viernes, 24 de diciembre de 2010

Vida



Esta es tu vida. Haz lo que te guste hacer, y hazlo a menudo.

Si no te gusta algo, cámbialo. Si no te gusta tu trabajo, déjalo. Si no tienes suficiente tiempo libre, deja de ver televisión.

Si estás buscando el amor de tu vida, detente; estará esperando por tí cuando comiences a hacer lo que amas.

Deja de sobre-analizar, la vida es simple.

Todas las emociones son hermosas.

Cuando estés comiendo, aprecia cada bocado.

Abre tu mente, brazos y corazón a cosas y personas nuevas, estamos unidos en nuestras diferencias.

Pregúntale a la siguiente persona que veas cuál es su pasión, y comparte tu sueño inspirador con ella.

Viaja a menudo; perderte te ayudará a encontrarte.

Algunas oportunidades solamente llegan una vez, aprovéchalas.

La vida tiene que ver con la gente que conoces, y las cosas que creas con ellos, así que sal y comienza a crear.

La vida es corta. Vive tu sueño, y siente tu pasión.






jueves, 23 de diciembre de 2010

Linaje Primal



Bajo la neblina de la fría mañana, los dos jinetes se acercaron al Monasterio del Silencio. El aliento de sus gigantescas monturas -un Fenrir de las montañas, especie de gran lobo, y un Corredor del Viento, similar a un dragón sin alas- se condensaba apenas salía de sus hocicos, formando nubecillas que los precedían en su camino.

Los animales se detuvieron a varias decenas de metros del monasterio, desde donde numerosos acólitos los observaban, espectantes. Las dos figuras se apearon, amarraron sus monturas a un árbol cercano, y se quitaron las capas con las que se protegían del frío matutino, arrojándolas al lado de sus animales.

Uno de los jinetes era un humano, más bien bajo y delgado, con cabello color miel que parecía no haber sido peinado nunca. La toga oscura que usaba, y el báculo que empuñaba, denotaban que era un hechicero de alguna clase. El otro jinete fácilmente ocupaba cuatro veces el volumen del humano: la capa a duras penas podía ocupar el ancho torso y los gruesos brazos, cubiertos de la verde piel de un orco.

Sin variar la expresión concentrada en sus rostros, empuñaron sus armas -el báculo, en el caso del hechicero, y un par de armas en forma de garras, para el orco-. Hablaron un momento en voz baja, tras lo cual el orco susurró una sola palabra -"Liebre"- y sin mayor preámbulo, avanzaron hacia el monasterio.

Los Acólitos del Silencio les salieron al paso, armados para detenerlos, pero los dos jinetes resultaron ser una amenaza mayor a lo previsto: el orco se movía a una velocidad increíble, y sus garras eran solo un borrón rojizo contra la neblina. Numerosos acólitos murieron antes de darse cuenta de qué era lo que estaba ocurriendo, y poco a poco la mole verde se tiñó de sangre, en su ruta hacia la puerta principal.

Los poderes del hechicero resultaron igual de mortíferos, y un poco más grotescos: de su bolsa se elevaron numerosos trozos de hueso teñidos en rojo, y comenzaron a trazar círculos y espirales a su alrededor, como protegiéndolo de lo que se acercara. Cada vez que el hechicero se concentraba en un enemigo, un trozo de hueso brillaba y se lanzaba hacia la víctima, clavándose en su cuerpo y explotando.

Los acólitos trataban de apartarse de su camino: se decía que aquella persona que resultaba herida por un hueso maldito no podía ser curada, y si moría, su alma no podía ser retornada a su cuerpo por ningún tipo de magia... Para colmo de males, el necromante -pues eso resultó ser- aprovechaba además los cuerpos caídos, uniendo sus huesos a los que ya poseía, y a veces levantando sus cuerpos para que lucharan contra sus antiguos aliados.

La noche anterior, el patio del monasterio había sido un bello jardín, verdeado de grama y hermosas plantas. Breves minutos después de que la lucha comenzó, se había convertido en una mezcla de restos informes y charcos de sangre, sobre la que solamente las dos figuras de los recién llegados permanecían en pie.

Los atacantes avanzaron con paso seguro hacia las puertas del monasterio, ahora cerradas a cal y canto. El necromante extendió su mano, y una calavera se desprendió del cuerpo del acólito al que había pertenecido, y se posó en la misma. La calavera se tiñó de rojo, y al momento voló hacia el centro de las puertas; al impactar en las mismas, estalló con fuerza en una nube color rojo sangre.

Cuando el humo se posó, una de las puertas guindaba ridículamente de uno de sus goznes, y la otra estaba caída en el piso, rota por la mitad.

El orco y el humano subieron los escalones externos del monasterio, pero una figura los esperaba en el umbral de la puerta: una elfa, delgada y rubia, con una túnica negra de estilo similar a la que usaba el necromante.

- No pasarán -dijo la elfa, con voz desprovista de cualquier sentimiento.

- Vesna? -respondió, sorprendido, el humano.- Qué haces aquí?

- Protejo lo que vale la pena ser protegido, de desgraciados como ustedes!

- Vesna, -sonó la grave voz del orco- necesitamos el collar. Y sabes por qué. Es lo mejor... es lo único que podemos hacer! Si no completamos los amuletos a tiempo, Aden estará perdido.

- Y eso justifica el robo, la matanza?!? Chicos, eran héroes!!! Qué les ha pasado? -gimió la elfa, una lágrima rodando por su mejilla.

- Aún lo somos, -respondió, sombrío, el humano- y por eso hacemos lo que debe ser hecho. Aunque nos duela...

- Pues no los dejaré, Richard. Si quieren entrar al monasterio, tendrán que pasar sobre mí...

Vesna alzó su báculo, y uno de los cuerpos de los defensores comenzó a levantarse. Palabras arcanas surgieron de sus labios, y un fulgor rojizo la rodeó.

- Cuidado! -gritó el necromante al orco, al tiempo que se echaba hacia un lado. Los cuerpos que estaban a sus pies comenzaron a estallar, lanzando carne, huesos y visceras en todas direcciones- Zoreck, -gritó al orco- avanza y toma el collar! Yo me encargaré de Vesna!

El orco cerró los ojos un momento, y susurró una palabra: "Lobo"; cuando los abrió, sin mediar palabra, corrió hacia las puertas. Los necromantes solamente vieron un borrón verde que pasó a toda velocidad al lado de la elfa, y se internó en el monasterio.

Vesna se giró, con el rostro congestionado, en busca del orco, pero se volvió rápidamente al escuchar al humano iniciar un hechizo, y comenzó de inmediado un hechizo de protección...

* * *

Zoreck avanzó como una exhalación por los pasillos del monasterio. La construcción estaba vacía, en su mayor parte, pero algunos acólitos, obispos, y otros Clérigos del Silencio, que se encontraban aún dentro trataron de detenerlo, y ahora sus cuerpos se desangraban sobre el mármol de los pisos.

El orco recorrió el monasterio hasta llegar al otro extremo, y al llegar a la capilla principal encontró -sin mayor protección- el Collar de Frintezza. Los clérigos confiaban en el poder de su número, en la protección de su fé y de las supersticiones que los protegían, y en el secretismo con el que ocultaban su paradero, además de el duro camino que había que recorrer para llegar a ellos.

Con una sonrisa cínica, Zoreck agarró el collar -gélido al tacto-, casi esperando que una maldición -o una roca gigante- cayera sobre él, y salió del monasterio.

* * *

Apenas traspasó las puertas de entrada, el orco se detuvo. El cielo estaba cubierto de fulgores rojos, y explosiones sonaban por doquier, mientras los dos necromantes manejaban las energías de los espíritus a su alrededor en sus ataques.

Numerosos cuerpos caminaban o se arrastraban a su alrededor, algunos completos, otros medio destruídos, y trozos de huesos volaban por doquier. La imagen, digna de cualquier pintura o cuadro que representara el dominio de Shilen, era aterradora.

Vesna sintió más que vió la presencia del orco, y se giró con la preocupación pintada en el rostro hacia él. Al notar el collar en sus manos, un grito de dolor escapó de sus labios, y comenzó a realizar un hechizo dirigido al goliath verde.

A mitad de camino, la voz murió en sus labios, y el brillo de sus manos se disipó... Giró un poco su cuello, para ver a Richard, justo tras ella. Un hueso teñido en rojo estaba en sus manos, la punta profundamente incrustada en la espalda de la elfa.

Una lágrima rodó por el bello rostro de Vesna, y su cuerpo se deslizó hacia el suelo, quedando inmóvil. De inmediato, el cielo se aclaró, y los cuerpos dejaron de moverse, cayendo al piso como marionetas a las que les hubieran cortado los hilos de un golpe...

Los dos sobrevivientes de la lucha se detuvieron un momento alrededor del cuerpo de la elfa, como rindiendo homenaje a su antigüa compañera, y sin decir una palabra, se dirigieron a sus monturas. Con sombrío ánimo, se subieron a ellas, y emprendieron el largo camino de regreso.

* * *

Minutos después, ambos de detuvieron sobre una elevación del terreno, para observar el valle del Monasterio del Silencio. Una fina capa de escarcha comenzaba a cubrir la bolsa de cuero, colgada de la cintura del orco, que contenía el Collar de Frintezza.

La destrucción había sido notoria. Algunas figuras se movían entre los muertos y heridos -clérigos, seguramente, tratando de curar o revivir a los que se pudiera-. Al lado de la figura de Vesna -fácilmente identificable por su rubio cabello y lo negro de su toga-, un obispo estaba de rodillas, utilizando sus hechizos para tratar de revivirla. Zoreck frunció el ceño cuando vió que el cuerpo de la elfa se incorporaba, con una mano en la cabeza como si estuviera mareada.

- No sé mucho de magia -le dijo al humano- pero qué no ocurre que los muertos por huesos malditos no pueden ser revividos?

El necromante se caló su capucha en la cabeza, y sin mirar al orco, le respondió:

- Es así... Pero acostumbro llevar algunos huesos normales en la alforja... Solo por si acaso...

El orco lo miró de hito en hito. Echando la cabeza hacia atrás, profirió unas estruendosas carcajadas que retumbaron en el cañón bajo ellos, y llegaron con seguridad al valle a sus pies.

- Richard, eres un sentimental! -rió, y espoleó a su Fenrir para que iniciara el camino.

Con una última mirada al valle, el necromante le siguió...


Estoy cansada de solo sentarme a esperar a que algo pase... -- Winry Rockbell

Tienes un corazón fuerte. Sin miedo. Pero estúpido! Ignorante como un niño! -- Neytiri

Podría haber dicho "no es nada personal", pero solo mirar a tu estúpida cara lo hizo ser personal. -- Richard

martes, 14 de diciembre de 2010

Imaginación a Pilas



Hablando con mi madre, recordábamos los juguetes y juegos viejos, y los comparábamos con los actuales. Y lamento decir que ambos llegamos a la misma conclusión, con una expresión de tristeza...

Antes los juguetes eran más sencillos: hacían menos cosas, y le tocaba al niño llenar los vacíos con la imaginación. Así, un soldadito se volvía un héroe de guerra, o una figura de acción cualquiera se volvía un valiente rebelde. Los muñecos -sí, sí, figuras de acción, vale- con los que más jugué en mi niñez fueron los de la Guerra de las Galaxias (Star Wars), y los de He-Man (Masters of the Universe), pero antes de ellos existieron muchos juegos de mesa (Imperio Cobra, La Escalera, La Oca...), y muchas cosas más (Lego!).

Recuerdo con cariño mis primeros muñecos del Hombre Araña o Mazinger, que tenían muchos menos puntos de articulación que los actuales, y estaban menos en forma -sería como comparar al Batman de los "paff!" "pum!" "bam!" con el de Christopher Nolan- pero que eran igual de heróicos -coño, recuerdo haber pasado horas con unos que eran una masa de plástico monolítica, cual muñeco de piñata, y salvaban al mundo igualito que los de ahorita, o creo que hasta mejor-.

Si nos vamos un poco más atrás, recuerdo unas muñecas de papel con las que mi madre jugaba cuando era una nena, de esas que se recortaba la muñeca y el vestido, y se jugaba a ponerle el vestido a las muñecas usando unas pestañas que se doblaban tras ella; a lo mejor esa fué la inspiración para docenas de Transformers y Gobots que hice en primaria, cortando, pegando y coloreando papel.

Recuerdo los cuentos de papá, en los que él y sus hermanos tenían que hacerse sus propios juguetes, tallando un pedazo de madera hasta que asemejara una vaca o un buey, que asumo era lo más cercano que tenían en su Gomera de mediados de siglo pasado. Y no hay que hacer mucho esfuerzo mental para esto: cuando me visites, mira sobre el bar de la sala de mi mamá, y verás una yunta de bueyes que hizo él mismo, hace pocos años, imagino que en un acceso de nostalgia.

Recuerdo las leyendas de mi Aitite, en las cuales, en su España de pre- durante- y post-guerra, los chicos solo tenían una piedra, un palo, una tapa de una lata, para jugar. Cuántas veces me habrá contado de las horas de diversión que pasó jugando a hacer rodar una tapa de bidón de metal, o incluso el aro con el que se cerraba, usando una rama de un árbol? O usar una piedra para dibujar una Rayuela en el piso?

Pero hoy solamente veo, en las propagandas, carros que se mueven solos, videojuegos que evitan que imaginemos a los aliens que matamos, y bebés que hablan, se mueven, se arropan y te hacen pipí en la cara, todos como si fueran de verdad. En lo personal, nunca me han gustado esos juguetes que solamente hacen aquello para lo que están programados, como el Elmo, Mickey o Spidey que bailan: hacen una cosa muy bien, pero solamente hacen esa cosa. Y cuando se quedan sin pilas, no hacen absolutamente nada. Siempre los he encontrado odiosos...

Pero más allá de mis preferencias personales, creo que esos juguetes han eliminado poco a poco la capacidad de imaginación de la niñez. Creo que hoy en día los niños están menos capacitados para enfrentar la soledad que antes: si no hay tele, si no hay videojuegos, si no hay pilas, no hay vida. El Spidey que baila no salvará nunca al mundo, no cocinará, no tendrá un blog: solamente bailará...

Qué pasó con esa capacidad innata de los niños para soñar, para sacar un juego de cualquier parte, para usar una piedra como pelota o carrito o tirachinas trifásico? Qué tanto detalle debe tener un pedazo de plástico para que pueda volar más rápido que el Halcón Milenario?

Hablando con mi madre, recordábamos los juguetes y juegos viejos, y los comparábamos con los actuales. Y lamento decir que ambos llegamos a la misma conclusión, con una expresión de tristeza... Que los niños de hoy en día, cada vez, están menos capacitados para usar su imaginación, su inventiva, incluso sus habilidades sociales, por el simple hecho de que no las ejercitan.

Gracias a Dios que, mientras escribo esto, una sonrisa se me dibuja en el rostro: la televisión de la sala está prendida, pero los niños de la casa están vueltos locos jugando con unas burbujas de jabón, de esas de toda la vida, sin prestarle atención al Mago de la cara de vidrio. Debería decirles que se calmaran, que se callaran, que no pringaran de jabón toda la sala, pero saben qué? Creo que hoy prefiero coletear luego del desastre, a negarles el derecho a jugar, a imaginar, a soñar...

Mañana, amanecerá y veremos...


La soledad te avienta a brazos equivocados, la calentura a piernas desconocidas y el amor a corazones olvidados. -- Es así

Déjate besar, déjate abrazar, déjate llorar, déjate amar y déjate de quejar. -- @ES_ASI

domingo, 17 de octubre de 2010

Fue?


Con mi mano en la barra del subterráneo, mis sentidos en la música que los audífonos comparten únicamente para mí, mi mente en el libro que leo en este momento, me muevo como siempre, sin saberlo, por las entrañas de la ciudad que rodea mi vida.

Una palabra, una nota, un movimiento, o quizás hasta un improbable aroma, te devuelven a mi mente, a mi piel, a mí. Dónde estás, mi musa, mi compañera, mi amiga, mi diosa, que no estás a mi lado? Con quién compartiste esta noche, este amanecer, ya que no conmigo?

Levanto unos ojos que ya no ven, perdidos en la imaginación de qué estarás haciendo en ese momento. Imposible tenerte a mi lado, siendo como es que vives en otra ciudad, en otro país, en otra vida, pero aún así fantaseo contigo, con levantar mi mirada ausente a todo lo demás, y verte frente a mí, y mi corazón se desboca.

Pero el sueño se convierte en pesadilla... Te imagino frente a mí, y de inmediato me doy cuenta de que, si no sé que estás tan cerca de mí, es porque tú no lo deseas. Si estás a escasos metros de mi cuerpo, forzosamente, no es por mí.

Mis ojos se empañan con las lágrimas que sé que no saldrán, lágrimas de dolor, de desengaño, de rabia contra tí por hacerme esto que no me has hecho, y contra mí por dejar que me afecte tanto. Mi corazón se divide entre las ganas de verte y las ganas de que quieras que ocurra, y en esta guerra civil de deseos, como en cualquier otra, ningún lado gana.

Las puertas se cierran frente a mí, cortando mi ensoñación, y devolviéndome a la realidad, que por más real no es más sentida. Aún mis ojos siguen ciegos a mi mundo, aún siguen mirando dentro de mí, en mi corazón, en mis sueños, en mis deseos... Quedo con una sonrisa triste dibujada en mi rostro, sonrisa de idiota que se alegra de no saber lo que ha perdido.

Idiota que confía que no estés, pero que quieras estar.

Quizás si no hubiera estado ocupado imaginándote, te hubiera visto allí, ocupando en verdad el lugar que no deseabas...



Un poco de talento es una cosa agradable de tener, si es que quieres ser un escritor. Pero el único requerimiento real es la habilidad de recordar cada una de tus cicatrices. -- Stephen King

Contra lo que el mito frívolo insinúa, las niñas que juegan mucho con la Barbie no buscan casarse con un Ken. Ese es un invento de la industria. Lo que las mujeres Barbie quieren es casarse con un Oso de Peluche querendón y benefactor, al que luego, con el paso del tiempo, muy probablemente le pondrán los cuernos con un Ken: encarnado por un atlético profesor de Pilates, un ex novio que resurge del pasado, o un extranjero de abdominales marcados al que conocen en un viaje de trabajo que, luego de la primera noche, se convierte en uno de placer. -- El diario privado de RC (Another Toy Story)

A pesar de la contaminación, la inflación, el tráfico y la inseguridad, soy tan anormal que me gusta vivir en esta ciudad. -- Gorka.

domingo, 10 de octubre de 2010

Los esqueletos salen del closet


Dicen que el secreto para una relación buena y duradera está en la confianza, en contárselo todo a la otra persona, en que no existan secretos, en mantener la relación lo más abierta y transparente posible.

Eso a mí me parece una de las mayores equivocaciones de la humanidad.

La vida del ser humano se compone de momentos, de recuerdos, y sobre todo de deseos. Momentos, recuerdos y deseos que a veces son privados, a veces inconfesables, a veces increíbles.

Imagina que supieras todo de todos. Quién ha matado a alguien, quién se viste de cuero negro para que lo azoten de noche, quién golpea niños o mujeres, quién engaña o es un engaño, quién tiene sexo delicioso con alguien que no es su pareja, quién sueña con una nueva pareja, un nuevo trabajo, una nueva vida...?

A primera mano, suena interesante. El chisme no nos gusta, pero nos entretiene, y si la información es poder, la información de los pozos del alma, con tintes de prensa amarillista, es más poder aún. Genial, verdad?

Ahora piensa en todas esas cosas secretísimas tuyas, e imagínate que se sepan. Imagínate que tu abuela sepa cuándo te masturbas, y que incluso pueda verte. Imagínate que tu esposa sepa a quién de la oficina te estás cogiendo. Imagínate que el vecino te ve cada vez que haces el amor en la regadera. Imagínate que sepan que te gustan los hombres en vez de las mujeres. Imagínate que tus hijos sepan todas las locuras que has hecho en tu vida, te enorgullezcas de ellas o no.

Qué sería de nuestras vidas si todos tuviéramos los pecados escritos sobre la piel? Grabados sobre la frente? Reflejados en el alma de tal forma que flotaran sobre nuestras cabezas, y todos pudieran verlos, leerlos, enterarse?

Qué cosas de las que has hecho hubieras dejado de hacer bajo la certeza de que todos las sabrían?

Si tu respuesta sincera, pensada y analizada, es "ninguna", no sé si alegrarme o apiadarme de tí, pues tu vida es tan aburrida, o tu alma tan negra -según el caso-, que no la mereces.

Si tu respuesta es, en cambio, un "muchísimas!", tampoco es que sea mucho mejor, pues significa que tu cobarde moral depende del qué dirán, de las leyes, de que no se enteren los agraviados.

Todos nosotros entramos en uno u otro de los grupos anteriores, sin excepción. A veces, entramos en ambos a la vez...

Conocer los pecados de cada quien es, casi, casi, el equivalente a conocer sus pensamientos y deseos más íntimos. Sería el equivalente a que todos reconocieran públicamente lo rico que es tener sexo, y quizás hasta lo practicaríamos con una libertad digna de una comuna hippie en el antiguo imperio romano. Puedo equivocarme, pero no hay forma de que eso me suene mal.

Pero conocer los deseos de cada quien sería aún peor que conocer sus pecados, pues un pecado no es más que un deseo conseguido, mientras que un deseo es un pecado que no nos hemos atrevido a cometer, aún estando llenos de ganas.

O sea que los deseos son peores que los pecados, porque son tan oscuros que no los llevamos a cabo? O son los pecados lo peor, sencillamente porque han ocurrido? Acaso si ocurren y nadie se enteran, son tan horribles? O serán recuerdos ardientes, y nos crearán deseos de repetirlos?

De lo que no hay duda es que no queremos que la gente se entere de nuestros pecados y deseos. Al menos, no toda la gente.

El que dijo que la verdad nos haría libres, definitivamente no sabía de qué hablaba.


Solo deja las cosas atrás, pero no olvides, no sea que tus pasos te lleven a la misma sombra de nuevo... -- Gorka

Sé quien eres y dí lo que sientes, pues a aquellos que importan no les importará, y a quienes les importe no importan. -- Dr. Seuss

martes, 28 de septiembre de 2010

Otra vez...


¿No soy demasiado joven
para olvidar estos recuerdos?
¿Por qué no intento hacer de nuevo
todo lo que puedo mejorar?

Debería estar
persiguiendo mis sueños,
pero alguien me entretuvo
en esta angosta y sinuosa calle.
Busco el cielo que ya no puedes ver,
aunque no pretendo regresar al pasado.
No puedo estar atormentado
y esperar que la gente crea por ello
que yo también fuí una víctima.

Los pecados no se redimen solo con lágrimas,
siempre deberá cargar con su dolor.
¿A quien estoy esperando
en este laberinto de emociones sin salida?
Querría ser más honesto
y escribir en esa libreta blanca
como te sientes realmente
Estoy huyendo de algo. ¿Esto es real?

Vivimos para que pueda
concederse nuestro sueño.
Si empiezo a gritar,
¿Alguien podrá oírme?
No tengo ningún sitio al que regresar
porque no pude tratar la situación debidamente.
Estoy agradecido
por la amabilidad que la gente me muestra,
es por esto que quiero ser fuerte
(estoy en camino).

Siento nostalgia,
tengo que intentar aceptarlo...


(Traducción de la canción Again, de Yui, en japonés en el original. Esta canción es el opening de Fullmetal Alchemist Shintetsu).


La vida es corta. Ten una aventura. -- Ashley Madison

Si te tumba el mar abierto
y el odio te ciega,
yo estaré ahí con balsas
y un millón de velas

-- La Vida Bohème (Flamingo)

sábado, 18 de septiembre de 2010

Somos el Mundo


En 1985, cuando tenía alrededor de 8 años, y conocía el secreto de la felicidad, miles de niños de mi edad, al igual que hoy, morían de hambre y enfermedad en otros lugares del mundo. El más conocido, África.

Un grupo formado por cuarenta y siete de los más conocidos artistas (más que todo cantantes, y algún actor), en su mayoría de la capital del mundo, decidieron poner su grano de arena (imagino que alguno, en infantil egocentrismo, habrá pensado incluso que su labor solucionaría todos los problemas) haciendo lo que mejor sabían hacer: cantar. Formaron un grupo llamado USA for Africa (De Estados Unidos para África, aunque en un alarde de modestia indicaron que USA no era por Estados Unidos, sino por las siglas en inglés de Soporte Unido de Artistas), y lanzaron un álbum musical formado por, entre otras, la canción que le dió el título.

Whe are the World. Somos el Mundo.

La primera vez que ví el video fué en casa de mi tía Begoña y mi tío Carmelo, los cuales, con juvenil entrega, grabaron el video en su Betamax, e incluso compraron el casete, que hoy en día conservo, aunque ahora escucho la canción en mp3. Recuerdo que no conocía a casi ninguno de los super-famosos artistas que participaron (y aún hoy conozco sólo a la mitad de ellos), a pesar de ser gente de la talla de Michael Jackson y sus hermanos, Lionel Richie, Diana Ross, Stevie Wonder, Ray Charles, Dan Aykroyd, Tina Turner, Billy Joel, Cyndi Lauper, Harry Belafonte, Bob Dylan, Hall & Oates, Bette Midler, Bruce Springsteen y bastantes otros de talla mundial para aquellos con cédulas de goma.

La canción vendió una millonada, una millonada se mandó a África, y todo siguió exactamente igual. Quizás para un niño africano ese dinero significó la vida, pero para el continente, para el mundo, nada cambió. Incluso hay quien dice que todo el dinero solamente llegó a las manos de los políticos que gobernaban los países a los que se envió la ayuda, así que capaz que terminó siendo usado en armas.

Sin embargo, lo interesante aquí son tres cosas.

La primera es que hoy, por primera vez en mucho tiempo, escribo de nuevo. Y todo sale tan fácilmente como antes. Quizás a África y al mundo no le importe, pero para un niño venezolano quizás esto signifique vida.

La segunda es que un grupo de gente se tomó la molestia de salir de sus casas a hacer lo que adoran, ganando publicidad en el proceso, pero hicieron ALGO. No fueron a África, no trabajaron en pro de los africanos, no dieron la mitad de sus fortunas para ayudarlos, pero algo hicieron. Dejo en sus opiniones la decisión de si esto fue bueno, malo, o sencillamente una idiotez. Para mí, al menos, demuestra que tenemos esperanza.

La tercera es que cada vez que veo el video o escucho la canción, pienso siempre en mi tía y -especialmente- en mi tío. Pienso en lo ilusionados que estaban con la bendita canción, e imagino si es que serían hippies, jóvenes -tenían ambos menos de treinta años- bolsas o qué, pero me emociona recordar lo emocionados que se sentían. Han sido los tiempos, que han cambiado, o somos nosotros, que estamos más viejos y desolados? Por qué una canción no logra iluminar nuestro día así, como a ellos, como antes?

Mi tía y mi tío están muertos, cada uno por su lado, tras vivir vidas que fueron tan buenas o malas como las nuestras, aunque más cortas de lo que hubiera deseado. Y tampoco eso le importó a África ni al mundo, aunque sí a mí.

Tanto como para escribir esto...


Llega un momento
cuando escuchamos una llamada,
cuando el mundo se debe unir como uno.
Hay gente muriendo
y es el momento de darle una mano a la vida
el más grande regalo de todos.
(...)
Somos el mundo,
somos los niños,
somos los que hacemos un día más brillante,
así que comencemos a dar.

-- Estracto de la letra y coro de "We are the World"

martes, 24 de agosto de 2010

Puedes Contar Conmigo


Un café con sal, ganas de llorar
Mi mundo empezando a temblar
presiente que se acerca el final
No quiero ganar, ahora eso qué más da
Estoy cansada ya de inventar
excusas que no saben andar

Y sólo quedarán
los buenos momentos de ayer
que fueron de los dos,
y hoy sólo quiero creer

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir,
la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo

Nunca hubo maldad, sólo ingenuidad
Pretendiendo hacernos creer que
el mundo estaba a nuestros pies
Cuando el sueño venga a por mí
en silencio voy a construir
una vida a todo color donde vivamos juntos los dos

Y sólo quedarán
los buenos momentos de ayer
que fueron de los dos,
y hoy sólo quiero creer

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir,
la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo

Y no puedo evitar echarte de menos
mientras das la mano a mi tiempo y te vas
yo siento que quiero verte y verte y pienso

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir,
la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir,
La vida se pasa y yo me muero, me muero por ti


(Letra de Puedes Contar Conmigo, de La Oreja de Van Gogh. Debió aparecer ayer aquí, pero se hizo la dormida)


Cansado de los besos que no me dabas... -- Sabina

Es mejor gastar dinero que tiempo. Siempre puedes conseguir más dinero. -- Hal Sparks

Te quiero hasta el arcoiris. -- Asier

viernes, 23 de julio de 2010

Calev


Calev se irguió al llegar al final de la escarpada subida. Ante él, una explanada servía como terreno de juego para el frío y cortante viento. Hacía mucho que los cambios de la temperatura habían dejado de significar algo para él. Desde aquella fatídica noche en la que había pasado a ser algo más -o algo menos- que un humano.

Demonio, strigoi, witiko, traidor... Ni él mismo sabía qué es lo que realmente era, con una excepción: sabía que era un monstruo. Y lo había sido desde antes de que la maldición descendiera sobre él. Irónicamente, había hecho más bien desde que había dejado de ser humano, que mientras lo fué.

Y hoy era su mayor prueba...

Varios metros delante de él, la bruja se giró de repente, con el odio dibujado en sus toscas facciones. Una mueca se formó en su boca sin dientes, mientras una saliva rojiza era arrancada de su barbilla por el fuerte viento.

Tras ella, la estatua de Bahamut se alzaba. Un titán de piedra negra, casi el doble de alto que la bruja, y con la forma inconfundible de un minotauro. Bajo su cabeza astada, un musculoso torso humano descendía hasta acabar en un halo de negros pelos que rodeaban su cintura. Pequeñas escamas, de un detalle impresionante que Calev podía distinguir aún en esa tormentosa noche, se iniciaban justo por debajo de su deforme miembro, y se iban haciendo cada vez más toscas, hasta acabar en unas patas que simulaban ser colas de pescado. El detalle final de la escultura era una gruesa cuerda, que Calev sabía una vez tuvo cuarenta y dos nudos.

Esa cuerda, que era lo único que mantenía al dios fuera de este plano, ahora aparecía casi completamente desamarrada. Sólo siete nudos restaban...

Sabiendo que no tenía tiempo que perder, Calev hendió la noche con un rugido, y corrió hacia la bruja.

La anciana rió, y habló en un idioma olvidado por el hombre. Señaló a Calev con un nudoso dedo, y dejó escapar una de sus maldiciones más usadas, cargada con todo el odio que anidaba en su negro corazón.

Polvo eres,
polvo serás,
ahora vives,
ahora morirás!


Calev detuvo su carrera en seco, y cayó de rodillas al rocoso suelo. Esquirlas de roca se clavaron en las palmas de sus manos cuando las apoyó para frenar su caída. Un frío dolor recorrió cada uno de sus huesos, cada uno de sus órganos, cada una de sus venas, mientras sentía que una gélida mano apretaba su corazón.

Dejando escapar un grito lleno de rabia y dolor, Calev se puso lentamente en pie.

Los ojos de la bruja se desorbitaron, y comprendió que la figura que se abalanzaba hacia ella no era humana, y que probablemente no estaba vivo. Pero no podía perder! No ahora que estaba tan cerca de liberar a su señor! Recuperándose de su estupor al mismo tiempo que el hombre saltaba sobre ella, lo señaló de nuevo con su garra, y le lanzó la primera maldición que su cerebro pudo recordar, una que había aprendido de corazón hace muchísimos años, cuando estaba comenzando a recorrer el camino que ahora acababa.

Rosa, Lis, Orquídea,
belleza y admiración,
serás bella flor ligera,
serás Diente de León!


La figura de Calev se hizo, de repente, blanca como la más mullida de las nubes, y pareció dispersarse. La bruja cacareó una burda risa, pensando que disfrutaría ver como los vientos de la tundra diseminaban al atrevido estorbo hacia los cuatro puntos cardinales.

Calev no era mago, pero su maldición era poderosa. Tan poderosa, que era capaz de retorcer cualquier cosa que tocara, por buena o mala que fuera. Bahamut era un dios malévolo, capaz de atrocidades inimaginables para un ser humano, y comparado con él, Calev era un Paladín del Bien. Pero, a su vez, la bruja era sólo una niña jugando a muñecas, al lado de la oscuridad que maldecía a Calev.

El cuerpo de Calev se disolvió en multitud de partículas blancas, pero no eran simples florecillas, sino verdaderos dientes. Los colmillos se juntaron por su propia voluntad unos a otros, y formaron un león de marfil que, sin detener su salto, aterrizó sobre la bruja, abriéndole un surco en su abultado abdomen con sus garras hechas de dientes.

El terrible rugido del león de dientes ahogó el grito de dolor y sorpresa de la bruja al saberse herida... Sangre y tripas bañaron las piedras de la explanada justo antes de que el cuerpo deforme de la bruja cayera al suelo.

Entre el dolor y la sangre, la moribunda bruja miró con sus ojos empañados al majestuoso león blanco que la miraba a un par de metros de distancia. Sabía que había fallado... Sabía que estaba muy débil para encargarse del león y liberar a su amo antes de morir... Sabía que este dolor no sería nada comparado a aquel que le esperaba en la oscuridad a la que iba.

Aún muriendo, la desgraciada hechicera logró tener un pensamiento malvado más, un rayo de venganza que atravesó su mente, tal era el odio que llenaba lo que en un humano sería el corazón. Por tercera vez esa noche, apuntó con su dedo a la figura ante ella, y entre esputos de maloliente sangre, recitó una maldición.

Ya que morir no puedes,
por bondad o por maldad,
como lo que más tu alma odia
vivirás por la eternidad!


Esta vez fué la alocada risa de la bruja la que acalló el rugido de dolor del león, mientras los dientes que conformaban su piel de marfil cayeron a la fría piedra del piso. Cual perlas en una cama negra, rodearon la figura que, aún presa del dolor, se agazapaba en el piso.

Una vez más, el visitante se puso en pie. La última risa de la bruja murió antes que ella, cuando sus ojos se cruzaron con los de Calev, y se dió cuenta de que el hombre era exactamente igual a cuando llegó a la explanada...

Con una sonrisa sin humor en su rostro, Calev pateó la cabeza de la bruja, y el poderoso impulso lanzó el maltrecho cuerpo hacia abajo del terraplén, en una caída libre que acabó cientos de metros más abajo.

El hombre se volteó, y miró a la estatua. Con curiosidad, notó el inmenso odio que emanaba de la negra piedra, y pensó en si debería lanzarla también cerro abajo, o tratar de destruirla con sus manos, para evitar que el dios tratara de volver a entrar a este mundo...

Calev se dió la media vuelta e, ignorando al dios, comenzó el descenso por el escarpado borde.

Realmente, pensó, no era su problema.


Creamos horrores imaginados para ayudarnos a sobrevivir con los horrores reales. -- Stephen King

lunes, 5 de julio de 2010

Oscuridad es el nombre que encontré para mí


Hace ya casi un año, y debido a la muerte de Michael Jackson, escribí un post. En él quería compartir una imagen que recordaba haber visto alguna vez en Internet, pero -cosa rara- no la pude conseguir. En un alarde de megalomanía, ofrecí un premio a aquel de mis numerosos e interesados lectores que, movido por el interés de complacer mis más diminutos deseos, consiguiera la imagen en cuestión.

Nadie me paró ni media bola.

Casi un año después -o sea, ahorita-, una nueva amiga de toda la vida se tropezó con este blog -bueno, y conmigo- y, me imagino que en parte por tratar de humillarme consiguiendo lo que yo no pude, en parte por aburrimiento ante la falta de algo mejor que hacer, aceptó mi reto, y lo superó -con una facilidad espantosa, cabe penosamente acotar-, con lo que se ganó el dudoso honor de elegir sobre qué escribiría a continuación. Parafraseándola:

Me gustaría que escribas sobre los pros y contras de ser "Oscuridad" (el alias). Yo pienso que cuando uno escoge un alias siempre hay una razón por debajo; creo que a veces uno la conoce, y a veces no. La sabes? La has pensado? Escoger un alias tiene un trasfondo?

Sirva este escrito como pago de la apuesta, Astrid. Sirva este escrito para aclarar tus dudas -y las de Gilberto, que capaz y lo dejaste cabezón con la preguntadera- sobre qué hay detrás de mi Oscuridad.

* * *

Toda la vida he sido muy soñador, muy fantasioso, y siempre mi mejor compañera ha sido mi imaginación. Tal vez por eso es que escribo, para darle salida -cual chimenea de un tren- a toda esa imaginación que amenaza con hacerme explotar si no la libero.

Esa misma imaginación me llevó por caminos muy previsibles, lanzándome a las manos de los juegos de mesa, luego los juegos de video, y por último los juegos de rol. Me lanzó de cabeza a los libros de fantasía, y de ahí a la creación de mundos. Mundos donde jugar, mundos creados con palabras e imágenes, donde mis jugadores, mis lectores, y ahora mi hijo, pueden tomarse un merecido descanso de esta vida que a veces se empeña en gastarte de más.

Y, claro está, todos ustedes saben cómo se inicia la creación de un mundo, de un universo... "En el principio, sólo había Oscuridad"...

* * *

Desde el principio de las civilizaciones, el hombre le ha temido a lo desconocido. Cuando creó dioses que explicaran al Sol, a la Luna, al Trueno y a la Lluvia, decidió que aquellas deidades que representaran a la noche, a las sombras, serían las deidades del mal. Después de todo, quién no le teme a la noche, a lo desconocido, a las sombras que dibujan monstruos en nuestras mentes?

Yo.

Desde muy pequeño interioricé que, de noche, al amparo de la Oscuridad y de las sombras, no hay más monstruos que durante el día. De hecho, te puedo apostar a que si apagas la luz, habrá exactamente lo mismo frente a tí que si la dejas prendida, sólo que serás incapaz de verlo.

Por qué asociar esa incapacidad de ver lo que está frente a tus ojos con el miedo a lo desconocido? Por qué no aprovechar ese descanso dado a la vista, y poner a tu imaginación a trabajar? Por qué no llenar la noche de seres mágicos, pero no perversos?

Y es que la noche, la romántica noche, la plácida noche, la misteriosa noche, es también la mágica noche. Es noche de dríadas y de hadas, noche de cuentos contados alrededor de una fogata o del fuego de una chimenea, noche de estrellas fugaces, de deseos pedidos, y de caricias y besos compartidos. Noche cuyo manto de Oscuridad envuelve las pieles que se tocan, y noche de reposo entre las cálidas sábanas de una cama, de un hogar...

Cómo es posible que alguien, alguna vez, le haya tenido miedo a la noche, miedo a la Oscuridad?

En las casas, las habitaciones más interesantes no son el sótano y el ático? Esas habitaciones cerradas y oscuras, llenas de polvo y de arañas, pero también de recuerdos, de sueños rotos y sueños cumplidos, de símbolos de las esperanzas de otras épocas? Cómo vamos a temerle a esa Oscuridad que envuelve los sueños y los recuerdos?

Decidido a luchar en contra de que esos términos -noche, sombra, negro, Oscuridad- reflejaran al mal y al miedo en nosotros, me volví un acérrimo defensor de todo lo que se relacionara con ello. En mis juegos -incluso desde los tiempos de Lego-, el Caballero Negro era el héroe, y el personaje de la toga negra era quien salvaba el día -para sorpresa eterna de quien jugaba conmigo-. En los juegos de rol, mis personajes siempre vestían de negro, o eran "oscuros", y con pinta de malos, aún siendo más buenos que el pan (y mi raza preferida, por supuesto, son los Drow, los Elfos Oscuros). Vampiros, Súcubos, Ángeles caídos y demás: siempre seres oscuros tratando de sobrevivir con la broma cruel que el destino había cometido con ellos...

* * *

Siempre he sido de la opinión de que el nombre define a la persona. Es una tontería, lo sé, pero a veces pienso que hasta el físico de la persona variará dependiendo del nombre que le coloquen al nacer. Acaso las Patricias, las Saras, las Astrids, no son como son, y no de ninguna otra forma?. Quizás eso tenga un fondo de lógica, si pensamos en la forma en la que el ambiente influye en el individuo, o quizás no, pero lo pienso, ergo lo escribo, y tú lo lees y te lo calas.

El caso es que Oscuridad me da lo que quiero en un nick: misterio, fantasía, magia. Oscuridad representa exactamente lo que quiero que represente: que soy yo quien está aquí, pero como es de noche, no me ves. Que hay una figura frente a tí, hablándote, alejándose o acercándose, mientras tú ves solo formas borrosas y sombras inconexas, que sólo te permiten imaginar la figura que las crea, y que evitan que adivines las intenciones, los deseos, los pensamientos que albergo.

Lo que me pidieron cuando pidieron este escrito fueron los pros y contras de ser "Oscuridad", y aunque he hablado mucho, no he sido tan claro como a lo mejor me lo pidieron. Así que dejaré de lado la poesía en prosa, y hablaré claro, con una lista incompleta pero representativa de ambos:

Los contras:

  • No tiene un género específico.
  • Siempre está ocupado cuando llego a un sitio.
  • Muchos piensan que lo saqué del cómic del mismo nombre.

Los pros:

  • No tiene un género específico.
  • Es misterioso, místico... Al menos en mi enferma mente.
  • Te da buenas opciones para la foto del nick.
  • Queda fino como nombre de personaje de rol, en casi cualquier sistema.
  • Normalmente los personajes con poderes de sombras y Oscuridad, en los animés, son la merma.
  • Suena de pinga en inglés, en español, en portugués... En ruso no.
  • Va con el color negro, que me gusta y me representa.
  • Mucha gente ya lo asocia conmigo.
  • Y me gusta.

Dicho todo lo anterior, si les soy sincero, a veces me fastidia ser Oscuridad. Siempre está ocupado, sean en cuentas de e-mails, sea en juegos on-line, sea en lo que sea. Hasta un personaje de cómic se llama así, con lo que me le quitaron toda originalidad al nick. Es por eso que a veces utilizo Morbridae como nick, un nick igual -o más- oscuro que el original, y mucho menos usado: significa algo así como Sombra Oscura en élfico...

Sin embargo, Oscuridad fué el primero, fué el nick de mis noches de Arcade en la USB, el pseudónimo que usé en mis primeros escritos, el nombre por el que me conocen en ese inexistente pero real reino que es la blogósfera, y tiene muchísimas razones tangenciales por las que me niego a dejar de usarlo, por ser cada vez más correcto: riánse, pero hasta es tan unisex como mi nombre. Les conté de la vez que casi gané el premio femenino de una competencia de bowling?

Sí, cuando te llamas "Gorka", eso pasa más a menudo de lo que quisieras.


La noche se apodera de la ciudad
y nos quedamos tu y yo,
jugando con el hada del amor.
La misma sombra, el mismo viento que ayer
nuestras salivas juntó
hoy no me quiso traer tu canción.

-- Ricardo Cocciante (Sinceridad)

El tiempo se lleva todo, lo quieras o no... El tiempo desnuda todo, y al final sólo queda la oscuridad. Algunas veces encontramos a otras personas en esa oscuridad, y algunas veces los perdemos de nuevo en ella. - Stephen King

miércoles, 30 de junio de 2010

Jesús verbo, no sustantivo


Ayer, Jesús afinó mi guitarra y agudizó mis sentidos...
Me inspiró.
Papel y lápiz en mano,
apunto la canción y me negué a escribir.
Porque hablar y escribir sobre Jesús es redundar,
sería mejor actuar.
Luego, algo me dijo
que la única forma de no redundar es decir la verdad.
Decir que a Jesús le gusta que actuemos, no que hablemos.
Decir que Jesús es más que cinco letras formando un nombre.
Decir que Jesús es verbo, no sustantivo.


Jesús es más que una simple y llana teoría,
¿qué haces hermano leyendo la biblia todo el día?
Lo que ahí esta escrito se resume en amor, vamos ve y practícalo,
Jesús hermanos míos es verbo, no sustantivo.

Jesús es mas que un templo de lujo con tendencia barroca,
El sabe que total a la larga esto no es mas que roca,
la iglesia se lleva en el alma y en los actos no se te olvide,
que Jesús hermanos míos es verbo, no sustantivo.

Jesús es más que un grupo de señoras de muy negra conciencia,
que pretenden ganarse el cielo con club de beneficiencia,
si quieres tú ser miembro activa tendrás que presentar a la directiva,
tu cuenta de ahorros en Suiza y vínculos oficiales.

Jesús es más que persignarse, hincarse y hacer de ésto alarde,
El sabe que quizá por dentro la conciencia les arde,
Jesús es más que una flor en el altar salvadora de pecados,
Jesús hermanos míos es verbo, no sustantivo.

Jesús convertía en hechos todos sus sermones,
que si tomas café es pecado dicen los mormones,
tienen tan poco que hacer que andan inventando cada cosa,
Jesús hermanos míos es verbo, no sustantivo.

Jesús no entiende por qué en el culto le aplauden,
hablan de honestidad sabiendo que el diezmo es un fraude,
a Jesús le da asco el pastor que se hace rico con la fe,
Jesús hermanos míos es verbo, no sustantivo.

De mi barrio la más religiosa era doña Carlota,
hablaba de amor al prójimo y me ponchó mas de cien pelotas,
desde niño fui aprendiendo que la religión no es más que un método,
con el título "Prohibido pensar" que ya todo está escrito.

Me bautizaron cuando tenía 2 meses y a mi no me avisaron,
hubo fiesta piñata, y a mi ni me preguntaron,
bautízame tu Jesús, por favor, así entre amigos,
se que odias el protocolo, hermano mío.

Señores no dividan la fe, las fronteras son para los países,
en este mundo hay más religiones que niños felices,
Jesús pensó "me haré invisible para que todos mis hermanos,
dejen de estar hablando tanto de mí y se tiendan la mano."

Jesús, eres el mejor testigo del amor que te profeso,
tengo la conciencia tranquila, por eso no me confieso,
rezando 2 padres nuestros el asesino no revive a su muerto,
Jesús hermanos míos es verbo, no sustantivo.

Jesús no bajes a la tierra quédate ahí arriba,
todos lo que han pensado como tú hoy están boca arriba,
olvidados en algun cementerio, de equipaje sus ideales,
murieron con la sonrisa en los labios,
porque fueron verbo y no sustantivo.


(Letra de "Jesús verbo, no sustantivo", de Ricardo Arjona).


Ricardo Arjona debería indemnizar a cada hombre que ha pasado roncha gracias a su canción "Dime que no". -- Tweet de @Ciudadbizarra

Conocimiento de un lenguaje y su API no te hace un desarrollador, igual que conocimiento de anatomía no te hace un doctor. -- Tweet de @KentBeck

Cuando se está muy cómodo y canchero; cuando se aprenden las mañas para no perder el equilibrio de cualquier oficio; cuando se está seguro y tranquilo (como estaba yo en El Comercio, en Radio Capital, en la casa de mi mamá), uno indefectiblemente se aplatana, se conforma, se convierte en un finísimo artista de la mediocridad. -- El diario privado de RC (Días de Radio)

domingo, 13 de junio de 2010

Tito el Bárbaro


Tito, el Bárbaro, observó desde la colina donde estaba su choza a las dos bandas de forajidos que se acercaban por el camino. Otras veces las había visto acercarse, y sabía que no presagiaban nada bueno.

Observó con desaliento que una chica, la encargada bonita de la taberna de la esquina, donde su papá le compraba esas bebidas achocolatadas que tanto le gustaban, estaba en el camino hablando con una amiga, y no se había dado cuenta del peligro que corría.

No, eso mejor no. Los bárbaros no toman chocolate. Y, puestos a pensarlo, seguramente sus papás no les compran bebidas. Mejor, que sea "donde Tito acostumbraba a ir a tomar cerveza enana, y a pelear con sus amigos los bárbaros". Eso es lo que hacen los bárbaros...

Tito descolgó su enorme espada de los soportes que había hecho especialmente para ella, usando huesos de dragones que él mismo había matado, y se la colgó en su espalda. Iría a ayudar a la tabernera, y era mejor estar preparado para cualquier eventualidad...

Abrió la puerta de su choza y atravesó corriendo el camino, justo en el momento en el que las dos bandas comenzaban a luchar entre ellas, lanzándose dagas, flechas y hechizos. Tito el Bárbaro esquivó ágilmente las flechas que repiqueteaban a su alrededor mientras se acercaba a la chica, para protegerla. Ya antes había desviado flechas con su espadón, casi casi como lo hacía el malo de El Rey Escorpión.

Le gustaba mucho esa película. Su papá le había dicho que le iba a conseguir otra, en un DVD quemado, que se llamaba Willow. Su papá decía que a él le había gustado mucho cuando la vió, teniendo poco más de la edad de Tito.

Lo que Tito no sabía era que, si bien los espadones pueden parar flechas imaginarias, las espadas de plástico no pueden parar una bala de verdad. Su papá no podría mostrarle la película de la que le había hablado, ni llevarlo de nuevo a tomar chocolate. Esa fué la última pelea de Tito el Bárbaro, una muerte más en una guerra sin fin.


La vida es una tragedia para aquellos que sienten, y una comedia para aquellos que piensan. -- Dicho egipcio

Hemos crecido con la televisión haciéndonos creer que un día seremos millonarios, deidades del cine y estrellas de rock. Pero no lo seremos. -- Fight Club

martes, 1 de junio de 2010

Un orgasmo...


Un orgasmo no es un algo, sino un todo mayor a la suma de sus partes...

Un orgasmo es, primero, la anticipación, el deseo, las ganas que desbordan, que salen por cada poro de tu piel, que te llenan de sensibilidades aún antes de que sus dedos te toquen. Es ese doloroso placer divino de disfrutar la negación, de alargar la espera de aquello por lo que no quieres seguir esperando.

Un orgasmo es, luego, el momento, el sentir, el notar como te vas fusionando poco a poco, cómo te fundes en esa persona, cómo esas ganas que han ido creciendo salen en desbandada de tí. Es ese punto explosivo en el que todos volvemos a nacer, o morimos por un momento; ese instante que es el único en el que estamos realmente vivos.

Un orgasmo es, por último, la tristeza del momento pasado, ese momento en el que morimos de vacío, en el que sentimos que a pesar de haber comido el dulce fruto del sexo, nuestro hambre sigue rugiendo; es el dolor sordo que te llena cuando sabes que el momento pasó, que no es ahora; es la desesperación de saber que lo siguiente será ver como se pone la ropa y se marcha...


(Originalmente publicado como comentario al post Cuentos eróticos de orgasmo, de Erotómana).


No hagas algo porque tengas miedo. Hazlo porque no lo tienes. -- Least I Could Do

Las cosas nunca son de la forma en la que las recuerdas... -- Beast Boy (Teen Titans)

martes, 18 de mayo de 2010

Así son las cosas en Caracas...


A pesar de la cola típica de la hora, Margarita iba sonriendo por la autopista, rumbo a su casa. El aire acondicionado la mantenía a salvo del bochorno de la época, y la música la aislaba de los cornetazos y los improperios de los choferes a su alrededor.

Así son las cosas en Caracas...

La casi hora completa que le tomaba llegar de su casa al trabajo, o devolverse, como estaba haciendo ahorita, era unas veces un suplicio; otras, como hoy, era su momento personal, su ratico a solas con ella misma, donde ordenaba sus pensamientos y pasaba lista a su crecimiento del día. El venezolano es tan adaptable, que hasta de una cola termina sacando algo bueno, vale!

Así son las cosas en Caracas...

Margarita sintió más que ver la presencia del motorizado a su lado. Volteó, presintiendo lo que vería antes de verlo: una cara odiosa le sonreía desde el otro lado del -ahora lo concientizaba- delgadísimo vidrio, mientras una mano odiosa le hacía señas, con la pistola que sostenía, de que bajara el vidrio.

Así son las cosas en Caracas...

- Hola, mami -le dijo el desadaptado, con un deje de urgencia, cuando ella, obediente, bajó la ridícula pared transparente que había sido su única protección contra el mundo exterior-. Me das ahora mismo el reloj, las sortijas y la cartera! -Margarita, con una expresión que oscilaba entre el susto, la sorpresa y la arrechera, procedió lentamente a entregarle lo que le había pedido. No quería pasar a formar parte de los obituarios del día siguiente, solamente por haberse negado a darle al malparido ese la sortija de ingeniería que tanto le había costado a ella merecer y a su abuela regalarle.

Así son las cosas en Caracas...

- Gracias, cosita rica! -se despidió el motorizado. Aún hizo ademán de meter la cabeza al carro para robarle un beso a Margarita, pero la expresión de indignación de la mujer debió ponerlo a dudar, porque metió las cosas en un morral que llevaba al hombro, y arrancó de inmediato, muerto de la risa.

Así son las cosas en Caracas...

Margarita se quedó de una pieza. En un par de segundos, pasó del terror casi absoluto, que amenazaba con paralizarla o -peor aún- convertirla en una catarata de lágrimas, a una rabia fría que la vació de emociones.

Se agachó bajo su asiento, y sacó la pistola que Roberto guardaba allí. "Por si acaso, amor", le había dicho. Ella no había estado de acuerdo con que Beto tuviera ese monstruo de metal en la camioneta, pero había terminado olvidándolo.

Hasta este momento.

Margarita se bajó del carro. Horas después, en la soledad de su casa, recordaría la escena como vista desde afuera de su cuerpo: abrió la puerta con absoluta calma; apoyó sus manos, con la pistola en ellas, en el hueco que la ventana había cerrado antes, y disparó.

El motorizado no había podido recorrer ni un centenar de metros cuando la bala le impactó en la espalda, destrozando completamente parte de su columna. Como un muñeco roto, salió disparado de la moto, que terminó estrellándose contra la isla que separaba los canales de la autopista.

Un silencio sepulcral descendió sobre la escena. Con lentitud, con parsimonia casi gatuna, Margarita caminó la distancia que la separaba del motorizado que se movía espasmódicamente en el piso, como una tortuga que hubiera quedado trabada con algo, o un perro callejero que estuviera sufriendo de pesadillas durante su sueño.

Al llegar a su altura, Margarita apuntó a la cabeza del motorizado, y apretó el gatillo una, dos, tres veces...

Las ruedas de la moto seguían girando.

El cuerpo del motorizado dejó de moverse.

La mujer se agachó y sacó del morral del motorizado las cosas que éste le había quitado minutos antes, cuando aún malgastaba el oxígeno del mundo al respirar. Volvió a su camioneta con la misma calma de antes, y lanzó sus cosas al asiento del copiloto.

Luego, se agachó al lado de la camioneta, y vomitó...

Cuando las piernas volvieron a obedecerle, Margarita subió a su vehículo, y continuó su viaje. Temblaba de pies a cabeza, y fué un milagro que no chocara. Realmente, nunca supo con certeza cómo había realizado el viaje a su casa.

Esa noche, Margarita lloró por lo que había hecho. Esa noche, un ladrón no completó su ronda, no llegó a su casa. Esa noche, muchos choferes les contaron a sus familias la increíble historia de la que habían sido testigos, colocando a la mujer como una heroína, que había hecho lo que todos ellos habían deseado hacer alguna vez en la vida.

Según ellos, así deberían ser las cosas en Caracas...


- Dios mío! Es usted brutal!
- Una persona u otra tiene que serlo, enfrentándose así con lo peor. No sabe usted hasta qué punto tal práctica centra nuestro centro nervioso. Inmediatamente comienza una a sentirse confiada, a pensar en que todo no será tan terrible como lo imaginado en un principio.

-- Agatha Christie (El misterio de Pale Horse)

Cuando una historia decide ser contada no hay dios que la detenga. Es como si tuvieran vida propia y, hartas de permanecer ocultas, tergiversadas, hundidas en el pantado de las medias verdades, se valen de cualquier medio, con una habilidad asombrosa, para llegar a los oídos de quienes las tienen que escuchar. No hay escapatoria. -- Mónica Montañés (Desconocidos)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Ratatouille


Para los franceses, el Ratatouille (de hecho, creo que es LA Ratatouille) es una comida, un plato de vegetales guisados. Para el resto del munto, Ratatouille es una película de Disney sobre una rata cocinera.

Para mí, Ratatouille es un recuerdo...

En la película, para los que no la han visto, una rata lucha por su sueño de ser cocinera, y termina conquistando el paladar del más estricto crítico literario gracias a un plato totalmente típico y común -me imagino que lo más parecido para los venezolanos sería decir "Haré un platillo especial, único, delicioso... Una arepa!"- llamado Ratatouille. El plato está preparado con tantas ganas, que le despierta al crítico el recuerdo de cuando su madre se lo preparaba, de chico.

Les ha pasado eso? Un alimento -o una bebida, o una situación- les ha abierto una ventana de recuerdos a su niñez?

En mi caso, el Ratatouille no es una arepa. Si tuviera que pensar en qué platillo me lleva a la niñez, diría que es la ensalada de sardinas, tomate y cebolla que los hombres de la casa preparaban cuando tenían que encargarse de la cocina (abres una lata de sardinas, cortas en pedazos tomates y cebollas, y echas todo en un pote. Alimento de campeones), o el chocolate de mi Abuela. También recuerdo las instrucciones de mi Aitite para hacer "caldo magi" (no Maggi), como lo llamaba, o arroz (tres de agua, una de arroz. Si lo quieres más o menos seco, le dejas de echar más o menos agua), o el perico de mi mamá, pero creo que la pelea por el premio está entre las sardinas y el chocolate.

Soy de la opinión, como nombré arriba, de que nuestro Ratatouille no tiene por qué ser una comida. Puede ser una bebida (Toddy? 3 en 1?), una situación (Ir al Junquito? Jugar videojuegos con mi hermano todo un fin de semana? Noche de Rol? Una tarde lluviosa viendo tele, calentico en tu casa?), un olor (caca de conejo... No pregunten), un objeto (un Lego, la lupa de mi Aitite, el tanque de mi papá. Pueden preguntar), un Libro (Tarzán, casi cualquiera de Julio Verne), una película (El Zorro y el Sabueso, Colmillo Blanco, La Guerra, Los Increíbles), un juego (Sospecha, Monopolio, Ajedrez, Dominó, Stop (el de papel y lápiz, no el "Un, dos, tres, pollito inglés"!), la Ere, y por supuesto Imperio Cobra), o casi cualquier otra cosa...

...Casi cualquier otra cosa que nos lleve, aunque sea por un instante, de vuelta a esa época en la que lo más importante era llegar a la hora apropiada para poder ver las comiquitas; en la que hacíamos merienda; en la que todo problema parecía que sería el fin del mundo, y realmente se olvidaba al día siguiente; en la que con "sana, sana, colita de rana" se curaban todos los males; en la que hicimos una casa del árbol, o la hubiéramos hecho de haber tenido un árbol cerca; en la que éramos inmortales, en la que soñábamos, en la que éramos felices...

Sé que tienes al menos un Ratatouille, aunque no te hayas dado cuenta hasta ahora... Quieres compartirlo con nosotros?


Él dijo "Hijo, puedes tocarme en tu piano un recuerdo? No estoy seguro de cómo suena, pero es triste y dulce, y me lo sabía completo cuando aún vestía como un hombre joven. -- Billy Joel (Piano Man)

Si un Peón llega a la última fila de un tablero de Ajedrez, lo puedes promocionar a Caballo, a Torre, a Alfil, pero normalmente lo promocionas a Dama (Reina). Eso quiere decir que, si un soldado se esfuerza mucho durante su carrera militar, su premio al final será que su Rey se case con él? De ahí es que salían las reinas en la Edad Media? O es una analogía de que el común de los mortales, al llegar a viejo, deja de ser machito? Casualidad o mensaje escondido? Será que le paso la idea a Dan Brown? -- Gorka

jueves, 6 de mayo de 2010

Algo contigo...


¿Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo?
¿Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?

Ya no puedo acercarme a tu boca
sin deseártela de una manera loca,
necesito controlar tu vida,
saber quien te besa y quien te abriga.

¿Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo?
¿Es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?

Ya me quedan muy pocos caminos,
aunque pueda parecerte un desatino,
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo...

Ya no puedo continuar espiando,
día y noche tu llegar adivinando,
ya no sé con qué inocente excusa
pasar por tu casa...

Ya me quedan muy pocos caminos,
aunque pueda parecerte un desatino,
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo...

Sin tener algo contigo...
Sin tener algo... contigo...


(Letra de "Algo contigo", de Chico Novarro. La hizo famosa María Martha Serra Lima, luego sonó mucho con Vicentico, y ahora con Andrés Calamaro, de quien la escuché. Gracias a Capochoblog por la aclaratoria! Siento que alguien ya me había dicho lo mismo, pero no recuerdo cuándo...).


Me gusta quedarme dentro del coche cuando esta lloviendo; tras la pelicula de agua que queda en el cristal, el mundo parece una acuarela. -- Mi Puta Vida (acuarela)

Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos. -- Juan Donoso Cortés

Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea. -- Paulo Coelho

lunes, 19 de abril de 2010

Me cansé de tí...


Cláusula de exención de responsabilidad: El texto siguiente no necesariamente representa la opinión de este blog, sino los desafueros de su autor. No necesariamente todo lo escrito en el artículo, incluyendo pero no limitándose al cuerpo del mismo y a su título, proviene de experiencias personales del autor. Blogs, entrevistas, pensamientos y desvaríos han sido molidos para conformar todo lo que a continuación aparece escrito, por lo que agradecemos que no quemen nuestro local, ni escupan a la cara de nuestro staff.

Cuál es el secreto para no cansarte de alguien?

Toda relación, sea amorosa o de amistad, comienza con dos personas que se atraen una a la otra. Quizás por el atractivo físico, quizás por el atractivo intelectual, o por intereses comunes, o por cubrir cierta necesidad... El caso es que una relación puede comenzar por las razones más equivocadas posibles, y luego ir madurando, o fracasar cuando ambas personas -o una de ellas, o tres- se dan cuenta que, realmente, sus necesidades no están cubiertas.

En numerosas fuentes comentan que el Amor Pasional -que es esa primera fase del amor, iniciado por la atracción- dura solo unos dos o tres años. Al cabo de ese período, la pasión como tal disminuye o hasta desaparece, y el amor evoluciona o se acaba.

A medida que el amor madura, se adquiere más compromiso, y se convierte en Amor Formal -o como quieran llamarlo-, basado más en el cariño, el respeto, la convivencia y la cercanía que en el atractivo físico.

Es justo en ese punto de inflexión del amor que las mayorías de las parejas terminan. Es ese período lo que da lugar a la famosa "Crisis de los tres años" que casi todas las parejas atraviesan: es un período en el cual la relación debe reinventarse o morir; es un período en el cual la pareja ve que lo que antes les atraía, ahora les repele, o como mínimo les cansa.

Porque todo termina cansando...

Bien dice FreeWill en Opinador Dañado (que de Opinador tiene mucho, y de Dañado bien poco), que hasta la belleza cansa:

No importa lo atenta que ella sea…
No importa que tenga tremendo culo y tremendas tetas…
Ni lo coqueta que sea…
Ni lo picara que parezca…
Nada de eso importa, porque si de algo puede usted estar seguro es que existe un hombre que está aburrido de ella. Que ya no le aguanta ni uno de mas de sus berrinches, ni uno mas de sus desplantes.
Parece mentira por mas deseable que una mujer este, tarde o temprano terminamos aburriéndonos de ella y empezamos la búsqueda de otra que este mejor o que sea menos cansona. Pero esa búsqueda siempre es un desperdicio de tiempo porque al final regresamos a lo mismo.
Y pensar que hicimos hasta lo imposible por conquistarla, y de pronto un día ya no nos inspira ni un mal pensamiento.
Porque hasta la belleza cansa.


Quizás sea exagerar la nota, pero no puedo evitar pensar en la forma en la que, luego de un atracón de carne a la parrilla, no quieres ni ver otro filete, aunque solo dos horas antes estabas babeando por uno.

O la forma en la que, tras tener sexo con alguien, luego esa persona -a veces, lo reconozco- está sobrando...

Será en es solo eso? Será que ya obtuvimos lo que queríamos de la relación -besos, abrazos, querencias, sexo- y nos cansamos de la misma? Será que ese período, esa evolución del amor, es sencillamente sincerar las nuevas metas de cada individuo, ahora que las anteriores ya no lo llenan?

Hasta ahora, la única respuesta que tengo para -medio- responder la interrogante con la que abrí el escrito es: El secreto para no cansarte de alguien es no verlo siempre. Bien lo resumía Honoré de Balzac:

"Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días".

A lo mejor es eso. O a lo mejor es que, sencillamente, no te da chance de cansarte de la relación de amante, de cubrir la cuota máxima de aquello que estabas buscando, por el simple hecho de que no lo tienes cada vez que quieres. Quizás sea por eso que, para los amantes, los problemas empiezan cuando se enamoran, no creen?


El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados. -- Noel Clarasó

Los hombres de acción son pródigos con sus amantes porque sólo disponen de muy poco rato para estar con ellas, y no tienen tiempo de sufrir, lo necesitan todo para ser felices. -- Gina Kaus

Amante suena a secreto, a misterio, a prohibido… -- La Vida

Callad, amantes, y ocupad el labio con el beso. No pronunciéis palabras vanas mientras se busca vuestro corazón en otro pecho, jadeante y pobre como el vuestro, ya al filo de la aurora. -- Antonio Gala

- Ayer estaba pensando en hacerle el amor de nuevo.
- Qué? Ya le has hecho el amor?
- No, vale, ojalá. Lo que ya había hecho era pensar en hacérselo.


miércoles, 14 de abril de 2010

Gracias por morir


"Murió bañado en sangre en las calles de Caracas".

De pana que, aunque excesivamente trágico y novelero, esta frase adorna cada vez más los periódicos de nuestro país, y con seguridad del mundo -puedes cambiar "Caracas" por la ciudad de tu preferencia-, aunque quizás no tanto como aquí.

Pocas cosas más feas podemos imaginarnos que eso: Vamos tranquilamente a nuestra casa, una tarde-noche, con una canilla bajo el brazo y una pelotica 'e goma para nuestro hijo, cuando de repente unas balas con destino equivocado nos hacen un recorte presupuestario de vida a lo bestia. Ya, se acabó, tus planes no me importan.

Bueno, peor aún: Estamos en casa, mirando el reloj esperando a que papá, nuestro esposo, nuestro hijo, llegue a casa. Pero no llega. No reponde al celular. No respira, aunque eso aún no lo sabemos. Nunca más oiremos su voz, nos reiremos de sus bromas, sentiremos sus brazos alrededor nuestro, o uno de sus besos en nuestra mejilla.

De pana que lo anterior fácilmente califica como tragedia. Acabóse. Fin de mundo.

Pero por qué?

"Murió en su cama, dormido. Ni siquiera se enteró, el pobre". "Murió atrapado en una balacera entre choros". "Cáncer". "Comenzó a sangrar". "Los doctores no supieron qué era". "Sí, fué un ataque al corazón". "Un paro respiratorio. Le quedaron los ojos saltones". "Murió de viejo".

De acuerdo, la persona se murió. Pero no era ese su destino? Qué acaso lo único seguro en la vida no es, precisamente, la muerte?

Muchas veces despierto en la noche, bañado en sudor, sin recordar si me despertó una pesadilla o un temblor. Y en esas largas noches de vigilia, que es cuando a uno le dá por ponerse filosófico, cuando la sombra de la muerte me asusta un poco.

Se te atoró algo en la garganta. Te caíste por un barranco. Te moriste del susto. Te clavaron un lápiz por el ojo. Te atropelló un carrito de helados. Te engañaron y moriste por un corazón roto. Lamentables todas, pero así es la vida.

Y no me vengan con que "es que murió antes de tiempo". Acaso alguien sabe cuándo morirá? Yo asumo que un cálculo de que llegaré hasta los ochenta años es posible, y capaz que hasta probable, pero realmente puede ser que me muera mañana mismo. Nadie tiene garantía de cuánto tiempo vivirá...

Ahogado. Envenenado. Decapitado. Atropellado. Comido por un león. Comido por dos leones. Indigestado luego de comerte un león. Quemado. Derretido. Fundido. Congelado. Balaceado. Cortado. Molido. Desangrado. Degollado. Destripado. Harakirizado. Aplastado. Paralizado. Desintegrado.

Si bien es cierto que unas muertes parecen mejores que otras, el caso es que, de poder elegir, yo no elegiría ninguna. Es una mezcla de la inevitabilidad, la incertidumbre, la incapacidad de detenerla, la imposibilidad de negociarla.

Hagamos lo que hagamos, todos pasaremos por ella...

El caso es que creo que no le tenemos miedo a la muerte en sí, sino a todo lo que representa. Tememos a que nos duela, o a que suframos, durante la muerte. Tememos a lo que dejaremos por hacer, sin cumplir. Tememos al dolor que le causaremos a nuestros seres queridos. Tememos a dejar a nuestros hijos desamparados. Tememos a no saber qué nos espera. Tememos a dejar de existir.

Tememos al cambio.

Será que cada vez que cambiamos algo, morimos un poco?


Seré el sabor de un beso en el mar,
Un viejo proverbio sobre como olvidar,
Seré inmortal porque yo soy tu destino.

-- La Oreja De Van Gogh (Inmortal)

Somos las semillas de las leyendas, pero nuestros verdaderos orígenes son desconocidos. Nosotros sencillamente somos. -- Connor MacLeod (Highlander: Endgame)

domingo, 11 de abril de 2010

TuTwit


Parte del encanto de Twitter -los que no sepan qué es tendrán que esperar a otro post- consiste en poder usarlo desde nuestro celular. Sin embargo, el servicio de "tuiteo" celular sólo está disponible en algunos países, y Venezuela no es uno de ellos.

Existen varias opciones para poder tuitear desde nuestro celular: una es mudarnos de país; otra es instalar un cliente Twitter en nuestros celulares, si es que estos lo permiten; la tercera es usar un servicio de terceros para poder publicar y leer tweets vía SMS. Es esta tercera opción la que nos trae aquí hoy.

TuTwit es un site que se conecta directamente a Twitter, y nos permite tanto publicar tweets como leer los tweets de los autores que seguimos. En principio, el costo del servicio es bastante bajo -se cobra por mensaje- y hasta ahora me ha funcionado excelentemente.

Las instrucciones del site son bastante claras: crea una cuenta o conéctate con tu cuenta de TWitter, ingresa tu celular, haz una configuración mínima -por ejemplo, el número máximo de tweets a recibir al mes-, y listo.

De momento no he activado la recepción de tweets -no quiero quedarme sin saldo, y realmente no me interesa recibir mensajes a cada rato-, pero parece bastante configurable, permitiendo indicar los autores de los que queremos recibir tweets. La publicación vía SMS sí que la he probado, y funciona de maravilla.

Así que la próxima vez que una chica llame "pastelito" a alguien a mi lado, podré fastidiarlo de inmediato. No es adorable?


Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas. -- ##Solo mis Frases "Celebres"## (Calla)

Porque así evito que se me acerque la gente estúpida ¿Me guardas un secreto? Creo que la gente que se ríe de mí y me evita sólo porque yo lleve el pelo de esta manera no vale nada. Es una suerte que esas personas se mantengan alejadas de mi y que sólo se me acerquen para sacarme una foto y hacerme una broma. -- Sigmundo (Diario Tres)

martes, 6 de abril de 2010

Sexto Sentido


- Papá, te están hablando...

Miré sin comprender a mi pequeño hijo, agarrado de mi mano, mientras caminábamos por un atardecer de nuestra ciudad. Me estaban hablando? Miré a nuestro alrededor, confundido, buscando algún rostro que nos estuviera viendo, quizás sonriendo, quizás con el rostro indignado de quien ha sido ignorado.

Estábamos solos en la calle.

Mirándome fijamente, imagino que tratando de entender por qué un adulto torpe como yo no era capaz de entender lo obvio, mi hijo me repitió, con un deje de impaciencia en su su tierna voz:

- Papi, que te están hablando...

Me quedé mirándolo, sin comprender -pensando que, en efecto, no era otra cosa que un adulto torpe- cuando de repente, me imaginé lo inimaginable. Un escalofrío gélido recorrió mi espinazo, mientras una idea imposible se abría paso hacia mi mente racional.

Los niños, con su mente inocente, y su muy especial forma de ver el mundo, muchas veces ven lo que los adultos no. Cuántas veces, en cuántas películas, en cuántos correos spam, no ha ocurrido lo mismo? Que el bebé, el niño, llora porque siente algo a nuestro alrededor, mientras que la mente cuadrada del adulto lo ignora? Que el niño, con su mente soñadora y su alma inocente, es capaz de ver, conversar, y hasta jugar, con espíritus, con sombras de los que se han ido, con recuerdos que se niegan a irse?

Sentí como una gota de sudor resbalaba por mi sien, mientras mis rodillas flaqueaban. A quién estaría viendo mi pequeño?

- Pero papá, no vas a atender?

Entonces recordé mi celular. Ese mismo celular que -los que me conocen lo saben dolorosamente bien- nunca escucho. Ese mismo celular que, al estar en mi bolsillo, mi hijo tenía casi exactamente a la altura de su oído. Ese mismo celular que, me dí cuenta cuando lo saqué del bolsillo, tenía una llamada perdida, como de costumbre. Que cagada!

- Papi, quién era?


Veo gente muerta... -- El Sexto Sentido

Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez. Un instante de dolor, quizá. Algo muerto que parece por momentos vivo aún. Un sentimiento, suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar. Un fantasma, eso soy yo. -- El espinazo del Diablo

viernes, 2 de abril de 2010

Qué vas a extrañar de mí cuando me vaya?


Varias cosas se han juntado para que escriba este pequeño artículo (realmente, un cuasi meme): primero, que ya llevo tiempo sin escribir nada, por el desorden que ha significado el cambio de trabajo, y ya tenía ganas de sentarme al teclado a poner palabras congruentes, en lugar de código o hechizos; segundo, el hecho del cambio de trabajo per-sé; tercero, un memito que me mandó una amiga preguntándome qué le diría si supiera que solo le queda un día de vida (mi descorazonada respuesta fué que le pediria dinero prestado. Otras fueron mejores, pidiéndole -claro- otras cosas); cuarto, un escrito que me conseguí por ahí; y para de contar...

Desde pequeño me han dicho lo valioso, lo bueno, lo especial que soy. Ahora de grande estoy claro en que no soy valioso, menos bueno, y mucho menos especial. Sin embargo, la gente a mi alrededor como que siguen pensando así, por mucho que me esfuerzo en sacarlos del error.

A pesar de los golpes que me da la vida, vivo seguro de que me está dando mucho más de lo que merezco: mejores trabajos, mejores sueldos, mejores familias, mejores amigos, y especialmente mejores amigas. Será que por tener tantas cosas buenas, me acostumbré a no valorarlas en todo su explendor, y es por eso que siento que no me las merezco? O será que, sencillamente, tengo algún desorden psicoautomisantrópico que hace que vea cosas donde no las hay?

Siento que hoy en día no hago nada por mi familia, y sin embargo ahí están, queriéndome y viéndome como alguien importante y bueno; tengo a mis amistades abandonad@s, y sin embargo me buscan y me quieren; llevo un mes sin hacer nada importante en el trabajo, y todos ya opinan que soy el último papelón con limón del desierto...

Más bien, aquellas cosas a las que de verdad les he parado bolas, son las que peor me van. Será que sólo me importan los imposibles? O será que tengo mala mano? De pana que no lo sé, pero quisiera averigüarlo.

Así que te pregunto, oh tú que has pasado por aquí, y con la intención de que me respondas como más rabia te dé (incluyendo comentarios en el blog): por persona, por amigo, por familia, por el trabajo, por los estudios, por amante, por enemigo, por mi blog, por los juegos, por lo que sea que me conozcas y me recuerdes, por todo eso y más, dime...

Qué vas a extrañar de mí cuando me vaya?


Siempre sus deudas paga el calderero:
paga una vez cuando lo ha comprado,
paga doble a quien le ha ayudado,
paga triple a quien le ha insultado.

-- Patrick Rothfuss (El nombre del Viento)

Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado. -- Cantinflas (@ Buena Frase)

Me porté mal con el cosmos. Viví todo el día sin preguntar por nada, sin sorprenderme de nada. Realicé acciones cotidianas como si fuera lo único que tenía que hacer. -- Wislawa Szymborska (@ fluidoazul)