgo más notorio eran unas grandísimas alas negras, de plumas de águila, a juzgar por su tamaño, y de cuervo, a juzgar por su color. Su triste sonrisa, prometedora de paciencia y amor, se disolvió cuando abrió su boca para hablarme.

- Bienvenido al Infierno. Puedes llamarme Lucifer.

En nada se parecía aquél ser al Diablo de mi religión, al Demonio de las películas, al Señor de las Tinieblas Dantescas. ¿Y los cuernos y la cola? Y, puestos a ello, tampoco en nada se parecía ese lugar al Infierno. ¿Qué pasó con el fuego? ¿Y los gritos?

Lucifer debió darse cuenta de mi asombro, o leyó mi mente, o sencillamente ya estaba acostumbrado luego de la infinidad de almas que con seguridad habían estado allí, con esa misma expresión, antes que yo.

- Ya es un poco tarde para el aviso, pero la verdad es que no deberías creer en todo lo que lees o ves... - dijo, con voz pausada y ojos húmedos - Sobre todo cuando lees o ves algo que trata de explicar lo que nadie nunca ha visto.

- Pero - respondí tartamudeando -, ¿no está todo eso sacado de la Biblia?

- La Biblia no es más que una biblioteca de muchos libros, todos ellos escritos por muchos hombres, y traducidos incontables veces. Mucha gente defiende que, al ser la palabra de Dios, él ha podido hacer que permanezca inalterada a través de los tiempos. Pero basta ver dos ediciones cualesquiera de la Biblia para darte cuenta de las diferencias que contienen... En cada una de sus traducciones, algo ha sido cambiado y perdido, ya sea por ignorancia del traductor, o por intención de modificar su contenido - replicó él, con tranquilidad.

Ante mi muda mirada de asombro, fruto de sus palabras, y de la identidad de quien las profería, prosiguió.

- Mi Padre dotó a todos los seres con inteligencia, sentimiento, voluntad... Alma, en una palabra. Y por ello, cualquier humano puede haber escrito o borrado de la Biblia lo que creyera adecuado en un momento dado. Mi Padre sugiere - dijo, haciendo énfasis en la última palabra -, pero no obliga. Lo que debe entender el ser humano de la Biblia, de la Religión, es el Contenido, no la Forma... "Amarse los unos a los otros" es la única frase importante escrita en cualquier libro terrenal.

- Si los seres humanos se dieran cuenta de esto, menos problemas habrían - repuse, con sorna. ¿Qué hacía el Diablo, hablándome de tú a tú, y dándome lecciones del amor?

- Y menos guerras. No sabes el dolor que me causa escuchar a los humanos pelear porque la Biblia dice que las mujeres no deben usar pantalones. Si se pararan a pensar que, en la época en la que se escribió la Biblia, ni siquiera existían pantalones que prohibir... Más aún, aunque los hubieran, ¿qué importa ello? ¿Qué importa que la Religión haya prohibido comer pescado? ¿No notan que era sólo una manera de evitar que la gente se enfermara al comer carne pescada hace mucho tiempo, a muchos kilómetros de distancia?

Sin embargo, nada de esto escuché. Una frase dicha por Lucifer se había quedado rebotando en mi cerebro.

- ¿Dolor? ¿Te causa dolor las peleas en la tierra? Disculpa, pero... ¿No eres el Diablo?

- Sí, lo soy. Y, si sabes eso, entonces debes saber que soy su hijo predilecto, aquél que más lo ama. Como te dije antes, no creas todo lo que leas o veas. Soy un ángel; un ángel que ama tanto a su Padre, que acepté la misión más difícil de todas. Acepté venir aquí, acepté encargarme del Infierno, acepté representar lo malo y ser odiado por todos. Más aún, acepté no volver a ver nunca más la cara de mi Padre, aquello a lo que más amaba. - hubiera jurado que vi una lágrima resbalar por su mejilla - Y todo eso lo acepté en nombre de lo mucho que lo amo.

Aquello fue la gota que derramó el vaso. Alguien una vez me contó un chiste donde decía que el Infierno y el Cielo eran similares, y que la única diferencia era que el Cielo tenía un mejor publicista. Siempre me hizo gracia pensar en el Cielo como en un club social de entrada selecta, y en el Infierno como un bar donde siempre estaba prendida una fiesta.

Pero esto, sencillamente, no lo podía aceptar.

- ¿El Diablo, bueno? ¿El Diablo, amando a Dios? ¿Pero y todo lo que nos han enseñado? ¿Todas las escrituras? ¿Toda la dicotomía entre el bien y el mal?

- No me malinterpretes. El Bien existe, y por contraposición, el Mal. La capacidad de ambos está en el ser humano, por igual. ¿Nunca llegaste a pensar en por qué mi Padre no me eliminó, sencillamente? Me amaba, sí, pero también amaba a muchas personas sobre las que abatió plagas y desastres en algún momento. También ama al niño que deja sin madre a temprana edad. Mi Padre, si la situación fuera como la creen los humanos, podría sencillamente haber destruido a Adán y a Eva cuando pecaron, y haber hecho una nueva creación. El Mal no es el enemigo de mi Padre; es sólo otra faceta de su creación más grande, el ser humano.

- Mi Padre - prosiguió luego de un momento - podría acabar con todo el mal de la creación con sólo desearlo. Pero no quiere que la creación sea modelada por él, sino por los humanos. Y han sido los humanos quienes han creado el concepto del Bien y del Mal, y quienes los han modificado con el paso de las generaciones.

- Pero, y entonces, ¿a qué la necesidad de ti?

- ¿No te has dado cuenta? - dijo, sonriendo como un padre le sonríe a un hijo mientras le explica algo obvio que el niño no termina de entender - Hay mucha gente que se llena la boca diciendo que son ateos, que no creen en mi Padre. Sin embargo, todos creen en mí. Y, como podrás notar si lo piensas un momento, quien cree en mí, debe creer en él. Soy necesario, puesto que alabo la gloria de mi Padre.

Tardé un minuto en cerrar la boca, debido al impacto.

- ¿Pero entonces, nada de lo que damos por supuesto, nada de aquello en lo que basamos nuestras creencias, ninguno de nuestros dogmas, es real?

- Nunca pienses eso. Mi Padre es real, y el amor que siente por todos nosotros es real. Y yo soy real, y mi labor también lo es. La única diferencia es, puedes creerme - dijo, mientras su voz se cascaba en un sollozo -, que lamento con todo el corazón que estés aquí...

Su figura se envolvió otra vez en nubes, sin darme oportunidad de decir nada más. La última mirada con que me regaló, una mirada llena de compasión y dolor, se perdió en la oscuridad. Ésa es la última mirada que he visto desde entonces, aquí, en mi Infierno.


Lo único que se quema en el Infierno es la parte de tí que no soltó la vida, tus memorias, tus ataduras. Ellos queman todo eso. Pero no te están castigando. Ellos están liberando tu alma. Por ello, si estás asustado de morir y... y estás aferrándote, verás demonios arrancándote la vida a tiras. Pero si has hecho las paces contigo, entonces los demonios son realmente ángeles, liberándote de la tierra. -- La escalera de Jacob

miércoles, 18 de enero de 2006

Comentarios a HeroClix


¿Eres fanático de los Cómics? ¿O acaso te fascinan los juegos coleccionables? ¿Te encantan los juegos de estrategia? ¿O sólo buscas pasar un buen rato con tus amigos? Si contestaste "sí" a alguna de las preguntas anteriores (o a todas, como yo) entonces, por favor, no sigas leyendo este artículo. No quiero que me culpes a mí cuando gastes todo tu dinero en HeroClix.

Los juegos coleccionables de miniaturas (CMG, por Collectionable Miniature Game) no son una novedad, ni mucho menos. Ya han pasado sus buenos años desde la primera vez que escuché hablar de Space Hulk, Necromunda o Warhammer 40K, por decir algunos. Sin embargo, no por ello han pasado de moda, o han perdido empuje entre sus adeptos, sean experimentados o novatos.

Desde hace poco, los CMG han tenido un repunte: al menos cuatro nuevos juegos (hay más, pero son cuatro los que me han llamado la atención) han surgido en estos últimos años para placer de sus fanáticos: Mage Knight, HeroClix, MechWarrior y Lord of the Rings. Si bien todos ellos tienen sus puntos fuertes (y todos ellos son excelentes para jugar, como ya he podido comprobar), centraré este artículo en el juego que me llamó la atención tanto como para permitirle comerse mis ahorros: HeroClix.

En resumidas cuentas, HeroClix es un juego de estrategia de miniaturas basado en el universo del cómic de Marvel, DC y los así llamados "cómics independientes" (Dark Horse Comics, Danger Girl, Top Cow, etc). A grandes rasgos, la tónica del juego es (como es de suponer) Jugador 1 vs Jugador 2, y el que quede parado (o gane más puntos por matar personajes del contrario) gana. Sin embargo, existe la posibilidad de jugar "escenarios", que le añadan una nueva dimensión al juego sin aumentar su dificultad (por ejemplo, definiendo que no gana quien tenga más puntos, sino el que capture cierto artefacto).

El juego en sí tiene muchas reglas, pero son de fácil aprendizaje. En dos o tres partidas ya las estarás dominando (excepto los poderes de cada figura, pero eso se arregla teniendo a mano alguna de las tablas de referencia).

Se juega sobre mapas, lo que elimina el tener que estar tomando medidas o armando escenarios. A algunos jugadores esto no les gustará, pero para otros debe ser muy cómodo no tener que armar un diorama cada vez que se va a jugar. Respecto a la variedad de mapas, no es restrictiva, pues aunque no hay muchos en el mercado, en la red puedes encontrar verdaderas obras de arte que puedes bajarte e imprimir.

En general, se nota que se ha tratado de simplificar todo lo posible, sin que por ello se pierda la emoción y la estrategia del juego. Conozco amigos que juegan HeroClix con su hijo de 10 años, y eso es gracias a que la simplificación de las reglas deja paso a pura estrategia, sin necesidad de perder tiempo y ambiente sacando cuentas raras, o discutiendo de si la figura A ve a la figura B o no.

Para terminar de convertir a los aún no conversos, les diré que una de las características que más me llama la atención de HeroClix es la mezcla de universos. Desde mis tiempos de OverPower me encantó poder jugar no sólo con los personajes de Marvel, sino además poder mezclarlos con los de DC o Image y otras casas de "cómics independientes" (aunque Image nunca llegó a Venezuela: Idea de regalo para mí!). ¡Imagínense poder armar con total libertad los "Dream Teams" de los cómics!

Como único apartado negativo puedo citar que las figuras de HeroClix están aceptablemente pintadas, pero sólo eso (aunque cada vez quedan mejor). Mientras que hay algunas muy bien detalladas, hay otras en las que se nota la prisa y la desgana del pintor (hay que ver las miniaturas de Mage Knight o Lord of the Rings para disfrutar ante una miniatura bien pintada. ¡Algunas son sencillamente asombrosas!). Sin embargo, nada que no puedas arreglar, si eres exigente, pintándola por tí mismo.

En conclusión, para no hacer larga una historia corta, les recomiendo que le den una oportunidad a la nueva generación de CMGs. Y de ellos, les recomiendo comenzar con HeroClix... ¡Aunque no les prometo que luego se puedan salir!

Heroclix - Gamezone (en español)

Heroclix - Wikipedia (en español)


(Publicado originalmente en OcioJoven el 18 de Enero de 2005).

Hawkgirl: (viendo una de las armas de Lex Luthor) Qué es eso?
Batman: Rompible, espero.

Batman: Has pensado en todo.
Alternate Batman: No - Solo en todo lo que alguna vez llegarás a pensar.

Batman: Cómo podemos pararlos?
Superman: Tú eres el inteligente - piensa en cómo.

martes, 10 de enero de 2006

La Gente Invisible

Voy por la Avenida, rumbo a mi trabajo. Hoy, en particular, encorbatado y de traje. Y a medio camino, alguien se me cruza y me pide dinero. Y yo, sin brindarle ni siquiera una mirada, ni siquiera un educado "Hola" o un cortés pero cortante "Buenas, no gracias", sigo mi camino, casi a través de él (o ella?) como si fuera Invisible. Como en el capítulo de la serie esa de sci-fi en la que a los presos les ponían una marca que hacía que los demás los obviasen. Total, sólo es un mendigo pidiendo dinero, no?

No.

En realidad es una persona. Es una vida. Es alguien tan importante como tú.

Estamos acostumbrados a ir apurados por la vida. Cuando niños, quizás, es la única vez que vamos a nuestro paso. Luego llegamos a jóvenes y nos apuramos para ser "adultos" y poder entrar a todos lados, tener sexo y salir de noche. Cuando llegamos a "adultos", todo es correr para graduarte de primero en tu clase y comenzar a trabajar, no sea que luego no seas nadie. Más adelante, ya con trabajo encima, es la carrera por el carro, o por la casa, o por la pareja, que no es cosa de luego estar solo en la vida... Y así seguimos, corriendo siempre, a lo Carl Lewis, sin disfrutar del paisaje, y sin darnos cuenta que el único destino que nos espera es la muerte. O, peor aún, el "coño, no aproveché el camino".

Triste...

La próxima vez que camines por la calle, ve con tranquilidad. Deja el libro que vas leyendo (es que los hay locos, que leen mientras caminan), o de pensar en que tienes que llegar rápido a la casa (para qué? a dormir? a sentarte en tu sofá, tomar una cerveza, y ver la televisión mientras sacas barriga?), o del programa que te estás perdiendo, o de la maldita cola que te espera. Dedícate sólo a caminar, a dejar que tus pasos te lleven desde donde estás hasta donde estarás. No te preocupes por buscar el camino más rápido: tuerce donde antes no habías torcido, y recorre un camino más largo.

Y, mientras recorres, mira a tu lado. Mira las calles, y la Gente Invisible que vive en ellas. Esa vieja que te quiere meter el libro de su religión por las narices (ojo, sólo cuando vas encorbatado y de traje. Cuando no, eres Invisible). Ese borracho que está tirado a mitad de la calle. Ese niño que desentona en el Metro cantando "La de la mochila azul"...

Piensa que todos ellos fueron bebés, a lo mejor queridos por sus padres, a lo mejor su peor experiencia. Que todos ellos crecieron, jugaron, soñaron. Y a lo mejor lo siguen haciendo.

Mira también a los dos que van delante tuyo, a los tres que van atrás, y a los montones que van a los lados. Mira las masas de Gente anodina a tu lado, y fíjate en cuántos de ellos van sonriendo (que, por cierto, son extremadamente pocos. Algún blog escribiré de eso), cuántos van llorando (a veces se ven, me ha pasado. Siempre recuerdo de una novela en la que Carlos Mata ve a Astrid Carolina Herrera llorando en el Metro, y le ofrece un pañuelo a la vez que le dice "No nos dejemos ganar por la vida". Bello, no?), cuántos van avanzando viendo el paisaje, en lugar de corriendo para llegar a una meta que no existe.

Piensa en esa pareja de "noviecitos" que van delante tuyo, y antes de verlos como dos carajitos y tacharlos de tu radar mental, recuerda que hubo una época en la que tu "noviecito" era la cosa más importante para tí, lo único en lo que pensabas. Una época en la que los sueños de los dos juntos cubrían a todos los seres vivos; una época en la que pensabas que te comerías el mundo dentro de un tiempito, que harías la diferencia...

Piensa en tus padres, que como una vez dije, pasaron por exactamente lo mismo que tú. Alguna vez los has visto como eso, como personas con sueños, ilusiones y desilusiones? O sólo como padres, Invisibles en todo lo demás? Recuerdas a tus bisabuelos? Cómo se llamaban? Será posible que en sólo tres generaciones, ni nuestra familia se acuerde de nosotros?

Mira, por último, a los que no están. Alguien dijo alguna vez que una muerte era una desgracia, pero que un millón de muertes era sólo una estadística. Estamos acostumbrados a ver muertes, en la tele, en el periódico, en los videojuegos. Para nosotros es natural ver como alguien muere descosido a balazos, o fileteado por una katana. Han pensado que esa Gente (muchos son personajes, sí, pero otros fueron personas como nosotros, con nuestros temores, que un día los sobrepasaron para pelear una guerra, por la causa que fuera) puede tener hijos, proyectos, familia que los quiera? Se han puesto a pensar que en la oscuridad de la calle, tan vez sea a nosotros a quienes descosan a balazos para quitarnos unos zapatos? Y que eso a casi nadie importará? Que casi nadie armará barullo, que el mundo seguirá girando? Se han fijado que somos tan Invisibles como los demás?

Tengo un par de amigos que, a simple vista, han vivido la vida más que el promedio. Han rumbeado, han bailado, han tomado, se han ido de viaje, han conocido el mundo, conocen guacales de Gente, han hecho de todo, hasta vivir una vida hippie. Cada vez que las veo, me pregunto si no habré equivocado el norte de mi vida.

Y creo que ellos, al verme a mí, se preguntan lo mismo: Si estarán haciendo lo correcto. Si estarán viviendo, o solo sobreviviendo.

No hay un camino correcto en la vida, un camino en el que sepamos que nos va a ir mejor, que nos vamos a deshumanizar menos. Algunas personas van por la vida buscando vivir, y para ellos eso es disfrutar, conocer, relacionarse. Para otros, vivir es lograr dejar huella: descubrir cosas, obtener dinero o poder. Para un último grupo, vivir es hacer una familia, o salir a tener una buena cena con los amigos, o ver una película en el cine, o caminar de noche por alguna calle, descubriendo caminos.

Sea cual sea el camino que tomemos en la vida, todos corremos el mismo riesgo: Olvidarnos que todos somos iguales. Que para alguien somos lo más importante del mundo, pero para todos los demás somos Gente Invisible. Olvidarnos de que lo mejor que tiene la vida no está por llegar, sino que es el trozo de camino que estamos recorriendo ahorita.

Cómo haremos para dejar de ser Invisibles? No lo sé. Cómo haremos para que los demás dejen de ser Invisibles para nosotros? Lo sé menos aún.

Sé que tengo Gente que me quiere, y mucho, y espero habérmela ganado. Pero aún falta. Falta estudiar más y conocer más. Falta amar más. Falta portarse más mal. Falta subir más alto en el mercado laboral, y cobrar más. Falta una casa. Faltan 12 hijos más. Falta ser Maestro, y escribir un libro. Falta hacer algo para que el nombre "Gorka" quede en la memoria de mis bisnietos, y que a lo mejor digas "ese sí era un buen tipo". Falta salir en la tele. Falta, falta, falta... Y aún con todo eso, algún día moriremos, y sólo un grupito de personas nos llorará.

Porque todos somos Gente Invisible para el mundo...


Mientras termino de escribir este blog, me comienza a sonar "Los Locos de siempre", de Agni Mogollón... Que adecuado, no?

Todos tomamos caminos distintos en la vida, pero no importa a dónde vayamos, tomamos un poco de cada quien. -- Tim McGraw

El día de mi muerte, el mundo seguirá girando. -- JorgitoBécquer (Girando)

El hombre actual ha nacido o bien para vivir entre las convulsiones de la inquietud, o bien en el letargo del aburrimiento. -- Francois Marie Arouet Voltaire

El hombre es el único animal que ríe y llora, pues es el único animal que ve la diferencia entre lo que son las cosas, y lo que deberían ser. -- William Hazlitt

Quizá la mayor equivocación acerca de la soledad es que cada cual va por el mundo creyendo ser el único que la padece. -- Jeanne Marie Laskas

We are aging, soon to pass away, so cruel to never know, never know, never finish what was started (Estamos envejeciendo, para pronto irnos, tan cruel nunca saber, nunca saber, nunca terminar lo que fué comenzado). -- Milla Jovovich (Bang Your Head)

I've been running in circles trying to make a change (He estado corriendo en círculos tratando de hacer la diferencia). -- Milla Jovovich (Bang Your Head)

No todo el mundo está destinado a hacer diferencia. Pero todos debemos intentarlo.

El precio de ser una Oveja es el Aburrimiento. El precio se ser un Lobo es la Soledad. Elija una u otro con gran cuidado.