jueves, 26 de noviembre de 2009

Esfuerzo vs. Habilidad


Desde muy chico la gente ha tenido la idea de que yo soy muy inteligente, en parte porque en primaria y bachillerato mis notas fueron superior a la media, en parte -imagino- por lo aburrido de mi conversación. Aún hoy en día hay quien me dice que vaya a "Quién quiere ser millonario?", aunque yo preferiría ir a "Quién quiere ser un super-héroe?".

En mi opinión -que es una de las que más me importa-, solamente soy un engaño. No tanto por lo que sepa -que es menos de lo que crees, y quizás menos de lo que debería- o por lo que deje de saber -que es que jode-, sino porque lo que sé, lo sé sin esfuerzo. Nací con el cerebro retorcido de cierta particular manera que hace que sea muy fácil que entienda y recuerde ciertas cosas, y casi imposible que se me graben otras; pero realmente considero que, ni es particularmente extraño, ni especialmente meritorio, pues es solo algo con lo que nací, y no merezco ni el mérito de haberme esforzado por entrenarlo y mejorarlo.

Al menos, creo que siempre he estado claro de mi verdadero nivel, lo que ha evitado que se me suban los humos a la cabeza sin razón.

A raíz de algunos links compartidos me enteré de las opiniones de varias personas al respecto, tanto desde el punto de vista de crecimiento personal como el de educación de niños, y resulta que el tema es, por lo menos, interesante: es natural para nosotros alabar lo que, hoy por hoy, creo que es el extremo equivocado de la balanza; felicitamos al niño por "ser inteligente" en lugar de por "esforzarse"; decimos de él con orgullo "guao, que buena retención tiene", en lugar de alabar "mi hijo se esfuerza mucho con sus deberes". Al final, termina siendo más valioso un 20 regalado (o pirata, como el del anuncio del cine!) que un 14 ganado con el sudor de nuestra frente.

(Y sí, antes de que me digan "de bolas que un 20 es más valioso, idiota", ya lo sé. Sé que soy idiota...).

Doctor Professor, autor del escrito que nombré arriba, discute en su blog sobre el hecho de cómo en los juegos de acción, tras cada derrota, tenemos que levantarnos, seguir practicando, y mejorar como jugadores, antes de poder pasar el juego. Cualquiera que haya jugado Contra sabrá a lo que me refiero: la primera vez que lo jugamos no pasamos de la primera mitad de la primera pantalla, pero eventualmente mejoramos, y logramos desarrollar la pericia necesaria para atravesar numerosos niveles con numerosos aliens que disparan numerosas armas, usando solo una cantidad nada numerosa de vidas.

Sin embargo con los RPGs eso no ocurre, pues no necesitamos mejorar como jugadores -o al menos, no demasiado-, sino que tenemos que mejorar los personajes. Eventualmente tendrán suficiente nivel y habilidades para eliminar cómodamente a cualquier enemigo, o solucionar fácilmente cualquier problema del juego. En estos juegos, es el tiempo, y no la pericia, el factor determinante. En estos juegos se premia la perseverancia, pero no el esfuerzo como tal. Se premia la "habilidad" innata de tener el tiempo disponible, y la disposición para gastarlo, en algo que ni siquiera se puede llamar "práctica".

Es, en resumen, una situación de atacar problemas con los que estamos cómodos, ergo estancándonos, o de atacar problemas que nos permitan mejorar, al menos en algún conjunto de habilidades, sean o no realmente importantes. Lo realmente importante aquí es el nivel de mejora en tus habilidades causado por los problemas enfrentados.

Tras leer el escrito -y tras sentirme un poco fatal porque los RPGs me encantan-, me puse a pensar sobre los temas tocados. Superé mi desdicha rápidamente -pues los RPGs me gustan por muchas cosas, como el ambiente y el estilo de juego, pero no por su facilidad, pues siempre he sido bueno con todo tipo de juego, y me fascina un reto-, pero me quedó retumbando la preocupación de si estaré haciendo un buen trabajo para que mi hijo se mida por el esfuerzo que le dedica a las cosas, el cariño que le pone a lo que hace, el cuidado con el que se intenta un logro, y no por la habilidad innata que tenga, o por el chance que le presente un problema para lucirse.

(Y sí, antes de que me digan "y para qué quieres que se mida por esos patrones", ya se los dije: soy idiota. Y si puedo, él lo será también).

He escuchado mucho sobre los refuerzos positivos que los padres les deben dar a los hijos, y normalmente lo aplico. Pero tampoco podemos caer en felicitar a nuestro hijo en demasía por "ser inteligente" o "ser habilidoso", o correremos el riesgo de que se lo crea, o de que aprenda a correr a los retos que son "más grandes" que él, de que sea un mediocre en el mal sentido de la palabra.

Claro, tampoco es que si el chico no gasta horas en cada actividad no lo premiaremos con una sonrisa, o como discutía con una amiga, que premiaremos al hermano bruto por sacar el 11 que le costó, e ignoraremos al hermano inteligente por el 20 que consiguió... Es un camino peligroso este, pues fácilmente podemos caer a cualquiera de ambos lados mientras tratamos de mantenernos en equilibrio en el filo de un cuchillo.

Tenemos que aprender a apreciar el esfuerzo, no el resultado? Pero cómo apreciamos a los que logren resultados sin esfuerzo? No es, después de todo, su culpa ser buenos... Además, en la vida, si haces el proceso bien pero equivocas el resultado final, no está bien, y puede ser desastroso. En resumen? Qué es lo correcto?

Lo "correcto" es que no hay una guía correcta. No hay una "lista de mercado" que podamos validar para saber si premiamos a alguien o no, por logros, esfuerzos, o algún otro tipo de mérito. Más bien debemos felicitar a quien logre llevar un cierto "estilo de vida"...

Debemos asegurarnos de estar siempre sometiéndonos a retos, a pruebas de nuestras habilidades que no solo nos permitan mantenerlas en forma, sino que además nos permitan incrementarlas. Es por eso que una vida sin retos -de cualquier tipo-, aunque es una vida sin castigos, también es una vida estática, sin mejoras, sin aprendizajes, sin crecimientos, sin emociones. Es eso lo que quieres para la vida de tus hijos, o para la tuya propia?

En mi caso, aunque a veces uno quiera tener las cosas servidas en bandeja, muchas veces lo que más se disfruta es el camino, el aprendizaje, y al final, el sentimiento de poder decir "lo logré". Nunca me gustó usar warps o cheats en los video-juegos -excepto, quizás, cuando ya estaba cansado de pasarlos, y sólo quería echar un quickie-, y en los juegos de rol me fascina comenzar un personaje desde el principio, y ver cómo mejora hasta servir para algo. Lo que se me da hecho, no solo no lo valoro, sino que además, normalmente no sirve para mí.

Noten que no nombro ni al trabajo ni a la educación. A lo mejor es que, como no me han "costado", no los valoro mucho que se diga...

El caso es que es mi más sincera intención traspasar esa forma de pensar, ese norte de incentivos, a mis hijos -y a los hijos de los demás que se me crucen en el camino-. Hacer de la nueva generación gente que valore el esfuerzo, que busque la sencillez pero no el facilismo, que sepa que un privilegio de nacimiento ayuda en la vida, pero ni es determinante -si no, que se lo pregunten a Naruto-, ni es razón para estar orgulloso.

El orgullo, propio o ajeno, igual que la envidia, debe ser ganado.

No quiero que mi hijo se crea un superdotado, que se crea un sabelotodo, que se crea con más derechos que los demás por algún extraño derecho divino, que se crea lo mejor de lo mejor. Mucho menos si eso hará que se duerma en los laureles, que deje de mejorar, que no tenga la constancia y el empuje de enfrentar problemas que se escapen de su control, que tenga miedo o ladilla de atacar algo en lo que pueda fallar...

No quiero, ni para mí ni para él, que tengamos miedo al fracaso, pues es ese miedo lo que impide que emprendamos nuevas aventuras, que recorramos nuevos caminos, que conozcamos nuevas cosas, que crezcamos y evolucionemos. No quiero, ni para mí ni para él, que hagamos las cosas para lucirnos, porque eso hará que nos conformemos con aquello en lo que somos buenos, o nos hará hacer trampa para parecer que somos buenos.

Podré lograrlo, para mí y para él? No lo sé, pero una cosa les puedo decir: tenga o no habilidad en ello, les aseguro que me esforzaré para lograrlo.


(Enedelá: En la educación primaria y secundaria en Venezuela la escala de evaluación va de 1 a 20, siendo 20 la mejor nota, y 10 la mínima aprobatoria. A nivel universitario, cada universidad tiene su propia escala de evaluación).


Como todos los perdedores, tenía su propia percepción de la realidad. -- Batman (In Darkest Knight)

Resulta que hay dos formas diferentes en las que la gente responde a los retos. Algunas personas los ven como oportunidades para lucirse -para demostrar su talento o intelecto-. Otros los ven como oportunidades para mejorar -para incrementar sus habilidades o conocimientos-. -- Pixel Poppers (Awesome By Proxy: Addicted to Fake Achievement)

sábado, 7 de noviembre de 2009

Quise olvidarte


Quise olvidarte, como un niño que al crecer olvida lo vivido...
Quise olvidarte, pues yo sé que lo nuestro era solo un pasatiempo...
Quise olvidarte...

Quise olvidarte, pero ya comprendo que lo nuestro no se olvida...
Quise olvidarte, pero no, no he podido porque tu me hiciste ver
qué vale la pena de vivir la vida...

Cada vez que veo el mar navego en tus recuerdos
y me siento naufragar si ya tú no estas aquí
para decirte lo que siento, que como pudo ser que alguna vez
quise olvidarte...

Quise olvidarte, y olvidé que así es la vida, asi de sorpresiva...
Quise olvidarte, y aprendí lo difícil que resulta
aceptar que no eres mía...

Cada vez que veo el mar navego en tus recuerdos
y me siento naufragar si ya tú no estas aquí
para decirte lo que siento, que como pudo ser que alguna vez
quise olvidarte...

Y cada vez que veo el mar navego en tus recuerdos
y me siento naufragar si ya tú no estas aquí
para decirte lo que siento, que como pudo ser que alguna vez
quise olvidarte...

Quise olvidarte...


(Letra de Quise olvidarte, de Aditus).


La gente tiene la capacidad de vivir vidas felices. -- Jerry Weinberg

La peor cosa que puedo imaginar para hacerle a alguien es dejarlo vivos para que reflexione sobre cómo malgastaron su vida. -- Gerald M. Weinberg

martes, 3 de noviembre de 2009

Una vida feliz...


Quién tiene más chance de vivir una vida feliz?

He conocido gente que se ha casado y ha tenido hijos, eligiendo la vida familiar por encima de otras prioridades, como la vida profesional u otros placeres más personales; he conocido gente que vive soltera, tirando como conejos, sin pensar de momento en sentar cabeza para nada serio o duradero; he conocido gente para la cual los únicos logros que importan son los profesionales, más dinero, más carros, más posición, más saber, más poder; he conocido gente que no hace sino -desde el punto de vista de los demás- desperdiciar su vida, pero aún así se consideran felices.

Cuál es el secreto de la felicidad? Matemáticamente hablando, qué tipo de vida me dará más probabilidades de ser más feliz por más tiempo?

Porque así como he visto a gente feliz con las decisiones que han tomado, contentos con su familia, con sus logros, con su estilo de vida, también es cierto que he visto mucha -más- gente quejándose porque lo que tienen no es lo que en verdad desean, no es lo que les llena, no es lo que les hace feliz.

Qué garantía tenemos de que el camino que decidimos seguir hace tiempo atrás, que estamos siguiendo hoy, es el camino que nos llevará a la felicidad?

A veces pienso que vivir la vida de uno es como llevar una empresa, un negocio, donde todo el personal, todos los accionistas, eres tú mismo. Hay quien elige hacer una empresa monolítica, cuyo poder reside en el nombre, en la marca, porque fabrican productos de calidad y todos lo saben. Hay quien elige un negocio turbio, quien se convierte en un ladrón de sombras que, moviéndose fuera de la luz y de la vista de todos, trata de tener ingresos fáciles...

Y también hay otras empresas que cambian con el mercado, que ven venir los cambios -económicos, tecnológicos, de la índole que sean- y se adelantan a ellos, mudando su forma de hacer negocios para adaptarse a las necesidades de los nuevos tiempos, y así mantenerse en el tope de la rentabilidad... Es esta la forma correcta de vivir? Desde un punto de vista frío, sí: vive de la forma que te haga feliz, y cuando esa forma ya no cumpla su cometido, busca otra.

Desde otros puntos de vista, eso a lo mejor suena como una mierda. Pero al que me diga "no puedes ir por la vida sin pensar en los demás", le responderé "nunca lo hacemos. Sólo hacemos lo que nos hace felices a nosotros"... Pero eso es harina para otra ocasión.

Tengo una familia, y le dedico tiempo. Tengo un trabajo, y le dedico tiempo. Tengo cientos de vicios, casi todos juegos de esos que no son de "gente grande" sino que son "mariqueras", a los que le dedico tiempo. Como vida no tengo, entonces no hay problema en que no le dedique tiempo a vivir. Cero peos. Y estoy seguro que todos ustedes también tienen una distribución de la vida, más o menos, parecida: algunos le dedican tiempo al estudio, otros al trabajo; unos a la familia, otros al placer; unos a ver la vida color de rosa, y otros a buscarle más "peros" y problemas de los que realmente tiene.

Por favor, que alguien me diga si es realmente feliz o no. Si se siente contento con las decisiones tomadas hasta ahora. Si cambiaría algo o no. Si en verdad cree que si sigue con la vida que lleva hasta ahora, sin contar con cambios milagrosos, dentro de unos años será una persona plenamente feliz.

Que alguien me lo diga, a ver si el equivocado soy yo, o si solo soy un comediante que llora porque conoce la verdad...


Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien. -- William Shakespeare

Quis custodiet ipsos custodes? -- Juvenal

domingo, 1 de noviembre de 2009

Espíderman


Que los españoles sean malísimos con el inglés, lo entiendo. Que no quieran aprenderlo, porque no lo habla ningún vecino, vale. Y que no se les entienda ni cuando hablan español, pase. Se tomaron la molestia de crear el español, y para colmo luego llegamos nosotros y lo echamos a perder (donde "nosotros" los incluye a "ellos"). Pero lo que no entiendo es que no se den cuenta del ridículo que hacen por tratar de pronunciar las palabras inglesas en español.

El caso de estudio que me trae aquí hoy es Spider-Man. Todo el mundo sabe que Spider-Man se pronuncia "espaiderman", verdad? O sea, no hay para dónde agarrar: "es-pai-der-man". Fácil, verdad?

Ahora, si tu nacionalismo no es tan flexible como el mío, quizá quieras decirlo en español (o castellano, o como quieran llamarlo, que eso no viene a colación aquí). Pues bien, dilo en español: Hombre-Araña. Y eso se pronuncia así: "hom-bre-a-ra-ña". Más fácil, verdad?

Entonces, por qué se esmeran tanto en llamalo "Spider-Man", pronunciado en español? Sí, como lo leen: "espíderman". Con acento en la "i". "es-pí-der-man". Más ridículo, verdad?

Algo similar pasa con los X-Men, que les llaman "equis-men". No "ex-men", no "hombres-equis". No, nada que ver... Suena más de pinga "equis-men", así, en spanglish rajado. Los de DC, en cambio, se ve que se lo pensaron mejor, porque no hay forma de que digas Superman o Batman mal. Debe ser los guiones lo que jode a Marvel (y no me refiero a los de las películas!)...

(Y es que a Green Lantern, o lo llaman "grin lantern", o "linterna verde", pero nunca he escuchado "grin linterna", o "gre-en lantern", verdad? Ven que la vaina es con Marvel?)

Todo esto sale porque estaba buscando la letra de la intro clásica de Spider-Man ("espaiderman, espaiderman, na-na-na-na-na-na-na-na", solo que sin tantos nananás, y con más palabras con sentido), para variarle la cancioncita de Ben 10 a Asier, con otra intro de otra comiquita preferida de ambos. Resultó que todos los sitios donde conseguí algo parecido a una intro en español, la cantaban diciendo "espíderman", y esa pronunciación matapasiones no la soporté, lo que requirió un post.

Sea lo que sea que vayan a hacer en esta vida, tómense la molestia de aprender a hacerlo bien: averigüen cómo se dice o hace o lo que sea; ocúpense unos momentos de aclarar la forma correcta, y no se detengan en "es como la gente lo dice/hace/etc". Miren que lo que merece ser hecho, merece que se haga bien: para hacerlo mal, no lo hagan.

Una vez despotricado lo despotricable, despotrico un poco más: no conseguí la letra de la canción que buscaba (recuerdan? "espaiderman, espaiderman, na-na-etc") en español; sólo traducciones aproximadas de la canción original en inglés. Así que les pido, fieles y entregados lectores, que si alguno la tiene, la consigue o la conoce, me la haga llegar. De premio, le dejo elegir el tema del siguiente post.

Como premio de consolación, los dejo con la letra de la intro de la nueva comiquita, bastante buena por cierto. Quizás hasta espectacular.


Contra el criminal lanza su irrompible red,
de una altura colosal salta una y otra vez.
Aaaah Aaaah Aah...

Crece la maldad, mas la gente en la ciudad
justo a tiempo ve llegar al héroe que nos va a salvar.
Aaaah Aaaah Aah...

Espectacular, espectacular Spider-Man.
Espectacular, espectacular Spider-Man.
Espectacular...

Espectacular, espectacular Spider-Man.
Espectacular, espectacular Spider-Man...


Con grandes poderes vienen grandes responsabilidades. -- Tío Ben a Peter (Spider-Man)

Qué tanto debe el canalla probar que es un héroe, antes de creerlo él mismo? -- Profesor X a Gambit (X-Men, cap. 76 - final)