sábado, 23 de agosto de 2008

Bolígrafo Espacial


En computación tenemos un dicho, "Por qué hacerlo fácil, si podemos hacerlo difícil?". Hace referencia a la gran cantidad de veces que, revisando código ajeno -o, aceptémoslo, código propio- vemos que la persona tomó -por desconocimiento o alguna razón que escapa a nuestro entendimiento- un camino que no compartimos.

La mayoría de las veces, en efecto, es que el autor intelectual del crimen se diferencia poco de un lobotomizado; no sabe qué está haciendo, o con qué herramientas cuenta para hacerlo, así que crea basura que produce basura.

Sin embargo, a veces, nos encontramos con código que parece ser basura, pero que en su momento fué la mejor opción. Cegados por nuestra gran capacidad, inmediatamente procedemos a tildar la labor ajena como "basura", y a desecharla. Y la cosa a veces no es tan fácil.

A veces, sólo a veces, tenemos que suponer que el que vino antes de nosotros sí sabía lo que hacía.

Suponer que la persona tuvo sus razones para proceder como procedió, que habían condiciones y razones que ahora desconocemos para que él procediera así. No digo que nunca corrijamos nada, pero veamos con ojo crítico antes de juzgar, y pensemos que a veces el otro también es un poquito digno.

La mejor forma de ilustrar esto es, como siempre, con un ejemplo: hablando con una amiga surgió el comentario sobre los Bolígrafos Espaciales, una leyenda urbana que va más o menos como sigue (fuente: BHR):

Cuando comenzó la carrera espacial, los científicos descubrieron que los bolígrafos no funcionarían con Gravedad Cero (lo cual suena algo lógico, asumiento que la tinta baja por gravedad, no?), por lo cual la NASA contrató a un agente externo para corregir el problema.

Citando a BHR: "Emplearon una década y 12.000 millones de dólares desarrollando un bolígrafo que escribiese con Gravedad Cero, hacia arriba y hacia abajo, bajo el agua, en prácticamente cualquier superficie incluido el cristal y en un rango de temperatura desde por debajo de cero hasta más de 300 °C".

El chiste, normalmente, termina aclarando que los Rusos utilizaron un lápiz.

Hasta aquí, este es un buen ejemplo de la frase con la que abrí el escrito: "En computación tenemos un dicho"... Bueno, no era esa en la que estaba pensando. Será entonces la frase con la que casi abrí el escrito: "Por qué hacerlo fácil, si podemos hacerlo difícil?".

Sin embargo, como les dije, la cosa no es tan fácil. Al principio, por supuesto, la opción obvia al ver que los bolígrafos no funcionaban fué usar lápices. Sin embargo, las minas se rompían, lo que podía generar problemas en la nave (dañar un dispositovo electrónico, herir a alguno de los astronautas en un ojo, prenderse fuego, o sencillamente fastidiar). Es por ello que se empleó tanto tiempo y recursos en crear un bolígrafo resistente, capaz de soportar temperaturas extremas (a saber, desde -120 °C hasta 200 °C) y, por supuesto, escribir en un ambiente sin gravedad.

Así que la próxima vez que vayamos a juzgar el desarrollo, la decisión, la labor que otra persona haya hecho antes de nosotros, pensémoslo mejor antes de hablar. De lo contrario, quizás quedemos en ridículo al emitir opiniones sin conocer el panorama...


El hombre inteligente aprende de sus propios errores, el sabio aprende de los errores de los demás. -- Arturo Adasme Vásquez

Primero el hombre aprende en la vida a andar y hablar. Más tarde, a sentarse tranquilo y mantener la boca cerrada. -- Marcel Pagnol

1 comentario:

algo para mostrar dijo...

Tienes toda la razon, no hay que criticar a los que caminaron antes que nostros, cada quien tiene su propio proceder y hay que respetarlo.