miércoles, 14 de abril de 2010

Gracias por morir


"Murió bañado en sangre en las calles de Caracas".

De pana que, aunque excesivamente trágico y novelero, esta frase adorna cada vez más los periódicos de nuestro país, y con seguridad del mundo -puedes cambiar "Caracas" por la ciudad de tu preferencia-, aunque quizás no tanto como aquí.

Pocas cosas más feas podemos imaginarnos que eso: Vamos tranquilamente a nuestra casa, una tarde-noche, con una canilla bajo el brazo y una pelotica 'e goma para nuestro hijo, cuando de repente unas balas con destino equivocado nos hacen un recorte presupuestario de vida a lo bestia. Ya, se acabó, tus planes no me importan.

Bueno, peor aún: Estamos en casa, mirando el reloj esperando a que papá, nuestro esposo, nuestro hijo, llegue a casa. Pero no llega. No reponde al celular. No respira, aunque eso aún no lo sabemos. Nunca más oiremos su voz, nos reiremos de sus bromas, sentiremos sus brazos alrededor nuestro, o uno de sus besos en nuestra mejilla.

De pana que lo anterior fácilmente califica como tragedia. Acabóse. Fin de mundo.

Pero por qué?

"Murió en su cama, dormido. Ni siquiera se enteró, el pobre". "Murió atrapado en una balacera entre choros". "Cáncer". "Comenzó a sangrar". "Los doctores no supieron qué era". "Sí, fué un ataque al corazón". "Un paro respiratorio. Le quedaron los ojos saltones". "Murió de viejo".

De acuerdo, la persona se murió. Pero no era ese su destino? Qué acaso lo único seguro en la vida no es, precisamente, la muerte?

Muchas veces despierto en la noche, bañado en sudor, sin recordar si me despertó una pesadilla o un temblor. Y en esas largas noches de vigilia, que es cuando a uno le dá por ponerse filosófico, cuando la sombra de la muerte me asusta un poco.

Se te atoró algo en la garganta. Te caíste por un barranco. Te moriste del susto. Te clavaron un lápiz por el ojo. Te atropelló un carrito de helados. Te engañaron y moriste por un corazón roto. Lamentables todas, pero así es la vida.

Y no me vengan con que "es que murió antes de tiempo". Acaso alguien sabe cuándo morirá? Yo asumo que un cálculo de que llegaré hasta los ochenta años es posible, y capaz que hasta probable, pero realmente puede ser que me muera mañana mismo. Nadie tiene garantía de cuánto tiempo vivirá...

Ahogado. Envenenado. Decapitado. Atropellado. Comido por un león. Comido por dos leones. Indigestado luego de comerte un león. Quemado. Derretido. Fundido. Congelado. Balaceado. Cortado. Molido. Desangrado. Degollado. Destripado. Harakirizado. Aplastado. Paralizado. Desintegrado.

Si bien es cierto que unas muertes parecen mejores que otras, el caso es que, de poder elegir, yo no elegiría ninguna. Es una mezcla de la inevitabilidad, la incertidumbre, la incapacidad de detenerla, la imposibilidad de negociarla.

Hagamos lo que hagamos, todos pasaremos por ella...

El caso es que creo que no le tenemos miedo a la muerte en sí, sino a todo lo que representa. Tememos a que nos duela, o a que suframos, durante la muerte. Tememos a lo que dejaremos por hacer, sin cumplir. Tememos al dolor que le causaremos a nuestros seres queridos. Tememos a dejar a nuestros hijos desamparados. Tememos a no saber qué nos espera. Tememos a dejar de existir.

Tememos al cambio.

Será que cada vez que cambiamos algo, morimos un poco?


Seré el sabor de un beso en el mar,
Un viejo proverbio sobre como olvidar,
Seré inmortal porque yo soy tu destino.

-- La Oreja De Van Gogh (Inmortal)

Somos las semillas de las leyendas, pero nuestros verdaderos orígenes son desconocidos. Nosotros sencillamente somos. -- Connor MacLeod (Highlander: Endgame)

3 comentarios:

algo para mostrar dijo...

Nadie muere antes de tiempo, morimos cuando debemos hacerlo, asi de simple.

Len dijo...

Y hay algo aún peor sumado a todo eso: ver morir ante tus ojos a alguien que amas y no poder hacer absolutamente nada. Despertarte en medio de la noche pensando que no es cierto, que todo ha sido un mal sueño, y darte de bruces con la realidad, que esa persona ya no está, mientras sientes un nudo en el estómago y la garganta que te quitan el aliento hasta para poder llorar.


Lo que importa en éste momento es que estamos vivos.


P.D.: Éste fin de semana te paso la captura de pantalla que me pediste en mi blog.

Unknown dijo...

Bueno, mi muy estimado hermano... ENtenderás por qué entonces ando formándoles rollo para verlos! Así como te lo he dicho en chat, en persona y por teléfono... Te quiero! Quiero ver a moj**etico y a moj**eta. también, porque los adoro. Además confieso que el enano es toda una debilidad... Menos mal que no soy súper heroe.

NOTA (jocosa):
Por cierto, se te olvidó mencionar que podemos morir en un Apocalipsis Zombie... Que es bastante más probable que ser comido por un león... o dos. xD
FIN DE LA NOTA

Cierto es que no sabemos cuando nos toca... Probablemente cuando hayamos aprendido todo lo que debíamos, quizás no. La muerte siempre ha sido un tema fascinante. Para algunos es un trauma, para mí es un ascenso, como lo expliqué en el artículo Despedidas… Y la última de ellas.
Desde luego que no queremos morir... Nunca nos enseñan a prepararnos para ese momento. Sin embargo yo opino que siempre hay que estar preparado para todo... Así que no perdamos el tiempo peleando, siendo intolerantes y alejándonos de esas personas que tanto amamos... Démonos un abrazo y cada vez que tengan una oportunidad, díganle a un ser querido que lo quieren o que lo aman! Que luego que crucen esa línea no estamos seguros de que nos vayan a escuchar.