martes, 31 de octubre de 2006

Nostalgia?


Con multitud de horas de trabajo encima, con gran deuda en el apartado de sueño, y sin haber visto a la gente que amo en demasiado tiempo, no conseguí nada mejor que hacer que visitarte aquí. Y mientras pensaba en Sueños y Corazones Divididos, resulta que la ganadora fué la Nostalgia. Y me llené con un pensamiento -sentimiento?- sobre crecer... No envejecer, necesariamente, sino crecer.

Hoy, el día me amaneció gris. Y no sé por qué, porque el sol brillaba. Pero sencillamente fué -como le dije a alguien- uno de esos días con sol, sin nubes, pero en el que la luz tiene esa cualidad extraña que le quita luminosidad. Uno de esos días donde la lluvia se respira pero no llega a verse. Y en un día gris, poco puede uno lograr más que recordar, callar, y si corres con suerte, escribir...

No es que necesariamente recordara la vida de bachiller, de universitario, de joven con todo el camino por delante, de la etapa en la que todos los que compartíamos edad luchábamos por tener pareja, tocar a la pareja, estar con la pareja, en ese orden. En verdad que no pensé en nada de eso, y ahora lo escribo sin pensarlo aún...

Quizás sea que ahora que me acerco a los 30 (buen nombre para una novela, pero nunca puedo verla), me estoy ablandando, arrugando, y entendiendo muchas cosas que antes no entendía. Ahora quizás sabría leer entre líneas historias de como el tiempo se escurre, de miedo al compromiso, de las desviaciones en tu camino, y todas las sandeces -no tanto ahora- de ese tipo.

Han pasado 13 años desde que salimos del bachillerato (algunos menos desde la universidad). Cada uno ha seguido su propio camino, y todas esas horas que compartimos durante tantos años, y aquellas tardes de juegos, fiestas y matineés se convirtieron en pasado. 13 años (más que una vida para algunos) luego de aquella despedida donde prometimos tantas promesas que quedarían incumplidas, pocas veces he visto al grupo reunido.

Falta otra reunión frente a una botella de buen vino, o de mala cerveza. Otra reunión escuchando blues o bailando salsa. Otra reunión donde todos podremos charlar y recordar. Y espero que luego de esa, falte otra. Y otra más.

De todos mis grupos hay gente a la que nunca más ví, y gente a la que sé que nunca más veré, porque a veces no es la vida la que se interpone, sino la que es interpuesta... Gente que se perdió en el mar de gente que nos ahoga, que tomó caminos que no podemos conseguir. Gente que a pesar de la amistad y la cercanía pasada, hoy son desconocidos. Y, sinceramente, todos sabemos que en nuestra vida hay gente que no nos duele perder, que sabemos que no extrañaremos.

Pero, a Dios gracias (aunque duela y aunque mal paguen!), también hay gente que sabemos que extrañaremos, pensaremos, sentiremos, toda la vida, aunque las tengamos al lado. Gente cuyo corazón y el tuyo aún laten al mismo ritmo. Gente que comparte sueños e -quizás?- imposibles. Gente que aún es, y seguro será, en lugar de fué.

Hace 13 años atrás, y algunos más también, no imaginábamos nada de esto. No preveíamos que la vida pondría otras personas en nuestro camino. Que podríamos amar tanto, odiar tanto, arrepentirnos tanto, recordar tanto... Pero aunque nunca sepamos cómo es el futuro, el pasado -al menos, lo que importa de él- siempre lo recordamos. Y gracias a lo selectiva que es la memoria y el corazón, siempre es bonito. A pesar de todo, siempre es bonito.

Y qué puedo hacer si el gris hoy me impulsó a escribir esto, mas que escribirlo? Qué puedo hacer sino pensar en que quizás estoy así por el pasado que no se va, el presente que no rinde, el futuro que no promete?

El desierto de la vida se cobra un precio en todo aquel que lo atraviesa: se cobra equivocaciones; se cobra aprendizaje; se cobra decepciones, enfermedades, arrugas, muertes; se cobra amores perdidos, alejados, olvidados, deseados, no encontrados... Supongo que tras tanto pagar, a todos se nos grisee un día de vez en cuando, y a mí me tocó hoy.

Sé que no podemos regodearnos en nuestra miseria, real o solo sentida. Sé que no podemos ponernos a coleccionar heridas eternamente sangrantes. Sé que no debemos ver gris un día azul, pero es que a veces eso es lo único que se puede hacer. Peor, a veces es lo único que se quiere hacer.

Siempre recomiendo que recuerdes lo que has vivido, los besos que te han dado, los paisajes que has descubierto, las risas que has intercambiado, los logros que has logrado. Siempre insisto en que visualices aquel atardecer que te emocionó, y hubieras deseado saber pintar; esa caricia que se te regaló de forma inesperada; esa paz que algún día viviste.

Pero yo, en este día gris, no puedo -quiero- pensar en lo vivido, sino en lo que no se vivirá. Elijo no recordar los besos recibidos, sino soñar con los que no han sido. No recordar los paisajes vistos, sino anhelar los que nunca presenciaré. Obviar las risas, los logros, las caricias, y sólo recordar todo lo contrario.

Quizás es que estoy en esos días. O quizás sea que llevo muchos fines de semana sin enchufarme en las venas una tanda de películas que me hagan amar la vida de nuevo. Aunque ahora, vistas desde el lente del recuerdo, pareciera que solo me ponen más nostálgico.

Quizás me niego a ver mis recuerdos felices, o es que sé que solo son eso, recuerdos. Quizás es que estoy atrapado en una lucha perdida conmigo mismo, con los "y sí...". Quizás sea que esta semana ni el trabajo me ha dado sonrisas. Quizás, solo sea que hoy fué el día que los pensamientos, los recuerdos, los sentires, eligieron para morderme el alma.

Les guardo los sueños, los corazones y las locuras para otro día más luminoso. Besos a tod@s.


¿Qué dices ahora, tristeza? ¿Cruzamos las armas?... -- Trini Reina

Conocí los amigos de mis padres... Los que dejaron con los años... y los juegos sin terminar... Y uno a veces solo le quedaba quedarse quieto y escucharlos hablar... -- Jeca

Hay que preguntarse constantemente si hay una manera mejor de hacer las cosas. Porque la mayoría de las veces, la ha habido.

La vida es lo que ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes. -- John Lennon

Creo que escribimos nuestras propias historias. Y cada vez que pensamos que conocemos el final... Nos equivocamos. -- Stacy (Little Black Book)

Soledad. Libertad. A veces, una es el precio de la otra. -- Carmen Martín Gaite

Lo que llamamos destino sale de los hombres, no entra en ellos desde fuera. -- Rainer María Rilke

Es una mierda que haya que morirse. Uno menos al que dar un abrazo... -- La Gata Azul

Ten Fé en el mañana, religión aparte. -- Miauu

Aún con los días grises me siento admirada de saber que persigo sueños. -- Jeca

miércoles, 4 de octubre de 2006

Érase una vez en Venezuela


El otro día...

Cuántas veces comienzo con esto? "El otro día". He notado que tengo renuencia a decir "ayer" o "el día tal". "Ayer", porque a veces no escribo esto el día siguiente del peo, y "el día tal" quizás para dotar la escrito de una atemporalidad que le brinde algo de calidad pseudo-artística inmerecida.

En fin...

El otro día subía de la oficina con un colega, y pasamos por la acera de las motos. Para los afortunados que no la conozcan, la acera a la que me refiero es un paso relativamente plano hecho de cemento, que se alza unos 10 cms. por encima del asfalto de la calle, y pensada para que los peatones circulen por ella. Una acera común y silvestre, pues.

El trozo de acera en cuestión queda en frente al Seniat, y siempre está repleta de motos. Motos de todos tamaños, formas y colores, algunas "bien" paradas (al bordecito de la acera, así como para que puedas pasar), otras MAL paradas (atravesadísimas, para que ni con vericuetos corporales las puedas evitar).

Cada vez que paso por allí lo que siento es más que arrechera, indignación. Es MI acera, mía de mí! Saquen sus motos! Párenlas en un estacionamiento! Caminen, como yo lo hago! Respeten mi derecho a transitar por mi camino, sin necesidad de arriesgar mi espalda en juegos malabares de cadera, o mi vida saltando a la calle!

Varias veces hemos fantaseado con colocarle un candado en las ruedas a cada moto (créanme que la inversión en candados vale la satisfacción). Varias veces hemos pensado en pasar con una llave rayando todas las motos, o en pintar de negro las placas, o en pinchar los cauchos. Y el par de veces que un solitario policía se ha parado ahí para evitar que se estacionen, una sonrisa cruel ha adornado mi rostro ("cómanse eso, bichitos!").

Ayer un amigo -el colega del principio- llegó algo más lejos que el promedio. Recorrió un camino que ya recorrí en mi momento, y recibió el mismo resultado, aunque por más tiempo. Aprovechando que estábamos disfrazados (nos tocó venir de traje. Al menos nos dijeron que nos veíamos lindos) le soltó la queja al motorizado: "Respeten la acera! Paren donde deben!". Entre insultos, amenazas, y gritos que fueron adecuadamente ignorados por nosotros, el MME motorizado sólo acertó a "explicarnos" que la culpa es del Seniat, que no tiene estacionamiento para ellos ("Díganle al Seniat, pues, coños de madre! Díganle al Seniat!"). Exactamente por qué el hecho de que el Seniat no les de estacionamiento les da derecho a estacionar en la acera?

El venezolano es así. Nada es nuestra culpa, sino del otro (y estamos deseosos de probarlo y de hacerlo público!). Si no realizamos nuestro trabajo a tiempo, es culpa del proveedor que nos entregó un día tarde (oye, fué solo un día, y estás terminando un mes después!). Somos cómodos, y nos preocupamos por nosotros.

Y corregimos mal los problemas. Los "parchamos", como decimos en mi profesión. Qué hace un policía parado una vez a la semana, agarrando sol cual teja, y diciendo a los motociclistas que se vayan? El ridículo. Lo que tienen que hacer es pasar en rondas de media hora, y clavarles una multa sabrosa a cada motorizado parado allí, o remolcar cada bendita moto. A la semana, no se pararán más allá. Como discutía con otra colega hace nada, no agarraremos buenos hábitos a menos que nos obliguen.

Somos quejones (sí, no me engaño: esto es sólo una queja), y nos divierte buscarle soluciones a los problemas (que sean inviables no nos detiene, verdad J?). Somos comodistas -más que cómodos- y por eso es que hay tanto pedigüeño en la calle, tanto ladrón, tanto buhonero (en MIS aceras), tanto vividor del gobierno.

Yo quiero a Venezuela, en serio. E incluso a algunos venezolanos (jajaja!). Y normalmente pienso que no somos peor que los nativos de cualquier otro país, pero coño! Es que nos esmeramos! Qué nos cuesta ser considerados, respetar el espacio vital del de al lado, esforzarnos un poquito -solo un poquito- para que el desconocido tenga un mejor día, para hacer del mundo -más allá de NUESTRO mundo- un lugar mejor?

Venezuela tiene muchas cosas lindas, y gente linda, que es lo que me mantienen -y mantendrán- aquí. En otro momento hablaré de sus cosas buenas. Pero hoy, no puedo.

PD: Como guinda, un botón: Vayan al site de Dilbert, y verán un link que dice "Click here to vote for your favorite weasel" ("Haga click aquí para votar por su comadreja favorita"). En el renglón "Weaseliest Country" ("País más comadreja")... Venezuela es una de las ocho opciones.

Viniendo de Dilbert, eso me preocupa.


Nadie cambia si no siente la necesidad de hacerlo. -- Henry Ford

Se descubre el carácter de una persona por la manera como trata a las personas a las que no tiene por qué que tratar bien. -- Anónimo, atribuído a la tradición china.

No tienes derecho a yacer en tu cama, sea cual fuere tu enfermedad. Debes salir a batallar al frente de tus hombres, aunque debas hacerlo tendido sobre una litera, pues tus enemigos nunca serán derrotados hasta que tú mismo les hagas frente. Sólo entonces obtendrás la victoria. -- Merlín

El ser humano es el animal que parece disfrutar tropezándose con todas las piedras, con algunas más de una vez, y a veces con varias al unísono. -- Gorka

La cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta si no llegan todos. -- Virginia Burden

Protesta por el tiempo suficiente que tienes la razón, y te equivocarás. -- Proverbio Yiddish

Primero te ignoran, luego se ríen de tí, luego te odian, luego pelean contigo, luego tú ganas. -- Robbie Williams (Trippin') basado en una frase de Gandhi