domingo, 2 de agosto de 2009

Detesto...


Detesto que revisen los mensajes de mi celular, o que pregunten cuando alguien me llama "Quién era?", como si fuera asunto suyo. Detesto que me porfíen sobre qué he hecho o dicho o pensado o sentido: creo que si alguien me conoce, y sé qué diría y qué no, soy yo mismo, no creen?

Detesto que usen mis cosas, mi computadora, mi ropa, mis CDs, que se lleven prestados libros, o que me toque perseguirte porque te presté algo y no has estado pendiente de devolvérmelo. Detesto que muevan mis cosas de sitio: si las vas a usar sin permiso, al menos ten la decencia de colocarlas donde estaban, y no donde se te ocurrió soltarlas.

Detesto que se coman algo que tenía guardado en la nevera para comerlo en otro momento, cuando me provocara, y sobre todo cuando no me lo dicen y me entero de la peor manera. Detesto esas visitas que llegan siempre a vaciarte la despensa, pero son incapaces de -alguna vez- traer al menos un refresco; o peor, a aquel que solo llama cuando necesita algo.

Detesto que invadan mi espacio personal: háblame desde un metro de distancia, a menos que seas una chica sexy. Detesto que me agarren de un brazo mientras me hablan, como para evitar que salga corriendo ante lo aburrido de la historia que se avecina -porque mientras más rápidamente invadan tu espacio, más aburrida será la historia a contar-.

Detesto que algún mono en el Metro vaya escuchando música en su celular a toda mecha, obligándome a mí a escucharla también, sin opción. Detesto que la gente mire a los lados, se hagan los dormidos, practiquen meditación zen, todo con tal de no darse por enterados de ese anciano, esa embarazada, ese padre cargando a su hijo al que deberían cederle el puesto.

Detesto que opines sobre mi vida, dándome consejos sobre cómo arreglar mis problemas, sin realmente entender qué ocurre, y cuando sabes que realmente no puedo seguir esos consejos. Detesto que veas que muero de ganas de que entres a mi vida, y si embargo te sigas manteniendo a esa odiosa distancia. A qué esperas?


Odio cómo me hablas y tu forma de conducir.
Odio tu corte de cabello y lo que llegué a sentir.
Odio tus espantosas botas y que me conozcas bien.
Te odio hasta vomitar, qué bien va a rimar...
Odio... Odio que sepas pensar y que me hagas reír.
Odio que me hagas sufrir y odio que me hagas llorar.
Odio tanto estar sola, que no hayas llamado aún,
pero más odio que no te pueda odiar
y aunque estés tan loco, ni siquiera un poco lo he de intentar...

-- 10 cosas que odio de tí

6 comentarios:

algo para mostrar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
algo para mostrar dijo...

detesto muchas cosas que también tu detestas, sobre todo la última.

Gustavo Pérez dijo...

Hay tantas cosas en esta vida para detestar, que es bastante dificil enumerarlas, pero concuerdo con todas las que dijiste. Saludos

D!ana dijo...

Muy ciertas tus palabras detesto que se quieran meter en mi vida y decirme lo que debo hacer y lo que mas destesto es que lo digan solo por decirlo sin preocuparse de lo que uno siente.

Te felicito excelente post hace un tiempo dejaste un comentario en mi blog y me di cuenta de que lo tenias en tus lista de blogs muchas gracias por el detalle y con gusto tambien te agregare.
Pasate con gusto por viviendo entre utopias cuando quieras

Yukino M. dijo...

jiji... yo siempre pregunto "¿Quién era?", no porque sea asunto mío, porque claro que no lo es, ni porque me interese, porque tampoco, sino por mal-curiosa :D luego de que me dicen, usualmente lo olvido xD

Si un día te lo pregunto, ¿me vas a detestar? ¿O detestarás sólo que lo haya hecho?

Besos :x

Morbridae dijo...

Prueba y lo averigüarás. :D