martes, 18 de noviembre de 2008

Perdidos en la noche


Hay veces en las que, de tanto desear, dos corazones logran que dos vidas se toquen, aunque sea por un instante.

Hay instantes en los que los sueños nacen estando despierto aquel que sueña, y las fantasías dejan de serlo para convertirse en cálidad realidades...

Y esa noche esos deseos, esos sueños, esas fantasías, todas se fundieron al fin en una hermosa realidad, cuando al fin mi sueño tuvo un cuerpo al cual abrazar, en el cual perderme.

Esa noche la recorrí, lentamente, poco a poco, con mis besos. Mis labios besaron sus senos, y dibujaron olas en su espalda; mis manos exploraron sus nalgas y sus cálidas profundidades; mi alma giró sobre la suya, y la envolvió dejándose envolver a su vez.

Esa noche ambos nos desvanecimos en el placer, agotados de sentir, y extasiados de saber que la persona en los brazos de cada uno fuera precisamente la otra.

Despertamos enlazados uno al otro, con nuestras piernas abrazándose, nuestros brazos evitando que el otro volviera a ser otra vez un cuerpo ajeno, y nuestros labios quitándole lugar a las sonrisas para dejar que el corazón hablase.

Pero ni aún dos corazones logran que la noche sea eterna. Y al llegar al final, el final llegó...

El tiempo ha pasado ya, y el recuerdo es borroso. Tanto, que a veces dudo que en verdad haya ocurrido. Quizás sencillamente tomé unas copas de más en un solitario bar ajeno, o tuve un sueño que creyó que podría llegar más allá del límite que se les permite a los de su clase.

Pero la verdad es que no lo sé... Sueño que existió, o fantasía que se repetirá?

Al final de la noche, solo me quedó un caminar por una calle fría, recordando el calor de su sedosa piel en la mía...

Y su cantarina risa dentro de mi alma.


El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien. -- Milan Kundera
Y de despertar junto a ese alguien... -- Gorka

La voluntad, raíz y esencia de todo, está perenne y necesariamente insatisfecha, pues en primer lugar es muy difícil conseguir lo que se ansía, y cuando al cabo los anhelos se ven cumplidos, comprobamos que ello va seguido inmediatamente del hastío y el desengaño, y nuevos objetos del deseo aparecen ante nosotros. -- Arthur Schopenhauer (El arte de insultar)

Me niego a vivir una vida sin sueños, sin deseos, por muy imposibles que parezcan. -- Gorka

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ella toma el libro...
Y lee la primera palabra:

Maktub...

Entonces una sonrisa se dibuja en sus labios... Inevitablemente. Y pronuncia lento y suavemente al oído:

Maktub...

algo para mostrar dijo...

los besos de la mañana son humedos y resbaladizos como peces que nadan en el agua.